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Abro lentamente los ojos y veo su gran cara alli, mirandome dormir y me siento tan completa, bueno, tambien muy adolorida, me levanto y ohh por dios, habia olvidado que estaba desnuda, tomo la camisa de santiago y me la pongo, encuentro mis bragas tiradas en el piso y me las pongo tambien, al menos ppr mientras salgo de esta habitacion, el se levanta y se pone sus pantalones de pijama, me siento en la cama y algo me hace morir de verguenza, una gran mancha de sangre translucida cubre una parte de las sabanas, pero no tengo mi periodo, ahh verdad, era virgen.

-santiago-

-dime amor?- mi corazon da un gran brinco al oir sus tiernas palabras

-hay que lavar las sabanas- digo y agacho la cabeza, siento mucha verguenza

-eso es normal cariño, no tienes porque avergonzarte- me dice levantandome el menton y dandome un tierno beso en los labios, de un portazo abren la puerta es sophia

-¡ay dios mio, esta vez no me lo pueden! negar- dice sonrindo de oreja a oreja, yo siento nervios, no quiero que vea las sabanas manchadas, santiago sabe lo que estoy pensando e inmediatamente destiende por completo la cama, llevandose adsolutamente todo

-bueno hay mucho que lavar- dice y se va con todas las sabanas en la mano, sophia y yo reimos.

-y que son?- dice sophia despues de un rato

-no lo se-

-¿como? Pasaron la noche juntos y no sabes que son, es un hijo de puta-

-sophia, tambien es tu amigo-

-lo se, pero no me gusta como es contigo-

(...)

Ya es de noche y estoy acostada en mi recamara, no se como resulte aqui, pero seria muy patetico ir a dormir junto a santiago, depronto le incomode, depronto lo de anoche no fue mas que un calenton para el, aunque para mi haya sido magico, la verdad en todo el dia ha estado muy atento conmigo, todo el dia anduvimos tomados de la mano, y lea dijo a todos que yo era su novia, asi yo no haya afirmado eso, estuvimos en la picina y al final cenamos afuera con sophia y el chico lindo de la pequeña casa, al parecer tambien estan saliendo, es rapida, me siento muy feliz aqui, no lo se, pero tener a santiago de vuelta me a hecho reflexionar sobre todo, nunca debi dejar que se fuera, nunca debio irse, debi haberle confesado mi amor antes y debimos ser lo que somos antes, aunque no creo que seria igual, le quiero demasiado, es mi pequeño niño de ojos grises y yo, su angel guardian.

Abren la puerta de la habitacion es santiago, desde la puerta me sonrie y su sonrisa ilumina toda la habitacion y hasta mi alma, es tan hermoso, lleva consigo un gran chocolate, me lo lanza y yo lo esquivo

-es para ti- dice

- y por eso piensas matarme con el- digo en tono de burla

-porque eres tan exagerada mujer- dice y se acuclilla en la cama hasta quedar encima mio, me da un tierno beso en la frente

-por cierto ¿que haces aqui? Deberias estar en mi habitacion- suspira- conmigo.

-no quiero- digo haciendome de rogar

-¿ah no?- me hace cosquillas

-dejaameee- digo muerta de risa

-te vas o te llevo- dice retandome, yo me quedo callada- bueno, ya que insistes- dice tomandome por los pies dejandome boca abajo y haci llevandome a su habitacion, la falda que tengo se holga hacia abajo haciendo que se me vean los interiores

-santiago me van a ver-

-no hay nadie, mira- dice dandome una palmada en el trasero, y yo rio

-de esta no te salvas- le digo

Llegamos a su habitacion y el me avienta sobre la cama, y luego se acuesta boca abajo, yo le muerdo el trasero y el grita

-pero que salvaje eres- los dos estallamos de la risa y despues de un rato nos acomodamos para dormir, yo duermo en interiores y el igual, me abraza fuerte y se queda alli

-buenas noches monstruita- me susurra al oido y finalmente arullados por el amor, por el siemplemente hecho de tenernos cerca, dormimos.





yo soy la chica rara :3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora