Do you want to see a movie? -Frerard-

Capitulo 4

Luego de, tal vez unos cinco meses, se encontraban paseando por un centro comercial, con gorras y anteojos negros para que nadie los reconozca, como si fuesen a robar una joyería. Todo seguía exactamente igual, seguía siendo un jodido secreto de dos que el pequeño Frankie quería gritar a los cuatro vientos.

El caso fue que Frank aceptó, y esto era una cita. Se acercó a mirar una vidriera de anillos, y cada tanto le comentaba a su novio que uno estaba más bonito que el otro. También le mencionó algunas cadenitas de plata con un dije de guitarra que terminó comprando.

Todo parecía estar bien. Tomaron unos helados y Gerard le preguntó si le parecía bien la idea de llevar un par de collares o anillos para los dos. Frank se dio cuenta que lo hacía para quedar bien con él, pero que cuando surgiera alguna pregunta sobre porque llevaban argollas o alguna cosa en común, fácilmente Gerard se tiraría de un edificio para no responder. Claramente se había declarado a él y todo era color de rosas cuando estaban solos, pero aún tenía miedo de decirle a alguno de los chicos en la banda sobre lo que ocurría entre ambos realmente, como si ellos, e inclusive su hermano, pudieran condenarlos a una hoguera.

Los shows seguían, las giras eran más largas porque visitaban aún más lugares como Tyler les había prometido, y la gente hablaba, hablaba y hablaba, ¿pero qué más da? Si por Frank fuera diría que sí; que Gerard y él "miraban películas en su casa al menos tres veces a la semana", pero Gerard no quería.

Gerard sólo quería ser aceptado, pasar desapercibido, tener una vida un tanto común, a pesar de la fama.

Pronto el tatuado entendió que este tipo de atención de la prensa lo ahogaba. Una vez su madre preguntó que sucedía, y hasta saludó a Frank con un poco de cariño, bromeando sobre que era su yerno, pero Gee lo había tomado muy mal. Tal vez era porque a Donald no le agradaba en lo absoluto la idea de que su hijo se besara con otro hombre frente a tantos espectadores y cámaras.

Quizá Gee sólo quería escuchar cosas positivas y las críticas que cuestionaban sus acciones sólo hacían que se hunda más dentro de ese pozo llamado depresión, que aunque quisiera ocultarlo siempre estaba ahí.

La aceptación lo estaba llevando todo a la borda, su relación se iría al carajo de esta manera, ya que eran presos del miedo irracional del cantante por salir del closet. Frank quería de alguna manera hacer que se dé cuenta, porque a él no le gustaba ocultarse de todo el mundo, y eso incluía a sus amigos. Si seguían así todo esto perdía la emoción. Aunque todo el mundo diga que un secreto es mucho más emocionante que cualquier cosa.

Además los chicos, hasta a veces el mismo Mikey los invitaban a clubes y tanto a Gerard como a Frank se le acercaban las mujeres, y quien sabe porque lo hacían, pero siempre terminaban besuqueándose con alguien más, como para sacar a la luz los celos del otro.

Y no importaba si Frank se acostaba con otra, nunca ponía celoso de Gerard. O al menos no de una manera directa, porque nunca le reclamaba algo, sin embargo, éste clavaba puñales en la espalda sólo cuando en verdad le dolía, por ejemplo, la madrugada del sábado en que encontró una mujer en el cuarto de hotel con Frank. Había gritado muy alto que quita a la zorra de su cuarto, ya que ellos compartían habitaciones frecuentemente. Sin embargo, Frank devolvió desde la cama semidesnudo, que se fuera a dormir con Mikey, y que no moleste, besando nuevamente a la chica, de la cual no recordaba el nombre, gracias al alcohol de la fiesta en la que la conoció.

Entonces, la mañana del domingo, quien tenía a una chica en su cama era Gerard.

Más de una vez los chicos se dieron cuenta de este tipo de situaciones, de esos celos de amigos, de las miradas de asco que cada uno le daba a las acompañantes del otro, pero increíblemente no indagaban nada, cada vez que se peleaban tanto hasta dejar de hablarse, sólo decían que todo pasaría luego de unos días. Todo estaría bien.