Cap. 14: Hotcakes y café negro

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Nos sentamos el el piso de madera algo mordido y saqué una botella de vodka que yacía en el congelador. Allí estaba ella, frente a mi, hablando de las cosas más torpes que se le pudieran ocurrir, pero ella no sabía que me estaba enamorando de todas esas cosas sin sentido, de esas cosas que no escuchaba por tan solo verla.
A los pocos minutos, algo ebrios subimos a mi recamara y entonces decidí enamorarla completamente, esta vez no se libraría. La desnude lentamente, y al desabrochar su camisa sus labios comenzaron a temblar, ella se empezó a alejar de mi y mis ganas descendieron.
Me detuve al instante y empecé por besarla, quitarle el miedo y hacerla sentir segura en mis brazos, conforme fui desabrochándo cada botón pude encontrar cada una de sus cicatrices, tenia prácticamente el cuerpo tatuado de ellas. Las contemple y pude ver su nerviosismo ascendiendo, le sonreí complacido y comencé a llenarla de versos, desde su espalda hasta el final de su cintura.
Entonces empezó a nacer la Melody que yo bien conocía, ella comenzó a tomar el control de la situación. Se monto en mis muslos, y mordió el lóbulo de mi oreja izquierda, si, definitivamente ella tenia el control.
La sostuve cual muñeca de porcelana y antes de entrar en ella lo pensé por un momento.
-Anda, que no soy virgen
Pero claro, como se me había ocurrido que Melody era virgen?
Así que, con confianza me deslice sobre ella, bailando por adentro de su cuerpo. Esa noche decidimos en que posición ver las estrellas.

Recibí un mensaje a la mañana siguiente, era como si ella estuviera vigilando cada uno de mis movimientos.
"Tenemos que hablar"
Hablar? Creí que le había dejado claro que lo nuestro había terminado, Emma era decidida y cuando se aferraba a algo era difícil contradecirla. Baje y prepare unos hotcakes y café negro, solo para Melody. Los deje sobre la mesa y salí en busca de Emma, era típico de ella buscarme en los momentos menos indicados.
Llegue a la dirección especificada del mensaje, era un antro de mala muerte justo en la esquina del café en el que antiguamente trabajaba. La entrada era obscura y pequeña. Acomode mis mancuernas y entre sin mirar atrás, la gente disfrutaba extasiada por la música; y entonces la vi en la barra con ese ajustado vestido rojo que sabia ella, me encantaba. Me acomode lentamente alado de ella, recargando mis codos en la barra.
-Dias, Miller- menciono sin siquiera mirarme
-No crees que es demasiado temprano para encontrarnos en un antro?
-No sabia que tenías un limite de tiempo
-Lo tengo, mis minutos están contados, soy un hombre ocupado ahora
-Con tu novia?
-Desde cuando eres una mujer celosa Emma? -Sonreí victorioso
Ella tomo mi manos y me llevo a lo mas profundo de aquel lugar, llegamos a una puerta blanca y entramos con una pequeña contraseña que de sus labios salieron.
-Creí que te habías olvidado de mi
-Despierta Miller, no quiero un acostón contigo,iré al grano: quiero que te unas a mi equipo.
-Equipo de qué? Juegas basquetball de nuevo?-reí
-Imbécil! Sabes a lo que me refiero, quiero que seas parte de mi grupo de homicidas. Seras muy malo en la cama, pero eres grandioso con la navaja.
Alarde un poco, caminado por el cuarto y finalmente acepté. El viejo con el que trabajaba <<El viejo Crocks>> de un día a otro se había quejado con las pagas estos últimos meses, no me daba aumento ni sabiendo que yo era su único homicida. Emma, pagaba bien, sus padres se habían encargado de dejarle una buen dinero, ella se encargaba ahora de la mafiosa empresa de su padre y eso la hacia ver más sexy de lo normal.
-Cuándo empiezo?
-Ahora mismo...

Prohibido Suicidarse EnamoradoWhere stories live. Discover now