Epílogo

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                     Nota
Ahora si es el epílogo. Oficialmente termina esto y me estoy planteando si debo hacer una segunda parte o no y si lo hago, cuando comenzar a subirla. Creo que tardaré como unos meses en lo que tenga unos capítulos adelantados y me pongo al día en otras historias.
Quiero agradecer grandemente a todos los que han leído, votado o comentado. Gracias de verdad. Estoy muy feliz. Comenten que les parece.

Que disfruten del epílogo...

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Es un día hermoso. De esos que no quieres que acabe nunca. El sol brilla y el viento sopla haciendo bailar mi cabello rubio. Aspiro una gran bocanada de aire, me siento tan nerviosa que tengo miedo de tener un episodio de asma, suelto todo el aire contenido en mis pulmones y repito el ejercicio. Leo toma mi mano y la aprieta con fuerza.

No puedo creer que vaya a hacer esto con Leo. Es una total locura, pero amo las locuras, la forma en la que mi corazón se acelera, la sensación de peligro y la adrenalina que empieza a correr por todo mi cuerpo. El pulso detrás de mis orejas y el nudo en el estómago producto de la ansiedad. ¿Estoy loca? Si, de remate, pero con cada sensación como esta me siento realmente viva.

- ¿Estas segura de esto? - Pregunta haciendo círculos con su pulgar sobre mi mano. Hace que toda el área se sienta caliente. Asiento sin hablar, el nudo del estomago, que ahora también esta en mi garganta, no me lo permite -. Podemos parar ahora, no esta mal si tienes miedo - levanta una ceja con esa mirada de desafío.

Sabe que esta causando ese efecto en mi, ese que me impulsa a hacer las cosas aunque me arrepienta luego. Como aquella vez que pasábamos por casa de la señora Rogers, una de mis vecinas, horneaba unas tartas deliciosas y olían por toda la calle. Vimos desde el otro lado como la colocaba cerca de la ventana abierta, una tentación muy grande ya era su aroma y encima ver lo bien decorada que estaba. Leo me reto, pensó que no me atrevería, la tuve en mis manos en tiempo record y nos comimos hasta el último pedazo usando los dedos. Mi madre nos descubrió por todo el glaseado en la cara, manos y ropa, tuve que disculparme y ayudar a la señora Rogers a preparar otra, pero fue increíble. Lo que Leo debería saber -y se que lo sabe- es que difícilmente retrocedo. 

- Estoy lista, ñoño. Tal vez seas tu quien tiene miedo - mi tono sale más tembloroso de lo que quería, pero aún así parece no darse cuenta o si lo hace no dice nada.

- Bien, entonces, abrazame fuerte y respira - pega su frente a la mía en ese acto tan nuestro. Cierro los ojos cuando me besa -. ¡Ahora o nunca! - Grita y nos lanzamos al vacío.

Grito a todo pulmón. Vuelo, estamos volando y mi corazón late tan fuerte que se quiere salir del pecho. Un momento después cuando la cuerda del puenting se balancea sobre nuestros pies, me rio y Leo grita como un loco.

Candidato al primer besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora