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Me desperté y él no estaba a mi lado.
Me cubrí con las sábanas y bajé a buscarlo, lo encontré en la cocina, sentado encima de la mesada comiendo un sandwich.

-Hola- sonrió -quieres uno?
-Pensé que te habías ido.
-Y dejarte aquí sola? no... tenía hambre y bajé a ver que encontraba... ok, te prepararé uno.

Se bajó y buscó en la heladera los ingredientes.
Me acerqué y lo abracé por detrás para sentir su calor. Se dio la vuelta poniendo sus bazos en mis hombros.

-Estas bien?- asentí -quieres ir a tu casa?
-Qué hora es?
-Las cuatro y media de la tarde- miré asustada por una de las ventanas.
-Eres un imbécil!- le dí un manotazo suave en su rostro.
-Oye! si, es de madrugada... quieres irte ya?- sus labios tocando mi cuello me estremecían.
-No... al menos no si me preparas un sandwich a mi también...
-Y te quedarás luego conmigo hasta que amanezca?
-Puede ser... quizás... solo si me das un beso...
-Solo uno?- mordí mi labio inferior al mirar mis ojos en los de él. Crucé mis brazos por detrás de su nuca.
-Todos los que te queden por darme...

Volvimos a besarnos y solté la sábana. Se apartó de mi y me observó completamente desnuda.

-Eres la mujer más hermosa que he tenido entre mis brazos.

Solo siguió besándome mientras acariciaba mi espalda un poco más pero no ocurrió nada. Esperaba que lo hiciéramos de nuevo, pero tomó la ropa de cama y me cubrió de nuevo.
Después de comer, volvimos a acostarnos en ese lugar donde me hizo suya unas horas atrás.
Acariciaba mis labios mientras hablaba con él, los pellizcaba despacio, apretaba mis mejillas, besaba mi mentón, mi nariz... se comportaba de la manera más tierna que jamás había esperado.
La primera luz del día se hacía visible. Me vestí despacio y lo ayudé a prenderse su camisa mientras tocaba su pecho y daba besos cortos en su cuello que me correspondió con un fuerte abrazo.
Volví a casa aferrada a él mientras la brisa de la mañana nos acariciaba a ambos. Un beso corto para despedirnos y la ansiedad de vernos al instante en que nos separábamos.
El lunes por la mañana fue diferente. Popcorn y yo actuábamos más novios que nunca sin realmente serlo. Jugábamos como dos niños, nos pasábamos esquelas, actuábamos como una pareja realmente cursi. Slash y Duff nos miraban sin comprender que había pasado o si pasaba algo de lo que los habíamos dejado afuera.
Habíamos cambiado en ese aspecto, pero él se demostraba frío como siempre, desvalorizando las miradas de enamoradas que le dedicaban sus admiradoras, pisoteando todo sentimiento que otras tenían por él.
Abrió su casillero y cayeron un par de cartas. Las tomó todas y las tiró en un tacho de basura.

-A ver si entienden que estas mierdas no me interesan- dijo en voz alta mientras con mis amigos festejábamos esa acción.

Para mi puta desgracia, ese festejo, rebotaría en mi tirando abajo mi castillo de naipes.
Jueves por la mañana. Estábamos en las gradas viendo entrenar a Popcorn muy relajados y uno de mis amigos hizo una confesión.

Duff: -Hay una chica que me gusta- con Slash lo miramos sorprendidos.
Slash: -Al fin! pensé que tanta insistencia en querer dormir en mi casa era porque querías acostarte conmigo- reí.
Duff: -Cállate! que esa idea solo la tienes tú. Tienes sueños húmedos con todo el equipo de fútbol americano.
Clare: -Ya! vamos! y quién es esa chica?
Duff: -No la conocen... me la crucé varias veces en las fiestas de Izzy.
Clare: -Y hablaste con ella?
Duff: -Si, unas cuantas palabras... nada más... es hermosa.
Slash: -Y como se llama? Porque la mayoría está deseosa de cumplir fantasías conmigo.
Duff: -Cassandra.
Clare: -Y cómo es?
Duff: -Alta, rubia, tiene unos melones increíbles, un trasero que parece haber sido esculpido por los mismísimos dioses.

Con Slash reímos. No podía ser de otra manera.
El sábado había llegado. En casa de Izzy, ayudamos a acomodar todo para la fiesta y nos quedamos hasta que comenzara. Con Steven y Slash, esperámos a Duff para que nos presentara a su nuevo amor.
La chica era tal cual la había descrito. Faltó el detalle de los ojos verdes, boca fina, una bonita nariz, cabello largo lacio, obviamente oxigenado.

Duff: -Chicos, Ella es Cassandra.

Con Slash la saludamos cordialmente, pero Steven empalideció y quedó petrificado ante la presencia de esa chica y ella lo miraba deseosa.

Steven: -Cassandra... Cassandra Mendreston?
Cassandra: -Así es... y tú cómo te llamas?

Popcorn tenía una botella en su mano que soltó sin inmutarse de que estaba llena. Nervioso, salió de la mansión y como siempre, salí corriendo detrás de él.

Clare: -Que sucede?!- él golpeaba una de las columnas de la entrada y no respondía -Steven! Para! Tus manos! Vas a lastimarte!- lo sujeté de uno de sus brazos pero me fue inútil porque en una sacudida terminé en el suelo.

Se percató de lo que había hecho, volvió en si mirándome atontado. Tomó mi mano ayudando a levantarme.

Clare: -Por qué, Steven? Por qué lo haces? Qué sucede?
Steven: -Porque odio a la vida, odio al destino! Quiero largarme de aquí ahora mismo!
Clare: -No vas explicarme por qué?- dejó escapar algunas lágrimas. Lo abracé y puso su cabeza contra mi hombro intentando cubrirse la cara.
Steven: -Vámonos, Clare... por favor- Suplicaba. Era algo que jamás había oído de sus labios, una súplica.
Clare: -Por qué?
Steven: -Cassandra arruinó mi vida. Mató todo lo que podía sentir alguna vez por alguna chica- me atemoricé por eso.
Clare: -No me digas que ella es...
Steven: -Si, Clare... ella es esa chica de la secundaria que hizo mierda mi corazón.  

Appetite For DestructionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora