POV Matthew Lawson.
Desde que había besado a Anna, por primera vez hace un mes, todo había cambiado. Siempre buscaba una manera para besarla, o mirarla, o tocar su bello rostro y hacerla sonrojar al punto donde tenía que mover su rostro para que no la mirara.
Había pasado un mes y Anna había mejorado bastante, estaba más feliz, más contenta, más viva, había comenzado clases de ballet, otra vez, su cuerpo ahora estaba mucho mejor, comenzó a tocar otra vez el piano, y con más entusiasmo del que lo hacía.
Todo iba más que bien, sus padres estaban felices porque después de lo que pasó entre nosotros, ella había mejorado.
Hoy, tenía una sorpresa para ella. Le compré un vestido azul con la espalda descubierta, flores y dejé una nota en su habitación para que estuviese lista a las 8. Hacía ya varios días que quería estaba planeando esto y pude hacerlo gracias a la ayuda de Sara, mi madre y la mamá de Anna.
Llegué a mi casa, me duché, me puse unos jeans, no muy ajustados pero tampoco muy holgados, una camisa blanca, y unos zapatos. Bastante bien para mi gusto. Miré la hora y eran las 7:45 pm, justo a tiempo.
Salí de casa, subí a mi auto, prendí la radio y aumenté el volumen de éste cuando escuché la voz de Chris Brown, amaba la voz y las canciones de ese tipo. Manejé tranquilo hasta casa de Anna, miré el reloj en mi auto y éste marcaban las 7:59.
¡Wow! ¡Qué puntual!
Al llegar a la puerta de su casa, toqué dos veces el timbre para que supiese que era yo. Pasaron unos tres minutos y Anna no salía. Volví a repetir mi acción y nada.
"Quizás está en el baño y no escucha el timbre", pensé.
Media hora después, decidí entrar por la puerta de atrás, Anna nunca se demoraba de tal manera. Ya adentro de su casa fui directo a la cocina donde había dos paños llenos de sangre, al igual que la bacha, seguí el camino de las pequeñas gotas de sangre.
"Que no sea lo que yo creo que es, por favor", pensé varias veces hasta llegar al cuarto de Anna, donde había más sangre de la que pensaba. Fui corriendo al baño y me encontré con ella, agarrando una toalla sobre su nariz, llorando, con el vestido que le había dejado, todo arrugado, y lleno de sangre.
- Por favor Matt, no quiero que me veas así, vete. - Susurró mientras lloraba. Me acerqué lentamente a ella y del bolsillo de mis jeans, saqué un paquete de pañuelos descartables, saqué dos, y le puse en cada lado de su nariz.
- Dejate eso allí y haz la cabeza para atrás, iremos al hospital, Anna. Quieras o no, estoy aquí quieras o no y te voy a ayudar... -
-... Quiera o no, lo sé. - susurró completando mi frase.
La agarré entre mis brazos y la abracé lo más fuerte que pude, necesitaba atención médica urgente, lo que haríamos hoy podía esperar, su salud no.
Ya en el auto, Anna iba callada y contemplando un punto fijo fuera de éste.
- No entiendo como puedes aguantar todo esto, Matt. Un día estoy bien y al otro día estoy pésimo. De verdad te agradezco por todo esto, pero sé que en algún momento te cansará toda esta maldita vida que estoy llevando y no quiero arrastrarte con todo esto, de verdad no quiero, Matt. - Detuve el auto para poder mirarla a los ojos y hacerla que entienda de una vez por todas que nada de lo que le estaba pasando me iba alejar. Por nada en el mundo la dejaría sola.
Bajé del auto, y fui corriendo hacia la puerta donde estaba Anna, la abrí mientras ella me observaba asustada y confundida. Me agaché, la saqué del auto y la abracé como nunca lo había hecho.
Sentí como su pecho comenzaba a subir y bajar rápidamente, estaba llorando. Le masajee suavemente su cabello tratando de memorizar para siempre este momento, nunca la había tenido tan cerca de mí, y mucho menos la había abrazado de tal manera.
Sus sollozos se hicieron más fuertes mientras sus manos apretaban mucho más fuerte mi camisa y su rostro se hundía en mi cuello. Sentí como mi camisa se comenzaba a humedecer por sus lágrimas, mientras susurraba miles de cosas que no podía descifrar qué significaban.
Agarré delicadamente su rostro entre mis manos y lo elevé hasta tenerla de frente. Limpié con mis dedos sus lágrimas mientras ella seguía sollozando.
- No quiero morirme, Matt. - Habló. La observé seriamente mientras ella sollozaba un poco menos. Suspiró una vez más, y sonrió tristemente. - Te amo Matt y no me quiero alejar de ti jamás, pero no quiero sólo ser una amiga más, que te ama con miradas y demás, quiero... -
- Quieres ser algo más y esa era mi meta de hoy. - La interrumpí, y me observó con los ojos abiertos como dos grandes platos. - Lo que quiero decir es que... Quiero que seas mi novia, Ann. Quiero cuidarte, amarte, abrazarte y besarte sin pedirte permiso, quiero acostarme contigo y leer miles de libros, o ir a la terraza del hospital y contar las estrellas hasta que te quedes dormida, quiero disfrutar cada momento a tu lado, pero siendo tu novio, Anna. - Agarré su rostro entre mis manos y la acerqué hacia mi frente para que estas chocaran. - ¿Quieres ser mi novia, mi pequeña Anna? - Sonrío mientras terminaba la frase y negó con la cabeza. La observé seriamente, calculando todos sus movimientos hasta que levantó sus brazos, los pasó por mi nuca y se acercó más a mis labios.
- Sí quiero, Matthew. Hace mucho esperaba este momento, sabes? Y lo disfrutaré, siempre. - Reí neeviosamente hasta que nuestros labios se unieron en un beso lento, tierno y hermoso. No había nada más que quiera en este momento.
Estaba feliz, estaba con Anna, y seríamos los dos por el resto de nuestras vidas, sin problemas, sin importar nada ni nadie. No me alejaría de ella, por nada en el mundo.
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Living with hope.
RomanceUna sonrisa que deja hipnotizado a cualquiera, un cuerpo maravilloso, una personalidad deslumbrante, amante al ballet y a la música clásica, el mejor promedio en su Academia, una familia maravillosa, no le faltaba nada, tenía una "vida perfecta". A...