ALBA // Crónicas de Vida.

Cuanto daría.

Hoy, entre pensamientos perdidos logro recordar nostálgicamente... Aquel día primero del mes de Marzo, cuando a mi lado no pudiste estar por cuestiones de trabajo... Cuestiones de trabajo que un once de Diciembre te derribaron sin pensar.

¡Oh! Cuanto daría por tu rostro ver una vez más, por darte un abrazo sin final, cuanto daría para que esa bala no llegará a tu ser...
¡Oh! Esa bala, causante de tu último suspiro, esa bala, que te hizo mirar al mundo por última vez desde el frío asfalto de una desolada calle, bala ocasionante de que lo que escucharás por última vez fuera el sonido de un arma disparar...
¡oh! Que tristeza me da el pesar de ya no tenerte aquí, de que en ese último suspiro, se desperdiciara esa tu última gota de esperanza, de vida...
¡Oh, vida! Que cruel eres, me has arrebatado un hermoso ser, dejándole dormido para una larga eternidad...
¡Oh, triste vida! Como desearía el tiempo llevar atrás, ir por aquel camino hasta su ciudad natal, verlo, y no dejarle trabajar, dejarlo con asfixia no por agonía, sino, por un abrazo...
¡Oh! Como quisiera recuperar el tiempo perdido, dejar esos exámenes de lado, ese curso para después, y solo viajar rápidamente hasta llegar a ese tu encuentro otra vez.
¡Oh! Cuanto daría para hoy tenerte aquí, junto a mi, por olvidar que te vi por última vez, en aquel pesado y nostálgico cajón de madera aparentar dormir... Cuanto daría, pero, es triste perderte en palabras, letras, hojas y filosóficas noches de pesares, las cuales no me harán recuperarte, y sin embargo sigo pensando, sigo diciendo... Cuanto daría...