10 meses después.
Hoy era el segundo día que asistiría al colegio ya que el primer día fue un desastre. Cuando llegamos a California me sentía positiva, sentía que todo iba a estar de maravilla, pero al día siguiente todo cambió, como lo hizo mi vida de la noche a la mañana.
Ese día me desperté con dolor de cabeza, no le di importancia, no me impediría que vaya al colegio nuevo. Al llegar a la academia comencé a sentirme nerviosa, y no tenía muchas fuerzas. Llegué al despacho de la directora de la escuela y no pude hacer más, me desmaye y me desperté después de tres días en el hospital. Estaba mal. Muy mal...
Al mes siguiente comencé con algunos estudios que necesitaban y comencé a tomar calmantes y pastillas que me recetaba mi doctor.
Y en vez de mejorar, empeoré.
Bajé de peso, no tenía apetito, había días que no podía pararme del dolor, tenía fiebre constantemente, mis defensas bajaban cada vez más y ningún medicamento pudo ayudarme. A los tres meses de esto, comencé las quimioterapias.
Veía películas donde la protagonista tenía cáncer, veía que sufrían, que no querían vivir más. Yo sólo decía, no debe ser tanto y no, para ellas no porque eran actrices. Mi primer día de quimio, fue un calvario.
Fueron 5 horas en dónde pensé que ya me moría, vomitaba, me sentía mareada, no podía dormir, dolía y dolía mucho. Quería que terminara y escuchar decir cada 20 minutos a las enfermeras de que todo estaría bien, me volvía cada vez más loca.
Hoy era un nuevo día, pero todo cambió cuando me estaba cepillando el cabello. "Comenzó a caerse" fue la explicación de mi madre y luego de eso, sólo quería quedarme en mi cama.
Llegué a la academia y habían muchos chicos, algunos apoyados en sus autos, otros en la entrada, sentados y hablando animadamente y otros que bajaban de los autos de sus padres e iban caminando rápido hacia adentro como si llegaran tarde, lo que me parecía extraño, ya que recién eran las 7:25, y entrábamos a las 8 am.
Cuando entramos a la academia con mis padres, sentí muchas miradas sobre mí y bastantes murmullos. Quería creer que se me había corrido bastante el maquillaje y que me veía ridícula o que tenía al revés el uniforme pero no, todo eso era lo que quería creer, pero lo que realmente miraban era mi cabeza. Agarré el sombrero que traía mi madre en sus manos y me lo coloqué. No quería pasar por más desgracias el día de hoy.
No sabía cómo sería mi segundo "primer día", no conocía a nadie, no sabía como integrarme y mucho menos sabía como hacer nuevos amigos, hacia bastante tiempo que no hacía nuevos amigos. Y si me olvidaba como me llamaba cuando tenía que presentarme? O si tenía un moco en la nariz cuando conocía a alguien y hacia que lo aleje? O quizás si me caigo por prestar atención? Bueno, no es que eso me haya pasado pero nunca se sabe cuando saldrá de mi interior la Anna torpe.
- ¿Quieres que te acompañemos a tu salón, Anna? - Me vi interrumpida de mis pensamientos cuando el sub director habló. - O quieres ir sola? -.
¿SOLA? ¿IR SOLA HASTA MI NUEVO SALÓN? ¿Y SI ME PIERDO? ¿Y SI ME SECUESTRAN DENTRO DE LA ESCUELA POR SER NUEVA? O MUCHO PEOR, Y SI QUEDO EN CHINA?
Bueno, sí. Era muy exagerada en momentos de estar en un nuevo lugar y también porque estaba muy sensible con mi salud. Me sentía como cuando mi madre me fue a dejar por primera vez en el jardín de niños. Sentía que ya no me amaba, que me iba a perder, buscaba las maneras de escaparme para ir a mi casa y encontrarla a mi madre con otro niño que no era yo. Si, me armaba una película con tan sólo 5 años.
Ahora era diferente, tenía que enfrentar mi nueva vida y hacer lo posible para que funcione.
Mis padres y el director me acompañaron hasta mi salón de clases. Estaban con la profesora Mia que enseñaba literatura.
- ¡Buenos días director James! Y tu debes ser Anna, la chica nueva, ¿verdad? - Por dios, está profesora tenía más ganas de vivir que yo en estos momentos. ¿Cuántas tazas de café se había tomado? ¿Cuarenta?
- Sí, Mia. Ella es Anna y esta es su primera clase así que si puedes presentala con sus compañeros así puedan conocerla y ella conocerlos. - Este hombre me odiaba, no quería pararme en frente de todos y presentarme. No necesitaba esa desgracia. - Ahora, Anna despídete de tus padres así entras a clases. - El director me sonrío, saludé a mis padres como si fuese la última vez que los vería y entré con muy poca confianza al salón.
Al entrar, todos se quedaron callados y quedaron mirándome a mí y a la profesora. Todo me daba mala espina, en especial esa rubia oxigenada del medio y si grupito. Iug.
- Chicos, como ustedes sabían iban a tener una compañera nueva el día de hoy. Ella es Anna Miller y viene desde Texas. Me gustaría que todos se presenten así ella los pueda conocer aún más. - Esta profesora quería que me quede parada en frente de todos. Justo lo que no quería.
- ¿Profesora Mia? No se supone que todos los alumnos tienen prohibido entrar a clases con sombreros, gorros o gorras? - Sí, definitivamente la odiaba a esa rubia y recién comenzaba las clases. La profesora sólo chasqueó sus dientes y me pidió que me sacara mi gorro. De verdad, no quería hacerlo, pero si esas eran las reglas, hoy todo el instituto se enteraría de lo que tengo. - Acaso no te peinaste hoy campesina? O te comieron los cepillos tus caballos? - Todos comenzaron a reírse y la rubia y su grupo se hacían bromas. Rodee los ojos y me dije más para mí misma, "lo que me espera".
- Anna, antes de presentarnos, podrías sacarte el sombrero? - Aquí vamos, cerraremos unas cuantas bocas el día de hoy. Me saqué el sombrero y no hacía falta acomodarme el cabello, ya que le pedí a mi madre esa misma mañana, que me lo cortara a todo para hacer una peluca, para no estar tan "fea" después de todo.
Miré a todo el salón y todos estaban con la boca abierta, hasta la profesora y sabía que era mi momento de presentarme.
- Soy Anna Miller, tengo 17 años y dentro de poco mis 18. Vengo de Texas, me crié allí y es un hermoso lugar. Vine a California porque como verán tengo cáncer. Me diagnosticaron hace ya un año y medio de leucemia linfocítica aguda y estoy haciendo mi tratamiento aquí en Los ángeles, california. Y sólo eso. Me siento bien aquí, quizás es porque estoy por comenzar una nueva vida aquí o no lo sé. Espero integrarme con ustedes, sólo eso. - Terminé de hablar y sonreí triunfante, como si nada me doliera y miré a todos. Cuando miré en dirección a la rubia, no paraba de tragar saliva, no sabía que hacer. Que te den rubia. Miré de nuevo para atrás y había un chico que levantaba su mano y la profesora le dio permiso para hablar.
- Es una pregunta para Anna. Es verdad que duele mucho? - Todos comenzaron a reírse, incluyendo la profesora y yo. ¿Qué si me dolía? Nunca me lo había preguntado y soy sincera, dolía como dios sabe qué, pero tenía sus frutos, al menos luego me sentía un poco mejor. "Luego", después de dos semanas de haberme hecho la quimio.
- Sí, duele mucho, pero tiene sus frutos luego de dos semanas. No te sientes como siempre te sentiste, lleno de vida y de ganas de seguir adelante como antes, te sientes esperanzado sólo por el simple hecho de que todavía tienes una vida por delante y eres joven y quieres luchar por eso. - No sabía como me sentía en esos momentos, pero la profesora me abrazó muy fuerte cuando dejé de hablar y de verdad no quería que pasara eso con todos, me alejé de la profesora y les hablé a todos, incluyéndola. - No quiero la lástima de nadie, porque sé que de alguna manera u otra saldré de esta y si no salgo, es por algo. Todo pasa por algo. Quiero que me traten como a una alumna más, no quiero lástima de nadie. - Dejé de hablar, me puse mi sombrero y me senté en mi lugar. Todos miraron a la profesora y ella comenzó de nuevo con su clase.
De vez en cuando sentía miradas posadas en mí, pero las ignoraba, necesitaba hacerlo porque el sólo hecho de pensar que podía tener amigos porque tenía cáncer, no me gustaba. Quería tener amigos por como soy, no por lo que tenía.
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Living with hope.
RomanceUna sonrisa que deja hipnotizado a cualquiera, un cuerpo maravilloso, una personalidad deslumbrante, amante al ballet y a la música clásica, el mejor promedio en su Academia, una familia maravillosa, no le faltaba nada, tenía una "vida perfecta". A...