INVIERNO

DIECISIETE

Kai miraba por la ventana a las nubes que se posaban sobre el continente a sus pies. Vio a la gran muralla serpenteando a través de la Comunidad y sonrió al pensar en que sus ancestros pudieron construir algo que ni siquiera la cuarta guerra mundial pudiera destruir.

Esperaba que está no fuese la última vez que viera su hermoso país.

Sabía el peligro al que se enfrentaba, él junto con los representantes del resto de la Unión. Esperaba que Levana fuera honesta cuando dijo que no quería amenazarlos. Esperaba que esto no se convirtiera en un baño de sangre en el que los ingenuos terrestres sean un blanco fácil.

Esperaba, pero no era suficiente para confortarlo. No confiaba en Levana. Ni por un momento.

Pero esta era la única forma de darle a Cinder la oportunidad que necesitaba para enfrentar a Levana e iniciar su rebelión. El éxito de Cinder podría dirigirlos a deshacerse de Levana y su tiranía. No más plaga. No más guerra.

Por todas las estrellas, esperaba que esto funcionara.

Enterrando un suspiro, paseo la mirada por la sala de su nave real. Si no fuese por la asombrosa vista de la tierra, Kai no tuviese ni idea de que estaba en una nave espacial después de todo. La decoración tenía toda la decadencia del viejo mundo del palacio: Faroles ornamentales y fondos de pantalla dorados y un tema de murciélagos volando talladas en las molduras de corona. Hace mucho tiempo, los murciélagos habían sido símbolo de buena suerte, pero a través de los años llegaron a simbolizar viajes seguros por la oscuridad del espacio.

Torin captó su mirada desde una silla tapizada del otro lado de la sala, donde estaba ocupado leyendo en su portavisor. Él insistió en venir a Luna, asegurando que la presidencia de seguridad nacional, Deshal Huy, sería capaz de actuar como cabeza de la Comunidad en su ausencia. El lugar de Torin era al lado de Kai para lo que valía la pena.

"¿Sucede algo malo su majestad?"

"No, no tanto." Secó sus palmas en sus muslos. "¿Les dijiste a los pilotos que quiero ser informado si alguna nave nos contacta?"

"Por supuesto. Desearía poder decirle que encontraron razonable tal petición, pero lo ven comprensiblemente sospechoso."

"Siempre y cuando lo hagan."

"¿Seguro de que esta es una buena idea?"

"No, en lo más mínimo." La nave giró y la tierra ya no era visible por la ventana, Kai se alejó de allí. "Pero confió en ella."

Torin bajó su portavisor. "Entonces no tengo otra opción más que confiar en ella también."

"Oye, tú le dijiste de mi segundo chip de seguimiento."

"Sí, y desde entonces me he estado preguntando si fue ese el pero error que he cometido."

"No lo fue." Kai movía los hombros obligándolos a relajarse. "Cinder puede hacerlo."

"Querrás decir, Selene puede hacerlo."

"Selene, Cinder. Ella es la misma persona Torin."

"Estoy en desacuerdo. Para el mundo, Linh Cinder es una peligrosa criminal que secuestró a un líder mundial y ha instigado una guerra, mientras que la princesa Selene podría ser la solución a todos nuestros problemas con Luna. Por ayudar a Linh Cinder, el mundo pensara que no es más que un adolescente enamorado. Por ayudar a Selene, estará demostrando una postura valiente contra los enemigos de nuestro país y haciendo lo que es mejor para el futuro de la Comunidad."

El vestigio de una sonrisa apareció en los labios de Kai. "Sea lo que sea que el mundo piense, son la misma persona. Quiero lo mejor para Cinder, y quiero lo mejor para mí país. Convenientemente, creo que son la misma cosa."