Comencé a moverme y con cada movimiento me dolía aún más el cuerpo. Abrí mis ojos y me sorprendí. Estaba en el hospital. Otra vez. Sentí como mis padres y mi tía estaban murmurando, di vuelta mi cabeza y los vi al lado de un gran ventanal. Mi padre me observó con ojos cansados y se acercó.
- Ve a avisarle a la enfermera que ya despertó. - Mi madre me sonrió y salió con mi tía. - ¿Cómo estas princesa? - Papá estaba preocupado y eso no era bueno, la última vez que estuvo preocupado fue cuando quedó sin trabajo o cuando su padre, mi abuelo, estaba muy enfermo en el hospital.
- Estoy adolorida, me arde bastante el cuerpo y la cabeza me está matando. - Cuando estaba por seguir, nos interrumpieron un doctor, una enfermera, mi madre y mi tía que le agarraba la mano con mucha fuerza. De verdad no entendía qué pasaba aquí.
- Hola Anna, soy el Doctor Salomón. ¿Cómo te sientes? - Ni siquiera lo conocía y ya lo odiaba, iug, un viejo verde me miraba "seductoramente" y era mi doctor, por favor, ¿qué clase de hospital es este?
- De verdad, siento como si me hubiese pasado un camión, un avión, 100 autos y un elefante encima. - Mi padre me regañó con la mirada, realmente no me gustaba ese tipo y mis padres ya se habían dado cuenta.
- Bien Anna. Te hicimos unos estudios y de verdad no esperábamos que salgan tan mal. - Esta vez miró a mis padres y mi tía, se sacó los anteojos y se pasó la mano por su rostro. - Es bastante complicado lo que tiene Anna y aquí no contamos con suficientes máquinas como para combatir la enfermedad de Anna. Tenemos muchos pacientes y poco personal médico. -
- ¡Por favor, puede al fin decir qué es lo que tiene Anna! - Levantó la voz mi madre y todos nos quedamos mirándola. Jamás había visto así a mi madre y de verdad se notaba muy preocupada. - Lo siento, sólo que ya hace cuatro días que estamos aquí y no nos pueden decir qué es lo que tiene mi hija. - ¿CUATRO DÍAS? ¿Tanto tiempo estuve inconsciente?
- Anna, padece de leucemia linfocítica aguda. Es un cáncer que se inicia en la versión temprana de glóbulos blancos llamados linfocitos en la médula ósea. El cáncer de Anna comenzó desde su sistema nervioso central. Lo siento mucho. -
Mis ojos se abrieron, no podía creerlo, no podía ser cierto. Escuché como mi mamá comenzó a llorar y mi tía también, mi padre no decía nada. ¿Y yo? Yo estaba totalmente en shock. Esto debía ser un sueño, no tenía esto, lo que había dicho el médico era una broma, yo estaba aquí porque los nervios me atacaron luego de la función, sólo era eso. Iba a estar bien, iba a seguir bailando sin problemas, sólo tenía una pequeña gripe y una alergia en la espalda. Sólo eso.
Comencé como mis mejillas ardían, y mis lágrimas comenzaron a caer como si fuesen cascadas.
- ¿Está avanzado? - Me limité a preguntar y todos me miraron, mi padre me observaba sorprendido porque estaba sonriendo. Yo también me preguntaba porqué sonreía. Y era por algo, porque tenía esperanzas.
- Un poco, pero con quimioterapia lo podrás vencer. Tres de cada diez personas se curan de la leucemia, Anna. Pero aquí no podrás realizarte las quimioterapias, no tenemos muchos pacientes y poco personal. -
- No se preocupe por eso, iremos a Los Ángeles, sé que allí tienen bastante tecnología y podrán curar a mi Anna. Muchas gracias. - Papá habló con el doctor mientras la enfermera me sacaba el suero. Me estaban dando de alta pero sabía que nada bueno pasaría cuando nos vayamos de Texas.
Stefanie y mamá me abrazaron como nunca y lloraban, yo sólo las consolé. No quería que estuviesen así, no quería que ellas sufran por mí de esa manera. Las miré a las dos y le dije que todo iba a estar bien que saldríamos de esta sea como sea. No me dejaría decaer, no lo haría, no bajaría los brazos por nada en el mundo.
Al día siguiente mi madre me despertó así vayamos al instituto porque tenía que presentar mis certificados médicos y pedir mi pase para ir al nuevo instituto en Los Ángeles. Estaba contenta por ir porque vería a Brad, a Mara y a todos mis amigos y profesores, ya que no sabía nada de ellos desde el día de la función. Sería bastante difícil dejar a mi mejor amiga aquí y a Brad también. Los extrañaría mucho, de eso estaba muy segura, pero cuando pudiésemos haríamos skype o haría todo lo posible para volver a Texas o para que ellos vayan para LA.
Llegamos al aparcamiento del instituto y fuimos a dirección con mi madre y mi abuela Edith. Caminábamos tranquilamente por los pasillos. Yo sólo miraba a mi alrededor recordando todos los momentos que había pasado en aquel instituto y porque sería la última vez que esté aquí o quizás sí, nunca se sabe.
- ¿Quieres ir a buscar tus cosas a tu casillero, Anna? Así pueda hablar con tu madre y tu abuela. - Asentí, salí del despacho del director y me encaminé a mi casillero con un bolso que había traído para llevarme todo. Comencé a sacar los libros, cuadernos, siempre tenía una pollera de más por si acaso, fotos, maquillaje, y las últimas flores que me había regalado Brad. Cerré el casillero y lo miré con aprecio, sabía todo lo que escondía y las grandes historias que tenía aquel. Agarré el bolso y fui de nuevo hacia dirección. La fuente que quedaba enfrente a la dirección estaba prendida y había un chico y una chica abrazados y besuqueándose. ¡Iug! Ya sé a lo que se refería Mara.
Me quedé mirando la fuente detenidamente y cuando volví a mirar hacía la pareja que estaba ahí, palidecí. Estaban muy cerca el uno con el otro y me observaban asustados. Yo sabía porqué lo estaban, una lágrima cayó de mi ojo derecho, bajé la mirada y sonreí. Eran Brad y Mara. Mi "novio" y mi "mejor amiga". Antes que suene el timbre, escuché que Brad me gritó algo, pero ya era tarde.
Caminé hacía el auto de mi madre, y me senté atrás. Me encogí y lloré. No podía creerlo. Si tanto decían quererme y apreciarme, ¿por qué lo hicieron? ¿Cuánto tiempo habré sido una tonta? ¿Cuánto tiempo habían estado haciendo aquello? Pero a todo esto, ¿por qué me dolía más esto que cuando me dijeron que tenía leucemia? Ya sé, porque la decepción que sientes cuando alguien te traiciona es más dolorosa que cualquier enfermedad, por más que sea terminal, como la mía. Sabía que no tenía que enamorarme, lo sabía, pero no sabía que era malo tener una mejor amiga, no sabía y no esperaba que mi "amiga" me haga aquello. No lo esperaba. Me mintieron de tal forma que me dolió y sé que entonces iré siempre de frente con la verdad. Me fallaron quienes menos imaginaba y entendí que las palabras hay que cumplirlas y de los actos, hacerse cargo. Pero de una manera u otra el dolor queda y no lo superaras nunca. Y me di cuenta que las personas que más nos dañan son las que más queremos.
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Living with hope.
RomanceUna sonrisa que deja hipnotizado a cualquiera, un cuerpo maravilloso, una personalidad deslumbrante, amante al ballet y a la música clásica, el mejor promedio en su Academia, una familia maravillosa, no le faltaba nada, tenía una "vida perfecta". A...