INVIERNO

NUEVE

"La leche evaporada ... frijoles ... atún ... más atún ... ¡oh!" Cress casi cayó de cabeza en la caja mientras alcanzaba la parte inferior. Ella agarró un frasco y lo alzó victoriosamente, "espárragos en escabeche."

Iko dejó de indagar en la caja a su lado el tiempo suficiente para dispararle una mirada. "Tu y tu paladar pueden dejar de fanfarronear en el momento que quieras."

"Oh, lo siento." Cerrando sus labios, Cress puso el frasco en el suelo. "Qué bueno que abrimos esta, la alacena ya se estaba quedando vacía."

"Más armas por aquí," dijo Wolf, sus hombros estaban rígidos mientras se dirigía a otra de las cajas. "Para ser un planeta que ostenta de cien años de paz, fabrican muchas armas."

"Siempre habrá criminales y violencia," dijo Kai. "Aún necesitamos hacer cumplir la ley."

Wolf hizo un extraño sonido, atrayendo la atención de todos hacia él mientras sacaba un arma de la caja. "Es como la que tenía Scarlet." Estrechó el arma entre sus manos, pasando los dedos por el cañón. "Me disparó en el brazo una vez."

Lo dijo con tanta ternura como si Scarlet le hubiese dado un ramito de flores salvajes en vez de un disparo.

Cress y los demás compartieron miradas tristes.

Kai, que era el que estaba más cerca de Wolf, colocó una mano en su hombro. "Si ella está en Artemisia," dijo él, "la encontraré, te lo prometo."

Wolf asintió con la cabeza, esa fue la única señal que dio de haber escuchado lo que Kai le dijo. Se volvió y entregó el arma a Cinder, quien estaba sentada de piernas cruzadas en el centro del área de carga organizando el armamento que habían encontrado. Era un botín impresionante. Era una pena que al pelear contra lunares, las armas en manos de sus aliados podían ser tan peligrosas como en manos de sus enemigos.

"Esta es de suministros médicos y medicinas comunes," dijo Iko. "Si pudiéramos encontrar un remplazo de vértebra y panel sintético para escolta droide estaríamos llegando al algún lado."

Cress sonrió simpatizante. Iko estaba usando la blusa de seda que uso al hacerse pasar como un miembro del personal del palacio durante el secuestro del emperador, su cuello alto cubría casi todo el daño que se había hecho a su cuello y clavícula bionicos en la pelea de la azotea pero no era suficiente. Había sido creativa con algunos trozos de tela para cubrirlo, era todo lo que se podía hacer hasta que consiguiesen las piezas necesarias para que Cinder pudiera terminar de repararla. 

"¿Es lo que creo que es?" Volvieron la atención a Kai, levantó una muñeca de madera tallada, adornada con plumas desaliñadas y cuatro, demasiados, ojos.

"No me digas, ya habías una de esas extrañas cosas antes." Dijo Cinder.

"¿Una muñeca de sueños venezolana? Tenemos una en exhibición en el palacio. Son increíblemente raras." La examinaba cuidadosamente por todos lados. "¿Qué está haciendo aquí?"

"Estoy muy segura de que Thorne lo robó."

La expresión de Kai se llenó de claridad. "Ah, claro." Puso la muñeca de vuelta en su caja. "Sería bueno idear un plan para devolver todo esto a donde pertenece."

"Por supuesto que lo devolveré, su majestuosidad, por la apropiada comisión como intermediario claro está."

Cress volteo a ver a Thorne recargado en la pared del área de carga.

Ella parpadeó. Algo estaba diferente con él. La venda que había estado utilizando desde que sus ojos empezaban a recuperarse hace un par de semanas ahora estaba en su cuello y estaba excepcionalmente limpio, como si se hubiera afeitado mucho mejor que lo usual y estaba...
Un escalofrío recorrió su espina dorsal.
Él la estaba mirando. No, no sólo mirando. Estaba inspeccionandola intensamente con esa mirada, junto con una desconcertante curiosidad. Estaba sorprendido. Casi... CAUTIVADO.