ONCE

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"Creí que te encontraría aquí abajo."

Cinder se asomó por el lado de la podship. Kai estaba merodeando en la puerta, con las manos en los bolsillos, se vistió de nuevo en sus galas de la boda.

Ella hizo a un lado un mechón de cabello. "Solo hago mantenimiento básico," dijo ella, desconectando la célula de poder del podship y cerrando una escotilla. "Asegurándome de que esta lista para tu gran regreso; creí que tener a Thorne como piloto era suficiente riesgo; lo menos que puedo hacer es asegurar que la nave este en óptimas condiciones."

"Desearía que vinieras con nosotros."

"Sí también yo, pero no podemos correr ese riesgo."

"Lo sé. Es bueno tener algún mecánico abordo. En caso de que, ya sabes... Algo se quiebre." Él se rasco la oreja.

"Oh, es por eso que me quieres aquí. Que alargador." Cinder envolvió el cable alrededor del medidor y lo devolvió a un gabinete atornillado a la pared.

"Eso y, que voy a extrañarte." Su voz se volvió blanda y ella sintió su peso en su estómago.

"Con algo de suerte, nos veremos pronto."

"Lo sé."

Cinder se quitó sus guantes de trabajo y los puso en su bolsillo. Seguía habiendo cierto tic de pánico al realizar esa acción -su cerebro le recordaba, ya como un hábito, que no se supone que se quite los guantes frente a nadie, especialmente frente a Kai- pero lo ignoró. Kai ni siquiera dio un parpadeo al develar su mano metálica, como si ni siquiera notara que estaba allí.

Ella se daba cuenta que pensaba en ello cada vez menos. Incluso algunas veces se sorprendía al ver un reflejo de luz cuando alcanzaba algo con su mano metálica. Era algo extraño. Ella siempre estuvo pendiente de ello, mortificada de que alguien pudiera verla.

"¿Estás asustado?" Preguntó ella, tirando de una llave de su cinturón de herramientas.

"Aterrorizado," dijo él, pero con una despreocupación que la hizo sentirse un poco mejor, ya que sus propias entrañas parecían nudos por los nervios. "Pero estoy listo para volver. Estoy seguro de que Torin está por tener un ataque cardiaco. Y..." Él se encogió de hombros. "Soy un poco nostálgico."

"Estarán encantados de tenerte de regreso." Cinder se arrodilló, comprobando los pernos en el tren de aterrizaje. Ella encaja la llave a uno, dos, tres pernos-ninguno estaba suelto. "¿Sabes qué le dirás a Levana?"

Kai se agachó junto a ella, con los codos apoyados en las rodillas. "Le diré que me enamore de una de mis captoras y que lo de la boda se acabo."

Cinder sintió congelarse.

"Al menos eso es lo que me gustaría decirle." Dijo él sonriendo.

Ella hizo quito el cabello de su cara y siguió comprobando los pernos, antes de moverse del otro lado de la nave y repetir el proceso.

"Le diré que no tuve nada que ver con el secuestro," dijo Kai, haciendo lo que Cinder había catalogado como su voz de emperador. "No estoy de ninguna manera afiliado contigo o la tripulación e hice mi mejor esfuerzo para negociar una liberación rápida. Yo era una víctima, un rehén, incapaz de escapar. Probablemente voy a decir algo sobre el trato inhumano que recibí."

"Suena bien."

"Entonces le rogare que se case conmigo. Otra vez." Sus labios se curvaron de disgusto.

Cinder no podía culparlo. Entre más lo pensaba, más deseaba hackear esta nave y llevarla hasta Marte.

"Cuando te vuelva a ver," dijo Kai, "tendré ropa nueva para todos y un nuevo implante para Iko. Si hay algo más que necesiten, creo que Cress me conseguirá una línea encriptada." El respiró hondo. "Pase lo que pase. Estoy de tu lado."

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