Cap. 15: Plan B

69 5 0
                                    

Emma estiró su mano, en ella mostraba un pedazo de papel que enmarcaba a ser una fotografía de la próxima víctima. La tomé y la enrolle sin darle mucha importancia, la guardé en mi bolso y di media vuelta, sabía que eso la haría enojar y hacerla enojar me causaba gran satisfacción.
-Por el momento estoy algo ocupado, cuando tenga tiempo te regreso la cita- salí del salón esperando que ella me detuviera, pero nada, solo se cruzo de hombros regalándome una sonrisa, como si supiese mi próximo movimiento.
Llegué a mi casa y descansé en el asiento trasero antes de entrar, quedandome intriga por el muy inusual encuentro con Emma. Desde ahí pude observar a Melody saliendo lentamente, con pasos pequeños y contados. Una sonrisa escapó de mi barba.
-¿A donde va guapa?-grité apenas asomandome por la ventana
Ella no me miró, y solo se quedó paralizada como si tuviese miedo.
Bajé del auto y le di un pequeño abrazo por la espalda, después de robarle un beso en la mejilla.
-Idiota!
La subí a mi hombro izquierdo sin darle oportunidad de escapar, azoté la puerta blanquizca de madera y la recoste en el sillón llenándola de besos.
Ella me detuvo y sonrió mordiéndose los labios
-Pero que cursi se ha vuelto Mr. Salvavidas
La callé comiendome sus labios y arrebatándole la ropa, la tenia en mis manos y no la dejaría ir.
Sus manos comenzaron a recorrer mi estomago, jugueteando iba bajando lentamente, ella era libre de hacer conmigo lo que deseara. Llegó al cierre de mi pantalón y lo bajo de uno, seguido del cinturón y antes de quitármelos sus manos se posaron en los bolsos. Se detuvo un rato y miro la fotografía que por idiotez mía se me había olvidado ocultar.
-¿Cuándo me tomaste esta fotografía?
Me paralicé al oír su pregunta y arrebaté la fotografía de sus manos, la miré de reojo y mis latidos se intensificaron aún más.
Emma lo sabía, sabía lo que pasaba entre Melody y yo. Y sabía que no descansaría hasta tener su venganza.
A broche mi camisa y salí de la casa nuevamente, Melody no merecía esto, pero necesitaba tenerla a salvo. Jale su muñeca y la obligué a seguirme semidesnuda, ella solo se quejaba pero no podía oírla, mi cabeza estaba intentado comprender las intenciones de Emma.
Abrí la puerta del auto pero Melody se reusó a subir, tranquilice mi respiración y me acerqué lentamente a sus labios, cuando la tenia en mis brazos, la subí sutilmente al asiento trasero y con una sonrisa le hice creer que tenia todo bajo control.
Llegamos a una casa cerca del centro de la ciudad y Melody con nervios se intentaba cubrir. Me quité la camisa y se la cubrí mientras bajaba del auto.
Alexis apenas y se mantenía de pie, pero sabía que era de fiar.
-Ey Sam! ¿Que tenemos por aquí?- se acercó a Melody mostrándole sus bien delineados dientes
-Necesito que la cuides por unas horas
Melody solo me miraba con cara de odio e incomprensión. Pero no hacia nada para determe y eso me ponía los nervios de punta.
Pasé al centro a comprar un traje nuevo y que Emma no sospechara nada, me dirigí a su casa mientras me ponía mi mejor perfume. Había prometido no enrollarme con ella, pero tenía que convencerla de algún modo que yo estaba disponible, que no conocía a Melody y hacerla quedar como nada.
Pasé por una tarta y una docena de rosas, tenia un plan B, uno que no creí que llegara a utilizar y que no estaba seguro si funcionaría, pero me tenía que arriesgar; sabia lo que era capaz de hacer su mafiosa empresa y me asustaba.
-Oye guapa, ¿por qué no vamos a cenar?
-¿No que estabas muy ocupado Miller?
-Siempre hay espacio en mi agenda para mi chica favorita
Pude oír su risa por el teléfono y ella confirmó la cita, su voz se oía más alegre de lo habitual y mi mente daba vueltas, ella era una chica muy inteligente.
La llevé a un restaurante demasiado caro para mi alcance, pero que por suerte con mis ahorros podría pagar. La ayudé a sentarse y saqué la tarta cantándole feliz cumpleaños.
-No es mi cumpleaños
-¿Ah no? ¿Y ahora qué haré con la tarta?- la miré con cara pícara- Aunque creo yo que la podríamos aprovechar muy bien en un juego que se me acaba de ocurrir.
Su vestido negro hacia resaltar sus ojos azules y volví a ver en ella una mirada dulce y comprensiva que a la vez me cagaba de miedo.
-¿Qué éstas planeando Miller?
Me levanté y me arrodillé a su lado.
-Quiero que te cases conmigo

Prohibido Suicidarse EnamoradoWhere stories live. Discover now