Pasó un mes, dos y tres desde que no sabía nada de Matt y también habían pasado tres meses que no asistía a clases.
¿Qué si empeoré? Me hicieron una cirugía, mi cáncer ahora no estaba sólo en un lugar si no, en dos, mis pulmones y mi colon estaban dañados.
Mis padres estaban preocupados, mi madre estaba siendo medicada porque lloraba todos los días y tenía una gran depresión encima. Mi padre trabajaba, estaba cansado todo el tiempo y había veces en las que me dejaban sola en el hospital porque se dormían o se olvidaban de ajustar el despertador.
Sara estaba estudiando y no podía llegarse al hospital a verme. Megan iba a visitarme y me la pasaba bastante bien, pero cuando estaba sola, sólo pensaba en Matt.
De verdad lo extrañaba, lo necesitaba, ni siquiera se había enterado de mi estado, porque estuve al tanto de aquello gracias a Megan.
Miré hacia la ventana por una cuarta vez, y bufé aburrida; hoy me darían el alta después de haber estado tanto tiempo en este infierno.
- Toc, Toc... - Miré hacia la puerta y estaba allí, con su rostro rosado del frío, y sus manos en cada bolsillo. Su cabello estaba oculto bajo un gorro para el invierno y sus ojos delataban que había estado llorando. - Hola... - Me limité a sonreír y ocultar mi alegría ya que todavía estaba molesta por todo lo que hizo aquella noche.
Entró a la habitación y comenzó a observar todo lo que había en ella. Paró em donde se encontraban los peluches que mis compañeros de la academia me habían traído junto con un delicioso pastel de chocolate que ya no existía. Miraba con atención cada peluche, los globos, las flores, y las cartas que decían que me mejore pronto, o que todo saldría bien. Agarró una carta y la observaba lentamente, mientras que yo me hacía una fiesta interna porque podía mirarlo sin que se diera cuenta.
Era perfecto, su perfil, su nariz era increiblemente perfecta para él, sus cejas más largas que las mías, sus hoyuelos y sus hermosas arrugas en las esquinas de sus ojos, era perfecto y yo no sabía porqué me había enojado con una persona tan hermosa como él.
- El doctor Griffin, me dijo que empeoraste en estos meses. - Vi como dejaba la carta en donde estaba, me observó seriamente y sus ojos estaban cristalinos. - ¿Por qué no me dijiste nada, Anna? ¿Por qué cada vez que le preguntaba a Megan sobre tu estado, ella cambiaba de tema? ¿Por qué haces esto? -.
- ¿Hacer qué? - Pregunté confundida.
- Alejarme y hacer de cuenta que no te importa nada. Quieres alejar a todo el mundo de tu lado y luego será malo para ti, incluso mucho peor para las personas a las que les haces esto. ¿Por qué lo haces Anna? - No sabía en qué momento había agarrado mis dedos y había comenzado a jugar con ellos, ni mucho menos no me di cuenta que había bajado la cabeza.
No sabía por qué hacía todo esto, pero era la mejor forma de hacer que todos sigan adelante sin mi ayuda. No quería que sufrieran el día que ya no esté.
- Sólo quiero que aprendan a vivir sin mí, quiero que sean felices. No quiero arrastrarlos a todos junto a mí cuando me vaya. No quiero, Matt... -.
- ¿No lo entiendes, verdad? No entiendes que todos te necesitamos, eres una gran persona, y todos queremos que salgas adelante, sea como sea, y yo te dije que haré todo lo posible. - Se acercó y agarró mi rostro entre sus manos. - No me quiero alejar nunca de ti, Anna. Te amo y estoy aquí para ti, siempre lo voy a estar. - Se acercó y depósito sus fríos labios en los míos. Me estaba besando y sabía genial.
Cuánto tiempo quise esto y ahora, sólo lo hizo, sentía como si estuviese volando en un cielo que nunca había visto, sentía amor en su beso, deseo también, me sentía tan feliz, Matt me estaba besando, cuanto tiempo soñando un beso de él, y aquí estaba.
Comenzó a besarme lentamente, con un poco de miedo, seguro pensaba que lo iba a detener, pero era lo último que haría, y ni lo último, pensé. Lo agarré de su camiseta y lo traje más cerca de mí para profundizar el beso. Sus manos viajaban de mi rostro hacia mi cuello, nuca, hasta llegar a mis hombros y bajar a mi cintura para atraerme más hacía él en un abrazo que ninguno de los dos quería que acabara.
Nos separamos lentamente uno del otro, todavía con los ojos cerrados, chocamos nuestras frentes, mientras respirábamos con dificultad debido al gran beso.
Abrí mis ojos lentamente y él sonreía mientras tenía sus ojos cerrados todavía, decidí quedarme callada hasta que él hablara o dijera algo.
- No sabes hace cuánto que quería hacer esto, Anna. - Sonreí más, aunque sabía que él no me veía. Deposité mi mano en su mejilla derecha y le di un casto beso en los labios a lo que él abrió su boca pensando que iba a repetir el beso de hacia unos minutos.
- No sabes hace cuánto estaba esperando que hagas esto, Matt. - Sentí como mi rostro ardía, estaba como un tomate, pero no me importaba, ya no me importaba lo que las personas puedan decir, yo iba a sentir sin importar nada. Masajee su mejilla con mi dedo pulgar y mientras sonreía, seguí hablando. - Te amo Matt, y no quiero alejarme de ti nunca, no quiero que vuelvas a ser un tonto, ni hagas aquello que hiciste, sólo por estar cabreado. Si estás cabreado, lo hablaremos como personas adultas y maduras, okay? -.
Matt asintió muy rápido mientras sonreía y me abrazó, un abrazo que no sólo era eso, me estaba uniendo todas las partes que tenía rotas y olvidadas, estaba uniendo todos mis pedazos que se habían caído desde que mi vida comenzó a ser un asco, hasta ahora. No necesitaba más que eso, un abrazo sincero, lleno de amor, confianza, y sobre todo de él.
Matt era mi droga, la droga que me curaría de toda enfermedad, de eso estaba segura.
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Living with hope.
RomanceUna sonrisa que deja hipnotizado a cualquiera, un cuerpo maravilloso, una personalidad deslumbrante, amante al ballet y a la música clásica, el mejor promedio en su Academia, una familia maravillosa, no le faltaba nada, tenía una "vida perfecta". A...