Emma era la chica perfecta, supongo que ya lo mencioné antes. Bella, sexy y tierna, cumplía todos mis deseos sexuales, celosa pero no al límite de dañar la relación, comprensiva y sobre todo inteligente, tan inteligente que podía lograr manipularte sin que te dieses cuenta. Sin embargo, me hacia sentir vacío.
Era nuestro aniversario y decidí llevarla al cine; claro que para ello teníamos que viajar a la ciudad, de solo pensar en que había probabilidad de encontrarme a Melody mi corazón palpitaba cada vez más rápido.
Era un cine realmente muy elegante, las persianas rojas y focos blancos iluminaban el lugar. Emma como era costumbre llevaba un vestido rojo, y no pude evitar sonreír al mirarla mientras subíamos las escaleras. Buscábamos nuestros lugares cuando escuche un crispido detrás de mi. ¡Psst, psst! ¡Hey!
Volteé y pude adivinarlo, sus chinos rozados lo delataron al instante.
-¡Hey hermano! ¿Qué haces aquí?
-¿Melody está contigo?
-¿Desde cuándo te interesa más una chica que yo? ¡Desgraciado!- bromeó -Melody está por allá sentada- señaló unas cuantas filas delante de nosotros- No te preocupes, haré lo posible por evitarlos, solo quise venir a saludarte.
No presté mucha atención a lo que dijo, solo observaba sus blancos y delgados dedos mientras acomodaba su cabello.
-¿Emma? ¿Volviste con Emma?
-¿Qué?- regresé a la realidad- ¡Oh! Si, ¿No te lo había mencionado ya?
El telón abrió y Alex bajó las escaleras tan ráido que no tuve tiempo de despedirlo. Me senté junto con Emma y ella dio el discurso que creí, ¿Aún eres amigo de Alex? Creí que no desde lo sucedido, ¿Por qué no me llamaste para saludarlo? ¿Porqué el no me saludó?, ¿Ya no me recuerda? ¡Imposible! ¡Estaba perdido por mi! Deberías invitarlo a la casa, podríamos ser buenos amigos los tres. La película empezó y fue un gran alivio para mi. No logré ver la película, estaba demasiado ocupado viendo a Alex intentando abrazar a Melody. ¡Bastardo! Apretaba mis puños y mordía mis labios; lo quisiera o no esta era mi realidad, tenía que callarlo y aceptarlo, al fin y al cabo era lo que yo había creado.
Terminó la película y Emma salió con desesperación. -Te dije que no debías de tomar tanta agua antes de salir-. Era lo que le repetía mientras bajábamos, -Cállate y corre- me dio su bolso mientras corría al baño, yo solo reía y me puse a esculcar su bolso, jugué con su maquillaje y comí unos cuantos dulces.
-¿Salvavidas?- levanté la mirada
Oír su voz me hizo erizar la piel; mirar sus ojos y sus labios es lo que más recuerdo.
-¿Te conozco?- dije sin tararear
Ella tomó mi mano, y nos metimos a un estrecho cuarto de limpieza, estaba obscuro y podía sentir su respiración.
-¿Cómo puedes hacerme sentir así? Creí que estabas para protegerme, creí que estábamos vinculados de una forma especial; es la primera vez en mi vida en la que me siento así, me haces sentir viva y muerta; hay días en los que vuelvo a la idea de suicidarme pero no puedo, cumplo mi promesa, no puedo porque sigo esperando a que me salves, eres un imbécil, ¡Te odio! Solo quería que lo supieras.
Oí la chapa girar y antes de que saliera tome su cintura y la besé, sentí tranquilidad y profundo deseo de permanecer así por siempre. Ella me evitó, sin embargo no la dejé salir.
-También es mi primera vez- dejó de luchar- también es la primera vez en la que me siento así, me haces sentir miedo, miedo a no poder protegerte. ¿Quién te crees tu para hacerme sentir tan patético? También te odio.
Ella me besó y una lágrima brotó, ahora no de ella sino de mi, sabía que este momento pasaría y que no se repetiría.
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Prohibido Suicidarse Enamorado
Teen FictionEncima de la azotea el aire es tan frio y calmado; en algún sitio allí arriba te perdiste en tu dolor. Digo tu nombre en silencio pero tu no deseas escucharlo justo ahora, sueñas con el final para comenzar de nuevo. Los ojos de la ciudad cuentan...