yo soy la chica rara :3

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Un rayo de sol entra por la ventana que esta en la habitación de sophia y hace que me despierte, me desperezo y salgo de la cama, miro a sophia y aun duerme como un bebe, un bebe borracho, jajaja al pensar en esa ultima parte río, saco mi cepillo de dientes de mi mochila y voy al baño, me lavo la cara y me cepillo los dientes, al mirarme en el espejo veo mi cabello todo esponjado, pareciera como si llevara el afro, busco una moña por toda la habitación de Sofia y no encuentro, además tengo hambre así que decido salir.

Cuando estoy en la sala lo primero que hago es mirar al sofá, pero Santiago no esta por ningún lado, y los cojines y las cobijas que utilizo en la noche están dobladas, ¡oh no! Sera que se ha ido?, algo huele delicioso, sera que sophia se ha levantado?, me dirijo a la cocina y en toda la puerta veo los zapatos de Santiago, sigo caminando y lo veo, su esbelta espalda se encuentra descubierta y su cabello esta despeinado, y esta cocinando algo que huele delicioso, me acerco a buscar una pasta y un vaso de agua, a pesar de que no tome mucho, tengo jaqueca, y un dolor de cabeza terrible, la tentación me gana y cuando voy a llenar el vaso de agua, le agarro una nalga, el voltea y me mira sorprendido

-buenos días, señorita- me sonríe, en ese instante se me viene a la mente todo lo sucedido ayer, y la imagen de Santiago y jennifer besándose, me lleno de rabia nuevamente, y mas cuando recuerdo que no hizo nada cuando dijeron que yo daba asco, al fin y al cabo es verdad.

Levantó la cabeza como saludándolo, el me mira confundido, mientras yo me tomo el agua y una pasta, me siento en el mesón de la cocina a mirar lo que hace, ¿que? Que este enojada no puede impedir que lo mire, hasta recién levantado se ve hermoso, el sigue cocinando y algunas veces me mira de reojo, luego toma un plato pone dos waffles, saca un bote de helado de chocolate de la nevera y sonríe, yo solo lo miro,¡por dios! Este hombre sabe como tentarme, le pone helado a los waffles, luego toma una cuchara y cuando va a dar la primera cucharada, yo le arrebato el plato con los sacro es y el helado

-gracias- le digo y salgo corriendo muerta de la risa

- ven aqui- me dice

Y corro y me persigue por toda la sala y el comedor, cuando puedo pongo en plato en el comedor para que lo tome y me deje en paz, pero el ignora el plato y sigue corriendo detrás de mi hasta que llegamos al final de una habitación y quedo atrapada contra la pared, el pone sus enormes brazos sobre la pared para que yo no pueda escapar, nuestros ojos se miran fijamente, el mira mis labios y luego mis ojos, hace eso varias veces y yo muero por dentro de ganas de besarlo, besar sus lindos labios, nuestra respiracion es agitada y estamos tan cerca que sentimos nuestras respiración la una de la otra, me muerdo el labio, enserio muero de ganas por besarle, pero vuelve a mi mente el recuerdo de anoche y entonces me agacho y me salgo por debajo de su brazo, dejándolo alli solo, contra la pared.

Tomo el plato del comedor y me siento en el mesón a comer, mientras Santiago sigue cocinando waffles para él y Sophia, me mira confundido, supongo que fue por lo que acaba de pasar

-tu nuevo look te hace ver hermosa- me dice burlándose de mi cabello despelucado

-callate- le digo con la boca llena de waffles y helado.

Son las 7:00 de la noche, en la tarde sophia, Santiago y yo salimos al parque y estuvimos dando vueltas por toda la ciudad, ahora hemos decidido pasar la noche viendo películas de terror, yo estoy en la cocina poniendo las palomitas en el microondas y los chicos están acomodando el televisor led gigante que esta en la sala de Sophia, yo hago 3 bolsas de crispetas y las llevo ala sala.

....

Ha pasado más o menos una hora, la película que estamos viendo es de miedo, ya casi se va a acabar, yo estoy en medio de Santiago y sophia y cada vez que pasaban algo de terror me hacia en los brazos de Santiago, a quien engaño, el me hace sentir protegida, segura, amo estar rodeada de sus brazos, tengo mucho sueño, así que me acuesto en los pies de Santiago y el empieza a acariciar mi cabello, arrullandome con sus tiernas pero bruscas manos de hombre, y sin pensarlo dos veces me quedo dormida, allí en sus piernas, mientras el acaricia suavemente mi cabello, mi cara.