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Al llegar a casa pensé que podría encerrarme en mi habitación y evitar a mi madre. Ella parecía tener todo calculado, es así como una madre hace su trabajo. Dejo que me duchara, cepillara mis dientes y pusiera crema humectante en mi rostro. En cuanto estuve lista para dormir, toco en mi puerta. No es como si pudiera ignorarla o decir, "estoy dormida".

- Pasa - dije fingiendo un bostezo. Quizá eso funcionara.

Entro y se sentó al borde de mi cama. Recorrió todo alrededor con la mirada. Puso sus manos sobre sus rodillas. Finalmente hablo.

- Todo estuvo bien esta noche - suspiro.

- Si, estuvo bien. Hugo parece un buen tipo.

- Lo es. Se porta muy lindo conmigo. Me respeta - dijo esto último mirándome.

- Me cae bien - dije encogiendo los hombros.

- Quería preguntarte. No se como...

- No he tenido relaciones sexuales con Leo - le suelto. Ella exhala.

- Bien, eso era. Necesitaba confirmarlo. Leo me dijo que nunca...

- No puedo creer que hablarás con él sobre esto. Debías preguntarme a . Además ya no soy una niña. Me has aconsejado cientos de veces. ¿No crees que soy capas de tomar mis propias decisiones?

- Bueno, si, te creo capaz. Es solo que a tu edad y tus hormonas... El sexo puede ser una decisión que puede traer todo tipo de consecuencias. Ya lo sabes. Enfermedades, embarazos no deseados y luego de acostarte con alguien, eso no lo podrás cambiar jamás.

- Mamá, se lo que quieres decir. Cuando lo haga, cuando llegue el momento y este lista, tomaré todas las precauciones - ella me lanza una mirada reprobatoria, así que agrego -. Para eso falta tiempo, así que tranquila.

Candidato al primer besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora