-42-

50 8 0
                                    

Santiago corría detrás de mi y yo caminaba cada vez mas rápido, estaba llena de rabia y quería llorar, !maldita sea! ¿nunca puedes hacer nada bien? Me decía mi yo interior furiosa y triste a la vez, me sentía fatal, mientras me acercaba cada vez mas a la gran casa las lágrimas corrían por mis mejillas, sentía mi cara mojada, pero no dejaba de sollozar, necesitaba sacar toda esta mierda que sentía dentro, tanta basura que no hacia mas que volverme cada ves mas suicida, cada vez mas harta de este asco al que llamamos mundo.

Llegue a la casa, subí las escaleras corriendo, entre al cuarto donde me hospedo, salí al gran balcón, encendí el ultimo cigarrillo que quedaba en mi cartera y rompí a llorar, mientras me deslizaba hacia el suelo, hasta quedar acuclillada en el, me siento fatal, al parecer no vine a este mundo a ser feliz, ni nada de ello.

-Ana- Santiago llego agitado al gran balcón, pude observar su cara de tristeza al verme así, pero no deseaba que me viera tan mal, quería que en su mente guardara la imagen de aquella chica sonriente y sin preocupaciones, la que se sentía feliz a su lado, sin embargo yo creería que guardaba la imagen de la chica suicida, que mata sus penas entre el humo de un cigarrillo, el filo de una cuchilla, lágrimas y sollozos y que no inspira mas que desolación y tristeza.

-!vete de aquí! Deseo estar sola- grito de una forma desastrosa mientras limpio mis lágrimas con mis manos, pero al parecer no me ha escuchado o no quiso escucharme, tomo asiento a mi lado y se quedo allí, en silencio. Los dos sentados a las tantas de la madrugada en un gran balcón seria lo mas romántico para todas las chicas, pero esa no es mi posición en este momento, tengo mi cabeza entre mis rodillas y mis brazos alrededor, desearía que este día terminara, a quien engaño, desearía que mi vida se acabara en este jodido momento.

Santiago no se da por vencido y acaricia mi cabello

-¿te han hecho daño Ana?-

-no, solo me tocaron- digo y me recuesto en su pecho mientras me voy calmando

-¡maldita sea Ana! En la mañana los iré a buscar- dice con rabia

-no vale la pena- le digo mientras me voy envolviendo en un sueño abrumador

-¿como? Tu vales la pena, !lo vales todo! Cualquier hombre mataría por ti, al menos yo lo haría- me dice mientras acaricia mi cabello y baja hacia mi espalda, yo sonrió desde mis adentros y me quedo dormida en el que para mi es el mejor lugar del mundo, su pecho.

(...)

Me levanto y miro el reloj, solo ha pasado media hora, llevo puesto mi vestido todavía y estoy acostada en lo que debería ser la habitación de Santiago, pero me encuentro sola, entro al baño y me miro al espejo, estoy hecha un desastre, las palabras de Santiago no paran de sonar en mi cabeza "cualquier hombre mataría por ti, yo lo haría" y no puedo evitar sonreír, suelto mi cabello y me arreglo un poco, ya no me siento tan fatal, aunque me doy un poco de asco al recordar las caricias forzosas de lucas y sus amigos drogadictos. Salgo al corredor, por cierto estoy descalza al parecer Santiago me ha quitado los tacones antes de acostarme, sonrió al imaginar esa escena. Ya en el corredor se oyen unos sonidos muy peculiares, una mujer grita, pero al parecer de placer,la voz de la mujer se parece mucho a la empleada que desea a Santiago, trato de detectar mejor el sonido y noto que proviene de los cuartos donde duermen las empleadas, no puedo evitar pensar lo peor y mi corazón comienza a acelerarse

- ¿donde estará Santiago?- preguntó para mi misma "lo que nos faltaba Ana, Santiago ha sabido cogerse a la servidumbre, pero oh por dios, al parecer la esta matando" dice mi yo interior que no hace más que caminar de un lado a otro, camino hacia los cuartos de donde vienen los gemidos de la mujer y dejo de caminar justo antes del cuarto donde al parecer se esta teniendo el coito, veo que la puerta esta semiabierta y la curiosidad me invade.- no Ana, esto no esta bien- me digo a mi misma y tomo rumbo de nuevo a la habitación donde estaba, pero la curiosidad me mata y en menos de dos minutos estoy caminando nuevamente hacia la habitación donde grita la mujer. Me detengo justo al frente de la puerta y no logró ver bien la cara de aquel hombre, lo que vi se los dejo a la imaginacion, hago el esfuerzo por mirar ese rostro, quiero ver si es Santiago, doy un paso adelanté silenciosamente y me enfoco en tratar de mirar quien es el hombre con el que esta aquella chica.

-que estamos mirando !oh por dios!- alguien se puso detrás mio, yo pego un grito del susto y los que están en el coito paran y salen a asomarse, antes de que puedan vernos o ver algo Santiago y yo corremos a la velocidad de la luz y entramos rápidamente a un baño que hay allí cerca, no hacemos mas que reírnos como dos niños que acaban de hace una travesura.

- que hacías viendo eso- me dice Santiago pícaramente

-es que... Pensé que eras tú- digo e inmediatamente agacho la cabeza

-tu pensaste ¿que?- ríe- ven aquí pequeña- dice y me abraza tiernamente y yo, yo me siento completa.


yo soy la chica rara :3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora