Realmente lo sentía, no necesitaba mentir. Me besó de una manera distinta, más sentida, como si hubiese esperado la vida entera para escucharme decir "te amo" o no me hubiese besado en mucho tiempo.
Lo acompañaba hasta la entrada al vestuario cuando un hombre se interpuso en nuestro camino.— ¿Steven Adler?...Alabama Crismon Tide estaría muy interesada en ti —dijo con una amplia sonrisa—. Toma mi tarjeta. Estaremos en contacto.
Quedó, de cierta manera, entusiasmado, aún un poco más contento. Ambos mirábamos esa tarjeta de manera distinta: yo como a un sueño que él no tenía que realizar porque no era suyo y él como una posibilidad si no lograba ingresar a Rensselaer.
— Toma. Guárdala por mi. La perderé con toda esta emoción que cargo —besó mi frente y corrió a ducharse.
Caminé al estacionamiento un poco triste mientras leía una y otra vez el nombre de ese señor, su ocupación y su número de teléfono. Era representante de futbolistas amateurs.
Duff y Slash estaban contentos, desbordaban felicidad.
A mi esa persona de Alabama me había cambiado la noche y el ánimo por completo.Duff: —¡Hey, Clare! —notó mi decaimiento —. ¿Qué sucede? —le entregué la tarjeta.
Clare: — Quieren llevarse a Popcorn a Alabama Crismon Tide.
Slash: — ¿Es en serio? —le arrebató el cartón de las manos a Duff—. Vaya, eso es genial!Comencé a llorar. No soportaba la idea de que se fuera y me dejara sola por más que me fuera a Nueva York. Mis amigos me consolaron. Tenía que aceptarlo por más que no quisiera: tenía que dejarlo ir.
Fuimos a festejar el triunfo con Steven en la casa del entrenador. No tenía ganas de nada. Estaba sola en el porsche con una cerveza llena en la mano.
Steven: —Aquí estás...
Clare: — ¿Eh? si... ¿estabas buscándome? —puso su brazo encima de mis hombros.
Steven: — Necesito a mi novia conmigo en este momento tan espectacular.
Clare: — ¿Te irás a Alabama?
Steven: — ¿Cómo?— preguntó asombrado
Clare: — Que si irás a jugar a los Crismon Tide...
Steven: — No lo sé. En el vestuario, otro representante me dio su tarjeta y me dio su tarjeta también y me habló de becarme en el Boston College si jugaba con los Eagles. Massachusetts queda más cerca —sonrió. Asentí—. ¿Qué te sucede?
Clare: — Es que... no quiero separarme de ti.Me abrazó muy fuerte. Mis lágrimas rodaban por mis mejillas. Estaba triste por completo.
Steven: — Hey.. hey, linda... todo estará bien.
Clare: —No... no lo estará. ¿Tú estarás bien sin mi? ¿A kilómetros de poder besarme? ¿De sentir mi calor?
Steven: — ¡Claro que no! Te extrañaría a cada segundo, pero aún no me decido. Sabes lo que realmente quiero. Rensselaer aún no me ha enviado esa puta carta. No te adelantes a los hechos...
Clare: — Te amo.
Steven: —Me gusta escucharte decirme eso —levantó mi rostro por mi mentón humedecido, secó mis lágrimas y sonrió— Te amo, Clare, de verdad, te amo.Un beso que logró aliviar mi decaimiento. Nos abrazamos muy fuerte mientras nuestras bocas seguían unidas. Si no fuese porque necesitábamos respirar, no hubiésemos dejado de besarnos.
Steven: — ¿Qué te parece si nos vamos de este lugar? —guiñó.
Clare: — ¿A donde quieres ir?
Steven: —Esa es una genial pregunta.Tiró de mi mano bajando los escalones de la entrada. Subimos a su moto y aceleró tan rápido como pudo.
Unos largos minutos de viaje. La primavera nos regalaba una hermosa noche.
Llegamos a la cabaña de sus abuelos. Bajamos del vehículo y me abrazó por detrás.— Quiero pasar una noche inolvidable contigo —acarició mi cuello con su labio inferior, me dí vuelta y juntó su frente con la mía—. Amo hacerte mía.
Nos besamos con pasión y entramos a la cabaña. Me sacó mi chaleco y me deshice del suyo. Me tomó de mi cola subiéndome sobre él, enrollando mis piernas en su cintura. Me puso contra una de las paredes del pasillo mientras me sacaba mi remera, yo desprendía su camisa con apuro e incomodidad y besaba su boca bruscamente. Desabotonó mi pantalón mientras relamía y mordía sus labios, me miraba de forma pervertida. Me bajó de su cintura y bajó mis jeans mientras me sacaba las zapatillas y las medias con prisa, hundió su cara en mi sexo cubierto aún con mis bragas, me sujeté de donde podía mientras gemía. Se puso de nuevo de pie y se pegó a mi haciéndome sentir su erección sobre su pantalón. Nos fuimos a una de las habitaciones y nos metimos a la cama. Me sacó el brasier y comenzó a lamer mis pechos con desesperación mientras me apretaba por la espalda intentando meterlos más en su boca. Mis pezones estaban erectos y eso le encantaba, lamía y mordía despacio. Sentía que me faltaba el aire por tanto placer que todo eso me generaba. Me dí la vuelta dejándolo debajo de mi. Desprendí su pantalón y su bóxer abultado me pedía ser corrido o explotaría. Así lo hice. Su miembro estaba todo disponible para lo que quisiera. Comencé a lamerlo despacio. En el frenesí, Steven tiraba algo fuerte de mi cabello mientras lo feleba como a él le gustaba. Lo mojaba entero con mi saliva, lo masturbaba con locura, sus gritos ahogados y su voz ronca diciéndome lo genial que lo hacía, me enloquecían por completo y seguía mamandolo todo lo que podía. Me frenó de golpe y me acostó. Corrió mi última ropa interior y su lengua comenzó a moverse de un lado a otro en mi vagina haciéndome mojarlo mientras gritaba y arqueaba mi espalda. No dejaba de jugar con mi clítoris, demasiado arrebato para una sola noche. Buscó un condón con suma rapidez en los bolsillos de su pantalón, se lo colocó. Me sentía urgida de tenerlo dentro mío y me cumplió ese deseo. Me dio vuelta boca abajo. me hizo flexionar las piernas, y poner los brazos rígidos, me tenía en cuatro entera para él. Entró en mi despacio. Un gemido agudo de él me excitó por completo. comencé a gemir y gritar. Lamía mi espalda y eso me perdía por completo. Mordía mis costados y apretaba mis pechos con sus manos. En esa posición me hacía alcanzar los orgasmos más espectaculares que jamás había soñado. Deliraba.
-Dame más, Steven... quiero que lo hagas más duro.
-Asiii, nena, pídime lo que quieras... —gruñó— ¿Te gusta como te lo hago? Aaah, me encanta tenerte así para mi.Sus embestidas cambiaron el ritmo. Me sujetó del cabello mientras entraba y salía de mi con rapidez y furia. Me sentía arder de tanto calor que despedíamos. Salió de mi y me hizo subir sobre él. Amaba eso, podía ver sus gestos de placer y entusiasmo por tenerme desnuda con su mástil dentro de mi. Subía y bajaba con toda la velocidad que podía.
— Aaah, ¡Clare! Aaah... ¡Si, amor! ¡Así!
— ¡Ponla más dura, Steven!Tomaba de mi trasero con fuerza, lamía mis pechos. Comencé a convulsionar despacio mientras él llegaba a la cumbre de su orgasmo. Llegamos al clímax juntos. Me acosté sobre su pecho agitada, él también respiraba con dificultad. Me abrazó con fuerza y besó mi cabello.
— Haz cumplido tu palabra... —dije en voz baja, aún no recuperaba el aliento del todo...
— Siempre lo hago... —suspiró con dificultad.Descansamos un poco y nos duchamos juntos. Acariciaba mi cuerpo con delicadeza y yo lo besaba de la misma manera.
Nos vestimos entre risas porque nuestra ropa estaba desparramada por toda la cabaña.
Quedamos afuera sobre su moto abrazados por un largo rato mientras los primero rayos del sol aparecían en el horizonte.— ¿Quieres ir al baile de graduación conmigo? —reí.
— No, iré con Duff.
— ¿De verdad?
— ¡No, tonto! claro que iré contigo.Los días pasaron después de aquella noche increíble. La noche de la fiesta de fin de curso llegaba. La carta de Rensselaer no había aparecido en su buzón de correos, Steven tenía que decidirse, pero algo me decía que no íbamos a estar contentos con esa decisión.
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Appetite For Destruction
Fiksi Penggemar⚠FANFIC EN ESPAÑOL⚠ [EN EDICIÓN] A veces por dar ideas o tener buenas intenciones, estas se mal interpretan y creas caos total a tu alrededor cuando todo venía marchando bien, sin exigencia alguna de nada ni de nadie. A veces, hacer cosas por otra p...