Evenine me llamó cuando llegue a casa.
Le habían dicho que él jefe me había gritado.
—¿Cariño estás bien? ¿Qué fue lo qué pasó? ¿Te despidió?— pregunto preocupada.
—No, no estoy bien y tampoco sé si me va a despedir. Evenine, Nick le ha estado robando y se puso histérico, no sé porqué tuvo que gritarme. Se suponía que me mudaría a New York para comenzar de cero, para encontrar mi felicidad y lo único que encontré fue más sufrimiento. Lo siento, debo colgar.
Termine la llamada y comencé a llorar.
No tenía familia. Estaba sola.
Odiaba aquel día en que mis padres tuvieron un viaje de negocios y tuvieron un accidente.
Odiaba no poder haberme despedido de ellos y que ellos no se despidieran esa noche.
Odiaba a Nick.
De alguna forma mi corazón se estaba endureciendo y pronto no quedaría nada de amor.
Toda la noche me la pase en mi cuarto acostada. Apagué el celular y no salí de mi cama.
Lo único que tenía de mis padres era una hermosa cadena de estrellas y una carta qué jamás leí. Quería superar el hecho de no tenerlos y esa carta no me iba a ayudar. Tenía miedo de leerla.
Al día siguiente me levante por el timbre de la casa.
Abrí mis ojos y camine hasta la puerta con lentitud. Era sábado. Mi pelo era un desastre, mi pijama y mi cara también lo eran. El que estuviera detrás de esa puerta iba a saber que estaba llorando por qué mis ojeras me delatarían.
Abrí suspirando y me morí de la vergüenza cuando lo vi. Se veía totalmente distinto sin gabán y con ropa de hacer ejercicios.
—Necesito hablar contigo— dijo entrando.
No había quitado mi mano bien de la puerta y él ya estaba adentro de la casa.
—Quiero pedirte disculpas por haber sido un imbécil ayer. No debí gritarte y lo lamento. Eres una gran empleada y no he sabido compensarte. Evenine me contó. No te vayas a enojar, yo le ordené que lo hiciera.
Me quedé observándolo.
Sus labios rozados, su ojo vago y cada vez que fruncía la nariz porque se sentía incómodo.
—¿Qué es lo que sabes?
—Todo sobre ti, bueno parte. No quiero que te sientas sola. El asunto de Nick ya está resuelto y quiero darte las gracias. Realmente no quería darme cuenta.
—Aunque sepas cosas sobre mí, no me conoces. Sobre Nick, no debes agradecerme, es mi trabajo.
—Entonces quiero conocerte. Quiero saber quién eres.
Sonreí y miré mi pijama. Está vergüenza no se me olvidará nunca.
—Bien señor Mendes, ¿Qué le digo primero?
—No estamos en la oficina, puedes llamarme Shawn.
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Never be alone
FanfictionSu mirada tenía un no sé qué, que me ponía nerviosa más de lo normal. Sentía la sensación de obedecerlo en todo lo qué me pedía. Y cuando menos lo esperé arriesgó su vida por mí. Así fue escrita nuestra historia.