Esa noche soñé con sus ojos verdes rodeados de maquillaje negro corrido con lágrimas; y tuve ansias de volverla a ver. Para ser sincero esa chica no era muy bonita, pero me llamo la atención su sufrimiento y cobardía ante la vida. Tenía que ayudarla.
Bajé las escaleras para salir directo a mi trabajo, conseguí un empleo de medio tiempo puesto que mi madre se quejaba todo el tiempo que me la pasaba holgazaneando, y bien que tenía razón aunque me costara aceptarlo. Era un pequeño café delante de la sucia parada de autobús, y menciono sucia porque parecía que los limpian las calles no sabían que ese lugar era recurrido, la gente siempre se la pasaba quejándose de la basura e incluso ratas que llegaban a parar ahí, a veces me dedicaba a espantarlas pues daba mala imagen al café.
Llegué y baje mi mochila para ponerme mi delantal, y entonces pude sentir una mirada sobre mí.
-Hola salvavidas- dijo en tono burlón
-El baño de esta cafetería no es muy agradable, no creo que sea buena idea que te suicides ahí- dije apenas señalando el baño con el letrero de “Dams” porque se había caído la “A” hace un tiempo y nadie se había preocupado para volverla a poner, -si se entiende es más que suficiente- es lo que me repetía mi jefe cada que lo mencionaba.
-Igual no intentaré suicidarme aquí, tal vez en un puente, sería más liberador- cerró los ojos imaginándolo
-Como quieras-me regrese a la máquina de café-¿Ordenas algo?
-¿Tienes hamburguesas?
-¿Así que eres del buen comer? Siéntate en un momento te la llevo
- ¡Pero que amable es usted mr. Salvavidas!
-Lo sé- le dije con una sonrisa pícara
Fui directo a la cocina, saque la carne del refrigerador y empecé a asarla, una de las cosas que más me gustaban era cocinar, y pensé que tal vez y si le gustaba mí comida ella elegiría quedarse para seguir aquí, fue un pensamiento algo tonto pero no sabía cómo ayudarla.
-Lo estás haciendo mal, mira se está quemando, ¡que torpe!
-¿Ahora te metes a la cocina? Deja de meter tus narices aquí, en cualquier momento llegara mi jefe
-¿Y que tiene? No estamos haciendo nada malo, ¿o sí?- se acercó a mi mirándome con ojos traviesos
Mi reacción para no mostrar mis nervios fue reírme y ella se alejó de inmediato con una sonrisa de ganadora.
-¿Te gusto?- le pregunte de golpe
-Si-respondió de golpe
Y entonces me besó, sin aviso ni prudencia, solo me besó como si no hubiera mañana y después tomo un trazo de hamburguesa, lo metió a mi boca y me siguió besando, no sabía a qué estaba jugando, pero me estaba gustando.
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Prohibido Suicidarse Enamorado
Ficção AdolescenteEncima de la azotea el aire es tan frio y calmado; en algún sitio allí arriba te perdiste en tu dolor. Digo tu nombre en silencio pero tu no deseas escucharlo justo ahora, sueñas con el final para comenzar de nuevo. Los ojos de la ciudad cuentan...