Cuando menos lo pensaba ya la tenía ensima de mi. Nunca me había ligado a una tía tan facilmente, asi que solo aproveche el momento.
Nos deboramamos mutuamente como si hubiesemos esperado este momento toda la vida, su lengüa dentro de mi boca jugueteaba llevandose todo a su paso; conocio cada parte de mi boca y yo nisiquiera conocia su nombre.
Ella paró el beso agitada y me miró con una sonrisa; yo aún no procesaba lo que estaba pasando, solo queria seguir besandola por el fin de los tiempos. Casi pude leer sus pensamientos, ella deseaba ir a otro lugar y yo hice dudar su pensar; asi que nos salimos dejando todo a la suerte.
La llevé a la azotea de mi apartamento, el lugar más tranquilo que yo conocia; pero por alguna razón ella de pronto ya no estaba interesada en mi, sino en las cosas que nos rodeaban.
-Oye salvavidas, ¿Qué es esto?- preguntó mientras sostenia una botella de cristal con una carta dentro
-Es una historia triste... ¿La quieres saber?
-Me gustan las historias tristes, te recuerdan que no todo tiene un final feliz, te enseñan a ser humano y no una máquina que sonrie todo el tiempo
-Bien, esa botella es el último recuerdo que tengo de mi abuelo, el era marino y un día simplemente ya no regreso
-¿Se perdio en el mar?
-Nisiquiera se si este vivo o muerto, pero me rendí y deje de buscarlo. Cada que intentaba buscar rastro de él mi madre me regañaba y decia que me rindiera. Es algo inusual pero mi madre me enseño a rendirme.
-Salvavidas, ¿cúal es tu nombre?
Mi piel se estremecio al oir tal pregunta, al fin iba a conocer su nombre y talves un poco de su historia.
-Te lo diré si me dices el tuyo...- la miré a los ojos intentando leer su mente de nuevo
-Mi nombre es algo demasiado cursi
-¿Existen nombres cursis?-Quedé pensando en su respuesta
-Mis padres eran músicos, se conocieron en un concierto de los Rolling Stones, fui casi amor a primera vista, siempre me decia eso mi madre, y cuando nací me llamaron "Melody", porque soy su melodía de amor.
-Tienes razón, es demasiado cursi- reí
Antes de que dijera algo más, ella se sentó en mis piernas, me volvió a besar y volví a perder el control.
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Prohibido Suicidarse Enamorado
Teen FictionEncima de la azotea el aire es tan frio y calmado; en algún sitio allí arriba te perdiste en tu dolor. Digo tu nombre en silencio pero tu no deseas escucharlo justo ahora, sueñas con el final para comenzar de nuevo. Los ojos de la ciudad cuentan...