Vieron el noticiero en silencio, las cámaras están temblorosas por los androides no tripulados que rodean el palacio para grabarlo. Muchos de los jardines eran fumarolas de incendios provocados por los soldados de la reina, estatuas derribadas y la puerta masiva destrozada, pero el propio palacio permanecía intacto. Hasta ahora, el único regimiento del ejército de la Comunidad estacionado en el palacio había mantenido a raya al enemigo mientras esperaban que llegaran refuerzos.
El asedio al palacio de Nueva Pekín iba en contra de las estrategias que los soldados de Levana habían estado usando durante toda la guerra. Se habían hecho famosos por sus ataques de guerrilla y tácticas de miedo, ya que trataban de hacer que la gente de la Tierra se aterrorizara de ellos como lo hicieron para ganar batallas reales. Hasta la fecha, no ha habido batallas reales en absoluto, sólo peleas y ataques sorpresa, lo que resulta en exceso de derramamiento de sangre y demasiadas pesadillas.
Los soldados se movían en grupos cautelosa y rápidamente, causando destrucción y estragos a donde quiera que iban y marchándose antes de que la milicia terrestre pudiera atraparlos. Hubo especulaciones de que se movían a través de las alcantarillas o de que desaparecían en el desierto, dejando un rastro de sangre y miembros amputados en su estela. Les gustaba dejando al menos un testigo con vida para que en el período posterior informara sobre su brutalidad.
Una y otra vez, su mensaje era claro. Nadie está a salvo.
La tierra había matado a su parte de los soldados lunares, así como algunos de los taumaturgos que llevaban cada grupo. No eran invencibles, como los líderes de la tierra habían señalado una y otra vez. Pero después de 126 años de paz, la Unión terrestre no estaba preparada para librar una guerra, especialmente una tan impredecible. Durante generaciones, sus ejércitos se habían convertido en trabajadores de servicios sociales bien decorados mas que en cualquier otra cosa, proporcionando mano de obra en las comunidades empobrecidas y en funcionamiento de los suministros cuando los desastres naturales golpeaban. Ahora, cada país estaba luchando para reclutar más soldados en sus fuerzas, para capacitarlos, para la fabricación de armamento.
Al mismo tiempo, los soldados lunares diezmaban barrios enteros, dejando sólo el eco de sus gritos sedientos de sangre atrás.
Hasta ahora.
Este ataque al palacio de Nueva Beijing era la primera vez, que alguien pudiera decir, en que múltiples grupos vinieron juntos en a un orquestado ataque, y a plena luz del día. Cinder se preguntaba si solo se volvían engreídos, o si en realidad estaban tratando de hacer una declaración. Trató de consolarse a sí misma pensando que había más cuerpos de lobos mutantes tirados al rededor del palacio que en ningún otro lugar -claro en esta batalla debieron haber considerables bajas, al menos en Nueva Beijing. Pero aún así era reconfortante, ver que la sangre derramada no era sólo de soldados terrestres y una de las torres del palacio se estaba incendiando.
"El palacio ha sido evacuado," dijo un reportero, hablando sobre la catástrofe en el vídeo, "y todos los oficiales y sirvientes humanos han sido llevados a un lugar seguro. El secretario de defensa comentó en su discurso hace solo veinte minutos que no van a especularan en este momento cuanto durara este ataque o qué tanta destrucción a habido. Hasta el momento, militares expertos estiman que se perdieron cerca de 300 soldados de la comunidad en el ataque, y cerca de 50 lunares."
"Me siento tan inútil," dijo Iko, su tono estaba lleno de una miseria que solo un androide podría entender. Iko no era lo que se dice un típico androide, pero ella se las arregló para albergar ese rastro distinguible con el cual todos venían programados: la necesidad de ser útiles.
Al lado de Cinder estaba Kai, afectado. No hay duda de que estaba experimentando su propio episodio de inutilidad. No había duda de que esto lo estaba destrozando.
"Los militares los contendrán," dijo Cinder.
Él asintió con la cabeza, pero sus cejas se habían estirado hacia arriba mostrando una expresión de terror.
Notándolo, ella dejo que su mirada viajará de Kai a Wolf, de Thorne a Cress a Iko. Todos miraban la pantalla, determinados, enojados y horrorizados. Volvió su atención a Kai. El estaba ocultando sus emociones muy bien, ella sabía que esto lo estaba matando, el ver su hogar en llamas. Él nunca haber tenido un hogar por el que preocuparse, al menos no hasta que llegó abordo de la Rampion, no le ayudaba a hacerse una idea del dolor que él estaba sintiendo.
Ella apretó los dientes, pensando en todas sus cálculos, todos sus planes.
Kai tenía razón. Nunca se sentiría lista, pero no podía quedarse sentados haciendo nada para siempre.
Thorne miraba hacia atrás.
Wolf le había hablado de sus padres, trabajadores de fábricas que habían laborado en minas de regolito toda su vida. Si seguían con vida, él pensaba que podrían darles refugio al llegar a Luna. Podrían ser aliados.
Levana había llegado al movimiento más sangriento desde que la guerra había iniciado, lo que podría significar que estaba excesivamente confiada o estaba empezando a desesperarse. De cualquier forma, Cinder no quería que Luna ganase esta batalla. No quería que tuvieran el control del palacio de Nueva Beijing, aún si era meramente simbólico. Era el hogar de la familia real de la comunidad. Pertenece a Kai no a Levana. Nunca a Levana.
"Hemos escuchado que," dijo el reportero, "el grupo político radical llamado Asociación de Seguridad de la Comunidad ha emitido un nuevo comunicado solicitando la renuncia forzada del emperador Kaito, insisten una vez más en que él no puede ser el gobernante que necesitamos en estos tiempos, y mientras él siga en manos de los terroristas le es imposible mantener el bienestar de su país como principal preocupación. A pesar de que la ideología de la ASC se ha ignorado en gran medida en la política convencional, una reciente encuesta basada en la red ha indicado que sus opiniones están ganando popularidad entre el público en general."
"¿Terroristas?," dijo Iko, "¿se refiere a nosotros?"
Cinder arrastro su mano sobre su cara, frustrada. Kai podría ser un gran líder, era un gran líder, pero no había tenido la oportunidad de probarse a sí mismo. Eso hizo su estómago crujir de pensar que su régimen podría ser interrumpido, y todo por causa de ella.
Quería abrazar a Kai y decirle que eran unos idiotas. Que no tenían ni idea de lo mucho que se había preocupado por el bienestar de su país.
Pero eso no era lo que él necesitaba oír.
La pantalla de su retina saltaba entre sus visitas más frecuentes. Conteos de cuerpos; herramientas de muerte; imágenes de las cuarentenas de la plaga; adolescentes de pie fuera de los centros de reclutamiento, muchos de ellos se miraban inspirados a unirse a la batalla y defender a su planeta de esta invasion. Levana en su puro velo blanco.
Hizo a un lado las ventanas.
Kai la estaba mirando. "Es hora, Cinder."
Hora de decir adiós. Hora de dar el siguiente paso. Hora de dejar ir la pequeña utopía en la que se habían refugiado.
"Lo se," su voz sonó triste pero dura a la vez. "Thorne, prepáranos para llevar a Kai a casa."
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INVIERNO
Science FictionEl final que todo el mundo ha estado esperando, al fin en español.