ALBA // Crónicas de Vida.

Muerte.

La muerte, no es mala, no es buena, es esa supuesta parte final de lo que llamamos nuestra vida, donde dormimos, logrando "descansar en paz".
Tras la perdida de alguien querido, viene el dolor de la perdida, esto, en realidad es el dolor de la nostalgia; el ser humano, por naturaleza es algo nostálgico, se aturde pensando en lo que pudo hacer para tener a esa persona a su lado, y, no lo hizo, todos esos lindos y no tan buenos momentos junto a ella, junto a él, llegan de manera perspicaz a nuestra mente, el dolor no se va a borrar o a olvidar, solo, se aprenderá a sobrellevarlo en una realidad de torpes y angustiosas caídas.
Según miles de doctrinas religiosas la vida después de la muerte se le dará a quienes se redimieron de sus pecados y a quienes no, se les condenará al sufrimiento eterno...
La vida es la luz de cada mañana, y la muerte el fuerte frío de invierno, ese pequeño rayo de Luna, que en algún momento te dará serenidad...
La muerte, es esa que se disfraza de Ángel guardián, que te cuida, te protege y a tu lado siempre está, pero, que en algún momento se quitará el disfraz y te llevará.
¡Oh, muerte! Frío de un cálido verano, amiga y mercenaria de almas, in-pérfido ángel oscuro, lleno de amor sin comprender.
¡Oh, querida! Muerte de luz, oscuridad de las noches, condena de la vida, musa de mis versos, protagonista de mis poemas, inspiración de mi corazón... Impulso de mi pluma, árbol para mi papel...
¿cómo no tomarte en cuenta? Si eres el temor de muchos, la aspiración para otros, y el final de un viejo libro que sólo dirá "... Y en esa delgada orilla del lago más puro y limpio, en esa cálida, pero, nostálgica tarde de otoño, se sintió aquella fría sombra recostarse a su lado mientras dormía... Era la muerte, recordando que ya era su hora..."