2 meses después.
Ya han pasado 2 meses desde lo que pasó con Matt, fue algo único e indescriptible. Todos los días soñaba con aquello y cada vez lo sentía más que perfecto.
Se preguntarán qué pasó que no volvió suceder, simple, yo empeoré. La cirugía no hizo totalmente el efecto que se necesitaba. A los tres días de la cita con Matt, comencé con recaídas, primero mi nariz no dejaba de sangrar, luego los desmayos, perdía el sentido de la orientación, se me nublaba la vista, perdía el tacto, hasta que un día al desmayarme, me golpee fuertemente la cabeza con el lavabo de mi baño. Me hice una cortada y tuvieron que hacerme tomografías para descartar hematomas bastantes grandes o que se haya generado un tumor o algo por el estilo, ya que en mi estado, se esperaría cualquier cosa.
Estaba sentada en la camilla mientras leía un libro que me había regalado Sara el día anterior, así pueda tener algo que leer, aparte del periódico que siempre me traía mi padre cuando venía a verme por la mañana antes de ir a trabajar. A veces me cansaba de estar empostrada en esta cómoda camilla y salía a caminar por los pasillos con mi atril donde colgaban mis dos sueros. Casi todos los del piso 7 me conocían, al igual que yo a ellos, siempre me quedaba a dialogar un tiempo con ellos hasta que llegue alguien de mi familia o sea el horario de visita.
Ya habían pasado 3 días que no veía a Matthew, y me preocupaba ya que tampoco querían que tenga mi móvil mientras estaba en el hospital, ya que no me encontraba del todo bien para alterarme por noticias que me aparezcan en alguna que otra red social.
Era jueves y hoy llegaría al fin mi nuevo doctor, el que va a seguir mi historia clínica y es especialista en todo esto, ya saben, en la leucemia.
Según lo que escuchaba de las bocas de las enfermeras es que el Doctor Griffin, era muy simpático, que amaba su trabajo, y que además era sexy; ¡ah! y por cierto que tenía un trasero dueño de admirar. Lo último cuando lo decían siempre con las cejas levantadas y luego reían. La verdad que no estoy en plan de mirarle el trasero a mi doctor, está bien que quizás sea la persona quien salve mi vida, pero tenía como 30 años, no es un poco muy grande? Sí, lo era.
Salí a dar el típico recorrido por la planta 7, y al salir me crucé a Marta, una de las enfermeras que siempre me atendía y controlaba que todo esté en orden.
- ¿A dónde crees que te estás escapando Annita? -. ¡Oops, me descubrió!
- Voy a dar un paseo, ya me duele el trasero de tanto estar sentada en esa camilla, Mart. ¿Puedo? - Haciendo mi típica cara de perrito, y funcionaba casi todo el tiempo aquí.
- Está bien, pero vuelves en una hora porque debo colocarte la medicina y el doctor Griffin viene a verte a esa hora, sí? -. Asentí y sin más que decir, me fui caminando lentamente, como siempre, ya que los medicamentos hacían que me sienta muy débil y si aumentaba la velocidad, podría caerme y golpearme, y lo que menos quería era eso.
Caminé mirando las paredes, amaba este hospital, todas sus paredes estaban pintadas con dibujos animados de Disney, estaba lleno de colores y cada habitación era de un color diferente, por ejemplo, mi habitación era de un color amarillo pero no tan chillón y en el techo se podía ver en un extremo una luna sonriente y un sol sonriente y alegre en el otro extremo y estaba lleno de nubes en el medio, y del lado de la luna, estaba lleno de estrellas, era algo magnífico. Era como estar en un sueño, pero un sueño lindo por momentos y por otro, una pesadilla.
Iba caminando distraída hasta que siento un golpe en la parte de mi estómago, miro para abajo y era un niño de no más de 10 años. Lo que me impactó fueron sus ojos azules como el mar y sus mejillas rosadas. Estaba tapando su rostro al parecer avergonzado por haber chocado conmigo. Me puse en cuclillas como pude y lo observé un poco más cerca, pude leer su pulsera y era de color azul como la mía.

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Living with hope.
RomanceUna sonrisa que deja hipnotizado a cualquiera, un cuerpo maravilloso, una personalidad deslumbrante, amante al ballet y a la música clásica, el mejor promedio en su Academia, una familia maravillosa, no le faltaba nada, tenía una "vida perfecta". A...