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-deberiamos quedarnos aqui un buen rato, no es seguro salir- digo despues de asomarme por la puerta del baño, la empleada y su novio estan afuera de la habitacion, pero en realidad mis palabras no son mas que una escusa para pasar algo de tiempo a solas con el. Miro a santiago y veo que esta sangrando por la nariz, me pongo algo nerviosa, se que son los resultados de su pelea con lucas. Tomo una pequeña silla de madera y le digo a santiago que se siente, me agacho a buscar el botiquin de primeros auxilios y puedo sentir sus ojos deseosos encima mio, viendo cada parte de mi cuerpo y sonrio internamente.

-esto sanara en un momento- le digo y empiezo a curarle y a quitar la sangre de su nariz, el banquito es pequeño asi que yo quedo un poco mas alta que santiago, hago que incline la cabeza para que me facilite todo.

-si supieras la vista tan preciosa que tengo desde aqui- me dice picaramente y yo sonrio maliciosa.

-termine-

-al fin- dice casi sin dejarme terminar de hablar se levanta me toma de la cintura y me besa con fuerza, nuestras lenguas se encuentran en una constante lucha y las sensaciones recorren nuestros cuerpos como cuando alguien que ha estado mucho tiempo bajo el sol encuentra una sombra, cada vez con ganas de mas y mas, santiago me lleva contra la pared y se pega a mi, puedo sentir su miembro junto a mis piernas, lo deseo, aqui, ahora. Quito sus manos de mi cintura y las bajo, el no deja besarme, toma la parte de atras de mi cabello y la tira  suavemente, yo gimo, el reelevo de sensaciones me posee y ya no estoy consciente de nada, solo se que quiero estar con el, voy subiendo mi pierna por su cadera para acomodarnos mejor, santiago me voltea en un segundo y me quita el vestido a la velocidad de la luz, dejandome en ropa interior, nuestras respiraciones son agitadas y cada vez mas intensas, todo va bien hasta que siento que para y me hace a un lado, quedandose en silencio y cabiz bajo, haciendo que mi autoestima se desplome en cuestion de segundos sin necesidad de decir una palabra, no soy lo suficiente para el, lo se, por eso paro.

-¿que pasa?- pregunto

-ana.... Lo siento...- sus palabras me dejan sin aliento y quiero irme, irme lejos-  ana, lamento tanto dejarte asi, pero en mi opinion, alguien acaba de intentar pasarte contigo forzosamente, no quiero que desees esto- !maldita sea! Si supiera cuanto me importa lo que cree, ¿entonces? Dejare todo asi? No lo creo, esta vez sere yo quien ponga la iniciativa,

-tienes razon- digo y el me mira intrigado, yo me libero completamente de mi vestido y me quito el sosten quedando solo en bragas, santiago no deja de mirarme, pero ¿quiere o no quiere? Me digo a mi misma, abro la puerta de la ducha y estiro mi mano hacia santiago

- duchate conmigo, como en los viejos tiempos- el me guiña un ojo y se desviste hasta quedar en ropa interior, entra a la ducha conmigo y nos duchamos juntos, estamos en un sin fin de besos y caricias mientras el agua recorre nuestros cuerpos, el deja de besar mi boca y empieza a bajar delicadamente besando mi cuello y haciendo que se me erize hasta el alma, una corriente electrica me recorre por completa y hace que me moje cada vez mas, el sigue bajando hasta llegar a mis senos, los besa suavemente cual bebe hasta que muerde mi pezon y yo gimo de placer, despues de ducharnos nos envolvimos cada uno en una toalla y salimos precavidamente del baño

-bueno, ire a mi cuarto a vestirme- digo vacilante y camino hacia mi cuarto

- de ninguna manera, tienes que terminar lo que empezaste- me dice seductor abrazandome por detras y conduciendome a su cuarto mientras yo siento su gran miembro en mis gluteos, pero con las toallas en medio claro.

Al llegar al cuarto el cerro la puerta rapidamente, yo corro hacia una orilla de la cama como una niña jugando a las atrapadas, el me alcanza y los dos reimos, me mira fijamente a los ojos, veo sus ojos grises deseosos, deseosos de mi.

-creo que esto sobra- dice haciendo caer nuestras toallas al suelo y esta vez si quedamos totalmente desnudos el uno frente al otro, el me mira de pies a cabeza y yo hago lo mismo, puedo ver su miembro erecto y me doy cuenta que estamos perdiendo mucho tiempo, en menos de que creen estamos en la cama, el no deja de besarme y acariciarme mientras yo lo deseo cada vez mas, el hace una pausa y me mira directo a los ojos, pero esta vez algo en el a cambiado esta serio

-¿estas segura de esto ana?-

Le bese como dandole permiso para que prosiguiera, dejo de besarme y bajo hasta mi sexo, introdujo primero un dedo y yo gimo, estoy mas agitada y excitada que nunca, el empieza a hacer movimientos con su mano y yo me agarro de las sabanas fuertemente, luego introduce dos y hace lo mismo y yo me retuerso de placer, el vuelve y sube y quedamos nuevamente cara a cara, sus ojos me miran deseosos al igual que yo miro los de el, siento como su erecion roza mi sexo, lo deseo, el se introduce lentamente en mi y yo grito, empieza a entrar y a salir, yo rasguño su espalda con fuerza las sensaciones son muy intensas, el dolor y el placer me llevan a el extasis y despues de un tiempo de estar deborandonos entre sexo, besos, sudor y pasion llegamos al orgasmo, yo grito su nombre y me siento tan llena al lado de mi hombre, me quedo tumbada encima de el con mi cabello sobre la cara, los dos estamos muy agitados y necesitamos descansar, el me mira satisfecho, sonrie y me da un casto beso en la frente. Quedandonos asi dormidos despues de estar haciendonos el amor en una larga magrugada.

yo soy la chica rara :3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora