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-... y ahora Nancy dice que lo que pasa es que estoy enamorada de él. Pero eso es ridículo, es mi mejor amigo y la mayor parte del tiempo estamos peleados últimamente- le digo a mi madre.

Salimos a cenar en Twins, no comí hamburguesa, esta vez pedí una exquisita lasaña y pan con ajo. La mejor que he comido, se lo diré a Leo cuando hablemos de nuevo, le fascinara. ¿Que hago pensando en él?

-A ver si entendí bien. Te molestaste con Leo por que te ayuda en todo, te cuida y se preocupa por ti. También porque creiste que le había pedido a ese chico...

-!Nico!

-Bien, a ese Nico que saliera contigo pero no era así. Además nunca te había dicho que salía con otras chicas que no fueran Nancy o tú. Le gritaste en el comedor dejándolo en vergüenza ¿y no te vas a disculpar? Pretendes que él lo haga. Lo siento, pero no estoy de acuerdo.

-Mamá, no sabes como me saca de quicio con sus cosas. Delante de ti es un manso cordero, conmigo es un lobo feroz- me mira negando y molesta. Aún sin estar aquí él gana.

-Megan, no estas siendo justa. Primero, lo del beso es una total locura, debes parar con eso de una vez. El primer beso debe ser especial, con alguien especial. Si tienes la oportunidad de escoger a alguien, que sea por que sientes algo por ese alguien.

-Sentir algo... ¿Como que?

-Cosas, como querer estar cerca de esa persona todo el tiempo, te pones nerviosa cuando esta cerca, igual que sientes frío y calor. Ah, no pueden faltar las mariposas en el estómago, ese cosquilleo que sientes cuando lo ves y la sonrisa boba que no la puedes sacar de tus labios.

-¿Que hay de celos y ganas de golpearlo?

Me mira por un segundo frunciendo el entrecejo. Finalmente sonríe.

-Se pueden sentir celos, pero los celos nunca son buenos. Los celos son señal de no tener confianza, primeramente en tu pareja y lo más importante, no tener confianza en ti misma. Si eres segura de ti, no hay razón para dudar de lo que vales y de que puedes estar segura de con quien tienes una relación lo sabe también y lo valora. Claro, siempre vienen las dudas y algo de celos en algún momento, es natural, pero siempre se deben dialogar y aclarar las cosas. La violencia genera violencia. Nada de golpes, ¿entendido?

-Mamá, ¿me estas hablando como hija o como un cliente? No quiero tus servicios como abogado- nos reímos.

-Un poco de ambos. Una asesoría nunca esta de más.

-Entonces... ¿Tu crees que estoy enamorada?

-Hija, eso sólo lo sabes tú. Debes pensarlo bien. Si bien Leo ha sido tu mejor amigo por años, desde niños, también se han crecido y sabes que creó que es un lindo chico. Además estoy segura de que te quiere mucho y siempre vela por ti. ¿No has pensado que quizás él también esta celoso?

-¿Celoso?

-Si. Piensalo, tu no tomaste en cuenta ese supuesto beso que se dieron ustedes en la obra. Luego te da con buscar con quien besarte y por último se da cuenta que le empiezas a gustar a otros chicos, a su compañero, con el que habla de ti todo el tiempo.

-No lo se- dudo.

Tengo demasiado en lo que pensar. El resto de la noche mamá trata de distraerme. Hablamos de la competencia, de la que no le había hablado. Se molesta un rato, pero al final lo acepta. Me aconseja que deje que Leo me ayude y que debo apurarme para hacer una buena presentación. Eso ya lo se, tengo poco tiempo. Quizá deba dejar a un lado lo del primer beso, ah no, eso nunca. En menos de tres semanas es mi cumpleaños número dieciocho y antes de eso debo de haber besado al chico correcto.
Por suerte Jorge y Carla tienen un rato sin gente y vienen a platicar con mamá. Yo viajó lejos de allí, donde comienzo una conversación ficticia con Leo. No logró decir nada, estoy bloqueada. Lo quiero, estoy segura. Lo extraño y lo necesito mucho. Me siento extraña con él, me da frío y calor, me pongo nerviosa y he sentido celos, pero, no tanto. La pregunta es, ¿Lo amo?

-¿Megan?- me grita mi madre.

-¿Qué?

-Te habla Carla, no seas maleducada.

-Dejala Rita,-me defiende ella- los jóvenes enamorados son así y los no tan jóvenes. El amor suele ponernos tontos- se ríen. Mi madre me mira y estira su mano hasta apretar mi mejilla.

-Sii, eso puede ser- suspira.- Nena, Carla me ha contado que Leo y tú le darán tutorías algunos días a los gemelos.

-Ah, si, eso- hablo atropelladamente.- Comenzaremos el lunes.

-Estoy muy orgullosa de ti cariño- dice mi madre juntando sus manos frente a su boca como si fuera a llorar. Es tan dramática.

-Ya , es sólo algunos días. No es para tanto.

Eso me hace pensar, ¿si Leo y yo no nos hablamos, vendrá a ayudarme el lunes? ¿Será capaz de dejarme sola con los diablillos en venganza?
Llegó a casa sin hablar mucho más. Me excusó diciendo que estoy exhausta, lo que no es del todo falso. Caigo rendida en medio de mis pensamientos y sueño toda la noche con él. ¿Que me estas haciendo Leo?

Candidato al primer besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora