Capítulo 2.

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¡ERA EL GRAN DÍA! 

Me levanté con sonrisa en el rostro y un dolor muy fuerte de cuerpo, pero no le di importa, era el gran día, estaba ansiosa. Bajé a desayunar y no estaba ni mamá, ni papá y mucho menos Brad, pero sí había una nota en el desayunador.

"Mi patita, hoy es el gran y salí a hacer unas cuantas compras y también a la casa de tus abuelos, te dejé un calmante para que estés un poco más tranquila ya que Brad me dijo que estuviste un poco enferma ayer en el ensayo. No te sobre exijas. A las 5 te pasamos a buscar, quiero que estés lista. Te ama, mamá."

- Maldito Brad, le dije que no dijera nada. - Murmuré más para mí misma. No le di importancia y me tomé el calmante que mamá me había dejado y desayuné. Al terminar, fui directo a mi habitación a practicar hasta que mamá vuelva. 

Comencé mi rutina, y paraba cada 5 minutos porque el dolor en mi cabeza se hacía cada vez más molesto. Cuando tuve que hacer un jeté, mi cuerpo no me respondió y caí en el suelo golpeándome en el brazo izquierdo. No podía ser que esté tan nerviosa, era bastante extraño que yo esté nerviosa antes de la función. 

Me levanté como pude, y fui a tomar un poco de agua a la cocina. Al estar parada de nuevo, otra punzada en la zona baja de la cabeza.

- ¡MALDICIÓN! De verdad tengo que ir al médico a ver que tengo y espero que sólo sean nervios. - 

Tres de la tarde y yo todavía no me había duchado. Comencé a preparar todo y fui al baño. Antes de entrar a la bañera decidí mirarme la espalda, y allí estaba una gran marca con varios puntos de sangra, alrededor y sobre ella. No sabía qué era, y jamás me había agarrado una alergia de ese tipo.

Me quedé unos 10 minutos en la bañera pensando. No podía creerlo, hoy era la obra, hoy era el gran día. íbamos a interpretar el ballet de "El Lago de los Cisnes" y no podía creer que la Señora Black me haya elegido para ser la Princesa Odett. Era uno de mis grandes metas y al fin voy a poder cumplirla. Ahora estaba más motivada, no quería que nada salga mal, necesitaba fuerzas y que ese maldito dolor de cabeza me deje en paz.

Cinco de la tarde y ya estábamos en camino en el auto con mamá, mis abuela Edith, mi abuelo Aaron y mi tía Stefanie. Íbamos hablando animadamente, ellos hacían que mis nervios y el dolor no se hicieran presentes hasta que comience la función. Llegamos y fui directo a mi camerino, increíble, hasta era poco creíble que tenga un camerino propio y tenga tantas cosas. Mi madre comenzó a peinarme mientras mi tía me pintaba, mi abuela le daba los últimos retoques al vestuario y mi abuelo... Bueno, mi abuelo estaba haciendo sociales en los pasillos del camerino. 

Entró la señora Black a la habitación y me miró asombrada, no podía creer lo que estaba viendo.

- ¡Estas hermosa Anna! - Sonriendo, se acercó y me abrazó. - Me dijeron que estuviste sobre exijiéndote bastante y no quería que llegases a eso, es malo, te lo digo por experiencia. Una vez cuando era adolescente, me habían elegido como la Princesa Odett, se me subieron los humos a la cabeza y el día de la función me desmayé bajando las escaleras para ir al escenario y me rompí una pierna, no pude volver a bailar bien desde aquella vez y no quiero que eso te pase. Sé que no fue fácil Annie, pero verás que de todo esto saldrá algo hermoso. - Me abrazó y sentí como mosqueó en mi espalda. La señora Black estaba llorando. La abracé un poco más fuerte y le murmuré despacio un "Gracias por todo". Me sonrió una vez más y antes de salir me recordó. - 5 minutos para que entres, así que, ¿lista? -.

¿Lista? Estaba más que lista, estaba ansiosa, estaba por cumplir uno de mis sueños. Me miré en el espejo y en un momento se me nubló la vista y comencé a marearme. Me sostuve de la silla que tenía a mi lado.

- ¡Basta Anna! - Me miré desafiándome a mí misma. - ¡SALDRÁS AL ESCENARIO Y NADA TE PODRÁ PARAR! - Sonreí y así salí del camerino hacía el escenario.

En el pasillo estaban las chicas que hacían de doncellas y me elogiaban. De verdad, no me gustaba que lo hagan, me hacían sentir incómoda porque todas podían llegar a mi lugar, no hoy pero en algún otro momento era seguro que lo iban a hacer. 

Llegó mi turno y salí al escenario. No podía descifrar como me sentía pero sonreía bastante y eso significaba que estaba muy feliz. Pasaron los tres actos y llegó el último y el gran esperado acto.

Vueltas y vueltas, comencé a sentirme mareada pero no paré. "Ya termina, aguanta Anna" me decía por dentro, ahora me ardía mucho el cuerpo y sentía como si mi espalda se partía. Me asusté y pensé en un momento que me iban a salir alas de cisne en cualquier momento y me reí por dentro por tener una idea tan estúpida en medio de la función.

Sentí que ya me desmayaba y fue ahí cuando venía la última parte que era la muerte del cisne. 

"Todo terminó" me recordaba mi subconsciente. Debía levantarme y hacer el saludo. Me levanté como pude y sonreí lo más que pude. Lágrimas caían pero no era porque había salido todo bien, si no más bien eran lágrimas de dolor, quería recostarme y llorar del dolor que me provocaba el estar parada. 

Todos me saludaron, me felicitaban, recibí dos ramos de flores al igual que todas las chicas, la señora Black me abrazaba y me sonreía orgullosamente. Estaba toda mi familia pero faltaba Brad que me había prometido que no se iba a perder la función.

- ¿Lo viste? - Le susurré a mi tía Stefanie. Ella me miró y me dijo que no había venido en ningún momento. El asiento que estaba reservado para él estaba al lado del de mi tía y estaba segura que ella no me mentiría. Me sentí un poco mal pero no me sorprendía, últimamente estaba bastante "distraído". 

Terminó todo y salimos del gran teatro con mi familia y amigas. No había molestia ni dolor, estaba feliz porque había podido cumplir mi sueño a pesar que no estaban todas las personas que quería que estuviesen. Me resultó extraño porque Mara tampoco estaba en el teatro cuando terminó la función. No le di importancia, quizás luego me llamaría o ya la llamaría yo.

Llegamos a casa y cenamos todos juntos, bromeamos, y estuvimos hasta tarde en casa. Me sentía muy cansada, más de lo normal y fui a mi habitación sólo por un momento. Me saqué la camisa que tenía y sentí como mi tía se asombraba. ¿En qué momento me siguió? No tendría que haberme visto la alergia en la espalda.

- Es una alergia tía, no te preocupes. - Dije tranquila y colocándome la piyama.

- ¿TRANQUILA? Niña, qué estuviste haciendo? Te agarraron de a 20 leones. Eso no es una alergia, dime que tu madre sabe y que mañana irás al médico a primera hora. - Solía ser un poco exagerada Stefanie.

- Mamá no sabe nada y no quiero que le digas, y sí mañana iré al médico a primera hora. - Rodé los ojos y me senté en la silla que tenía en el balcón de mi habitación. - Pero, estuve bastante débil estos días, comencé desde hace ya un mes con dolores corporales muy fuertes, pierdo fuerzas, me arde todo el cuerpo, quiero vomitar todo pero al mismo tiempo no, tengo mucho sueño y mucha fatiga. Quizás son los nervios porque hoy iba a ser la función. - Mi tía me miró con los ojos abiertos como platos.

- Sí sabes que no es normal lo que tienes en la espalda y los nervios no hacen que pierdas fuerzas y te arda el cuerpo Annie. Debes ir urgente al médico. - Me abrazó y me dio un ruidoso beso en la mejilla. - Ahora ve a dormir que mañana estarás muy cansada como para ir al centro comercial a comprar ropa. - Sabía cuánto amaba comprar ropa y estar horas en el centro comercial. 

Me acosté y cerré los ojos recordando todo mi día. Me sentía muy feliz, y así iba a estar por el resto de mi vida, lo sabía.

Todo me daba vueltas, me dolía mucho el cuerpo, quería levantarme pero me dolía y ardía mucho la espalda y sólo me limité a llorar y gritarle a mis padres. Mamá entró junto con papá con la mirada preocupada. Todo pasaba muy rápido, papá salió corriendo de mi habitación y mamá me intentaba sentar pero no, todo me dolía, no paraba de llorar. Mi mamá llamaba a no sé quién y fue cuando papá me levantó y me llevaron al auto con mi tía Stefanie. Paramos y pude ver el hospital. "Aquí vamos", me dije a mí misma. Papá me agarró entre sus brazos y comencé a desvanecerme, escuchaba a mamá llorar y suplicar que no me durmiese a lo lejos, hasta que no escuché nada, sólo voces muy lejanas. 


Sentí que caía, y no recordé más nada.


~ ~ ~

Living with hope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora