Morir.

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Y pensar que solo con mirar hacia la luz descubriría mi verdadera oscuridad; esa oscuridad plena que todos, en algún momento creen tener, pero, ni la cuarta parte llegan a sentir... Este destino, destino que nos corresponde a cada uno, que con su ruda y delicada mano toca nuestra mente, nuestra alma... Nuestro cuerpo.
¡Oh!... Triste destino manchado, ya no serás igual; algo ha cambiado.
¡Oh, querido! Destino perdido, tortuoso y maltratado, que rara he sido yo... Has cambiado por mi, por mis inicuas acciones que me han llevado ha ser un triste e imperfido ángel caído, que a pesar de su dolor con su masoquismo se hace amiga de lo que una vez la hirió.
¡Oh!... Destino cambiado, pronto terminará ese camino rocoso donde en un momento quise mi poca esperanza desperdiciar. Tristes caminos que nos hacen pensar y recordar, reír y llorar, nos hacen cambiar.
Triste destino, triste camino... Quien te lleva, quien te carga, quien te camina... Llorará a momentos, algunas veces su piel herirá, y en otras ocasiones reirá, sólo el momento lo definirá. Todo puede cambiar, pues subjetivo eres, esa es la gran realidad; y aunque sepamos que eres el destino que debemos correr, antes de... Morir... No nos rendiremos, te correremos como un maratón, antes de conocer, la oscuridad en la luz de la mortalidad...

ALBA // Crónicas de Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora