Capítulo 16

2K 218 42
                                    

No logro entender que ha pasado. Él dijo que sería temporal no vernos, pero no creo que sea verdad. Tiene a alguien más. En el fondo, sabía que mentía, que todo fue un juego. Para Seung solo soy alguien más, no obstante, verlo no deja de resultar incómodo. «¿Que sientes por él?», recuerdo la pregunta que me hizo su prima. ¿Qué siento? ¿Pasión? ¿Amor? No, no puedo quererlo, yo amo a Min, a pesar de todo, lo amo.

―Sid ―Confundida miro a Min. Por su expresión, no debe ser la primera vez que me llama.

― ¿Perdón? ―digo moviéndome.

―Has estado muy callada ―dice con una mueca, intentando mantener la mirada en el camino.

―Lo siento, estaba distraída ―Tengo que olvidarme de Seung. Es lo mejor, lo correcto. Aunque debo confesarle a Min todo, pero ¿cómo lo tomaría? ¿Me dejaría? ¿Me odiaría?

No debí caer, debí pensar en Min. Todo parecía tan sencillo, tan excitante, tan apasionante. Pero era solo eso, una ilusión. El hecho de probar algo desconocido y prohibido. ¿Qué debería hacer?

― ¿Estas bien? ―pregunta acariciando mi mano.

«No, Min. No lo estoy. Me siento culpable».

Min se preocupa por mí ¿y qué hago yo? ¿Pensar en otro, en su primo?

―Sí, un poco cansada ―miento, como lo hago últimamente. No quiero esto.

Es cierto que mi vida no ha sido de lo más emocionante, sin embargo nunca me ha faltado nada y Min siempre está ahí. Es un maravilloso marido.

En silencio bajamos del auto y entramos a la casa. No dejo de darle vueltas. En el restaurante, tuve la impresión de que él lo sabía, pero no ha dicho nada. Aun así, debería ser sincera, pedirle perdón. Tal vez... solo tal vez lo entienda.

Me despojo del abrigo, arrojándolo sobre el sofá y pienso dirigirme a la cocina, pero las manos de Min me toman por sorpresa.

―Sigues muy callada ―murmura besando mi cuello.

No me gusta la sensación de desagrado que me recorre. Mi cuerpo lo rechaza.

―Min ―murmuro intentando escapar de su cercanía, pero sus manos sujetan con firmeza mi cintura. Manteniéndome pegada a él.

― ¿Qué pasa, cariño?

¿Qué pasa? No quiero estar contigo, eso pasa. Pero, ¿qué digo? ¿Cómo evito que quiera estar conmigo?

―Es sólo... ―arrastro las palabras, buscando desesperada una excusa convincente. Se lo que debo hacer, olvidarme de ese idiota y pensar en mi marido. Pero ¿cómo hago entender a mi cuerpo? Se ha acostumbrado demasiado al tacto de Seung. Esto es tan absurdo.

― ¿Alergia? ―pregunta apartándose. Me giro sorprendida.

― ¿Cómo dices? ―pregunto desconcertada.

―Aquella noche fue la alergia, otras ha sido cansancio o dolor de cabeza ―Su expresión me resulta desconocida―. ¿Que será hoy?

―Min...

― ¿Es por lo que viste en el local? ―Siento la sangre abandonar mi rostro.

¡Lo sabe! ¡Lo sabe! Fue una trampa, lo planeo. No, Sid. Tranquila, mantén la calma. No hay forma, es imposible.

―No te comprendo ―Suelta una carcajada, clavando sus ojos furiosos en los míos. De nuevo esa expresión extraña ha aparecido, pero ahora no intenta ocultarla.

Una pasión peligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora