Luego de tener ese episodio el día de la cita con Matt, todo mejoró. Yo estaba mejor, mi salud estaba mejor, no había vuelto a tener uno de esos episodios, iba a ballet y comenzaba a gustarme más el piano, mucho más de lo que me gustaba.
Miré hacia la ventana, escuchando las gotas caer en ella, estábamos en otoño y ya hacía bastante frío. Me removí un poco en mi cama hasta estar muy cerca del cuerpo de Matt.
No, no habíamos pasado a segunda base, hace ya un mes dormimos juntos, me siento más tranquila, no tengo tantas pesadillas, y también puedo disfrutar de su cuerpo caliente en estos días de frío, parecía una estufa humana y eso me hacía sentir más cómoda de lo que estaba.
Mis padres estaban de acuerdo con que Matthew se quede, ya que ellos estaban trabajando todo el tiempo y si yo tenía alguna emergencia en casa, él podría ayudarme. Le agradezco a dios tener padres tan permisivos, si no, tendría que lidiar con los celos de papá, y sus pensamientos de mierda.
- Buenos días, mi bella Anna. - Escuché a mis espaldas. Di la vuelta y me encontré con el rostro sonriente de Matt, mientras sus ojos seguían cerrados. Era hermoso y mío.
- Buenos días, mi príncipe azul. - Reí al imaginármelo en un corcel, con un traje azul de caballero. - ¿Dormiste bien? - Sonreí.
- Estando contigo siempre duermo mejor, al igual que con todas las cosas que haga. - Se acercó hacía mí y me dio un beso de buenos días. - Te tengo una sorpresa para hoy en la noche. Y espero que te guste. - ¿Ahora que tramaba?
- Matt, sabes que me pongo muy nerviosa con las sorpresas, por qué no sólo me das la sorpresa? - Hice pucheros.
- Porque amo hacerte la contra en todo, pequeña. - Me dio un fugaz beso en los labios y se levantó de la cama. Al levantarse, mis ojos se clavaron en su espalda marcada y luego en su gran y marcado trasero.
¡MAMMA MÍA!
Miré hacia la ventana para intentar ocultar un poco mis mejillas rojizas y acaloradas.
- ¿No te hace frío, Matt? - Mientras le preguntaba jugaba un poco con mis dedos, de verdad, era la primera vez que lo veía sólo en bóxers, y vaya que me estaba perdiendo de muchas cosas.
- ¿Por qué lo dices, Ann? - Reí un poco, y me tapé la cabeza.
- Por nada, sólo preguntaba. - Sentí su peso en mi cama y de pronto di un salto cuando sentí sus calientes manos en mis caderas. Matt estaba debajo de las sábanas conmigo mientras yo ya no podía esconder mis mejillas que estaban bastante calientes.
- ¿Así que sólo preguntabas? - Levantó una ceja y yo sólo asentí. - Entonces no te va a importar que duerma así de ahora en más cuando esté contigo. - Ay Dios, Alá y todos los demás dioses. Mis mejillas ardían, no sabía en donde esconderme y Matthew cada vez estaba más cerca mío y vaya que lo disfrutaba.
Matt me sonrió, y comenzó a besarme. Esos besos que tanto amo. Me besó lento, y pausadamente mientras con una mano agarraba una de mis mejillas y la otra acariciaba dulcemente mi abdomen.
Si Matt quería matarme, lo estaba haciendo, lo estaba haciendo de verdad.
Lo agarré de la parte de atrás de su cuello y lo acerqué más a mí para profundizar un poco más el beso. Sus manos viajaban por mi cadera, espalda, abdomen y estómago, jugaba con el elástico del pantalón de mi pijamas y con la camiseta de éste.
En un sólo abrir y cerrar de ojos Matt ya me había sacado la camiseta de mi pijamas, dejándome en brassier.
Comenzó a depositar besos desde mi frente, nariz, mejillas, boca y mentón, hasta llegar a mi clavícula, donde tenía mis cicatrices por el catéter. No podía con esto, me estaba matando, no sabía tampoco si era algo muy apresurado, no sabía si estaba lista. ¿Y si hacia algo mal? ¿Y si no le gustaba mi cuerpo? ¿Y si después de pasar a segunda base se aleje? ¿Y si sólo me quería sólo por eso? No lo creo, si no ya hace tiempo me habría dejado. Descarté esa última pregunta mientras Matt me besó uno de mis pechos.

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Living with hope.
RomanceUna sonrisa que deja hipnotizado a cualquiera, un cuerpo maravilloso, una personalidad deslumbrante, amante al ballet y a la música clásica, el mejor promedio en su Academia, una familia maravillosa, no le faltaba nada, tenía una "vida perfecta". A...