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No supe corresponderle. Me vestí despacio de espalda a él. De pronto aquel chico supuestamente frío que amaba a la chica equivocada daba a conocer sus sentimientos.

En verdad estaba celoso de Izzy porque él no solo podía amar, si no también celar y de manera posesiva.
Lo sentí levantarse de la cama, abrazarme por detrás y dar besos cortos en mi hombro

-Sé que no sientes lo mismo... pero no importa... se lo mal que hago en amarte.

Esas palabras me sorprendieron.
Me sentía una puta a la que solo le interesaba tirárselo cuando él quisiera porque era quien tenía el dominio sobre mi.

-Mientras sigas siendo mía, no me importa que no me ames- acariciaba mi abdomen de manera tierna.

Puse mis manos sobre las suyas. Al menos un gesto de cariño tenía que demostrarle. Me giró lentamente. Una sonrisa amigable en su rostro me hizo sonreír, me besó despacio y tranquilo.
Volvimos a acostarnos. Nos quedamos abrazados en la cama mientras las baladas sonaban.
No lograba entender porque no lo amaba pero lo valoraba, al menos ya era un paso.

-Qué somos, Steven?
-Personas... creo...- reímos ambos
-No, tonto, tú y yo... somos amigos?
-Quieres que seamos amigos? Pensé que ya lo éramos.
-Que gracioso... no, que, después de todo esto... somos amigos?- Su silencio incomodó el ambiente.
-Creo que si...- se colocó de costado mirándome directamente a los ojos acariciando mis labios con la punta de sus dedos -aunque... desearía que fuésemos algo más que amigos- quedé contemplando cada movimiento de su rostro -pero tú no me amas como para que avancemos más- se ponía boca arriba nuevamente.

Odiaba no amarlo, pero sentía que podía lograrlo si realmente era lo que quería.

-Ni siquiera te gustaría intentarlo?- sonreí. Giró su cabeza rápido con total interés en mis palabras y un gesto de no creer lo que oía.
-Tú dices... ser novios reales?
-Y que es lo que tú propones?- sin contestarme sus labios se juntaron con los míos para separarlos despacio y preguntar:
-Realmente quieres ser mi novia, Clare?- reí.
-Realmente- volvimos a besarnos.

Volví a casa siendo novia de Steven. No podía creerlo. Novia de mi mejor amigo.
Olvidé que tenía que lidiar con muchísimas cosas que día a día, se me recordarían, para mi desgracia.
Slash y Duff tomaron bien la noticia, Izzy no. El apetito de venganza de Steven aún continuaba. Cassandra que quería seducir a mi ahora novio. No más broma, ahora era en serio, pero no sabía que eso no sería aprobado por las personas que pensé que lo querían como mi amigo que era.

-No, no puedes. No. Tienes que romper con ese muchacho ahora mismo- ahora era "ese muchacho".
-Papá, no, me siento bien con él. Somos novios hace unos días, como pretendes que haga eso?
-Muy fácil: le dices que ya no quieres serlo y se acabó.
-Mamá! Dile algo!
-Clare, cielo, Steven no es chico para ti. Que futuro puede tener alguien que quiere ser jugador profesional de fútbol americano pero ni siquiera lo han visto los grandes entrenadores?
-Él no quiere ser eso! Quiere estudiar una carrera de verdad! Por favor, mamá, te necesito de mi lado.
-Lo siento, Clare... pero tu padre tiene razón. Y si fracasa en los exámenes de la universidad? Y si finalmente nadie lo tiene en cuenta para ningún equipo?
-Eso es lo que te preocupa? En todo caso es el futuro de él!
-Y el tuyo también! No dejaré que mi hija sea novia de un fracasado- gritó mi padre dando un portazo saliendo al patio de casa.

No podía creerlo, lo esperaba de Izzy o de cualquier otra persona, pero ¿De mis padres? Ellos lo conocían y hablaban tan mal de él. De repente dejó de ser el chico que les parecía simpático, buen estudiante a pesar de armar terribles líos, a ser un inútil con hambre de gloria que quizás jamás conocería. No lo comprendía. De todas maneras, no iba a dejar a Steven porque ellos quisieran. Podían oponerse todo lo que pudieran pero no, ahora él era mi novio y le dí mi palabra de intentarlo.
Las cosas se pusieron peor.
Castigada de la tarde a la noche. No podía salir con mis amigos, no podía hablar con nadie por teléfono, mamá me llevaba y me traía del colegio, algo que era en vano, porque veía a los chicos y a Popcorn de todas formas. Nada de novios... eso era lo que ellos pensaban porque no tuvieron en cuenta que inválida no era. Me escapaba por la ventana de mi habitación para irme de juerga. Duff con su astucia, hizo copias de las llaves de casa antes de que me las sacaran. Ninguno de los obstáculos que me habían puesto, eran imposibles de vencer para mi y las enseñanzas que me habían inculcado mis amigos, tenían que servir para todo en todo momento.
Un día cualquiera, Steven no bajó de su moto ni tenía sus libros consigo, lo vi algo escondido entre otros autos. Entré al colegio a la vista de mi madre que se quedaba hasta que el timbre de ingreso sonara. Me había metido en el baño, esperé cinco minutos y salí disparada como una flecha. Él se estacionó frente a la puerta de entrada y me subí con prisa a su motocicleta.

-A donde iremos?
-A la mierda!- gritó y aceleró a fondo mientras reíamos.

Sus abuelos tenían una cabaña en medio del bosque y nos instalamos allí por unas cuantas horas. Estábamos recostados en uno de los sofá, tranquilos, disfrutando de la soledad y el silencio.

-Necesitaba estar contigo a solas.
-Tengo que decirte algo.
-Qué?
-Cada vez me siento mejor a tu lado- sonrió -creo que esto de ser tu novia es agradable... aunque a otras personas no les agrade para nada.
-Tus padres... se pueden ir al carajo. No pueden separarte de mi.
-No lo harán.

Las horas pasaron y almorzamos cosas que había robado de la heladera de su casa. Nos quedamos dormidos después de comer. Al despertar, tenía que volver al colegio. Llegaría sobre la hora de salida.
Al llegar al colegio, una profesora me vio y me dijo que tenía que ir con urgencia a la dirección. Habían llamado a mis padres porque tenía dos putas jodidas faltas a clases y ese día les habían dicho que no había ido.
En la preparatoria se comportaron como gente civilizada, pero todo cambió cuando llegamos a mi hogar. Los gritos en casa jamás se habían hecho presentes hasta ese momento, faltaba poco para que volara algo, no entendía porque tanto enojo.

-Y todavía lo preguntas, Clare?! hasta tus profesores dicen que esos chicos no te convienen! Que arman desmanes, que pelean dentro de la institución, y dices que esos delincuentes son tus amigos?- mi madre estaba fuera de si.
-No son delincuentes.
-No los defiendas, jovencita!- y mi padre no era el mejor paño frío de la situación -vas a dejar de ver a esos inservibles porque lo digo yo! estamos?
-No. No voy a dejar de verlos. No voy a seguir tu voluntad!
-Vas a llevarme a la tumba, Clare Duren! Acaso quieres verme mal?- exageraba mi madre, a alguien tenía que haber salido.
-No te hagas la víctima! Se dan cuenta que me están encasillado? de que saben la mitad de la historia que les han contado? Prefieren creerle a otra gente que a su propia hija? Gracias por su confianza.
-Estás así!- el gesto de pequeño de mi padre me daba risa -Así de perder toda esa confianza que acabas de mencionar. A donde fuiste hoy?
-Por ahí.
-Por ahí donde?!- gritó mi madre.
-Prostituyéndome.
-Ni en bromas digas eso!!
-Y que quieres?! Diga lo que diga no vas a creerme -miré a ambos- no van a creerme. Están en su pose de que soy la peor hija del mundo, que me rodean los gánster más peligrosos del mundo. Por más verdad que diga, sonará a mentira en sus oídos- subía las escaleras a mi cuarto mientras mis padres seguían gritándome.

Sentí el impulso de romper mi habitación entera, de sacarme tanta rabia de alguna manera.
A mi mente se le ocurrió recordarme mis propios pensamientos en un momento nada conveniente "uno de los dos va a salir lastimado" y recuerdos de momentos en que le dije a Popcorn que arruinó mi vida.
Odiaba a mi cabeza que no paraba de pensar y recordarme cosas una y otra vez como un maldito disco rayado.
Faltaban meses para terminar la preparatoria, no podía escaparme de casa que era lo que deseaba. Mi vida se había convertido en un infierno.  

Appetite For DestructionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora