Capítulo: 10

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La cena pasó muy rápido. Sus padres eran muy agradables. Hablamos de diferentes cosas y como era de esperarse preguntaron por mi familia. Después de varios suspiros les conté y ellos se disculparon por preguntar. A la hora de irme todos me abrazaron y sonreí. Eran una familia muy agradable. Jayden me acompañó hasta la puerta de mi casa.

—¿Sabes? No tengo ganas de entrar.

—¿Porqué?

—Porqué a pesar de todo, no quiero que se acabe este día.

Él sonrió de lado y se sentó en los escalones de la entrada. Me limité a repetir su acción.

—Solo estamos comenzando la semana.

—Yo siento que lo único que hago es trabajar, ni siquiera me he sentido bien con lo que hago.

—Todo por el dinero..

—El dinero no lo es todo Jayden.

—Lo sé, ¿por qué no te gusta lo que haces?

—Es qué si me gusta, solo, no siento que a las personas a mi alrededor le esté gustando mi desempeño.

—Si haces las cosas correctamente eso no te debe de importar.

—Me gustaría estar feliz otra vez..

—Primero, ¿es cierto que eso lo hizo una compañera?

—Si..

—¿Y tú jefe? ¿Shawn? ¿Qué hizo él?— tomó mi mano con delicadeza y la miró.

—Me mando a casa y que volviera mañana. A veces quisiera renunciar pero sería muy complicado volver a empezar.

—Ese chico no me cae muy bien, pero no renuncies por ahora, estaré contigo y te ayudaré a relajarte, quiero que vuelvas a ser feliz.

Lo miré y en sus ojos se reflejaba la luz de la luna.

—Eres grandioso, muchas gracias por hacer esté día uno muy lindo. Buenas noches.

Me levante y él me siguió.

—No hay de qué, hermosa damisela, tenga usted una linda noche.— dijo haciendo una reverencia hacía mí y reí.

Me acerqué a abrazarlo y me despedí con la mano antes de cerrar la puerta principal lentamente.

Subí directo a mi cuarto y busque mi pijama para irme a bañar.

***

Me levanté de la cama ya que no pude dormir gracias a que mi brazo ardía bastante y empezaba a tener bolsas de agua. Realmente estaba asustada. Jamás me había quemado y no sabía de ningún hospital.

Busque ropa, realmente no importaba si combinaba, lo único que quería era un brazo sano. Baje y fui directo a la casa de Jayden. Toqué varias veces pero no respondían cuando me iba a ir alguien abrió la puerta.

—¿Estás bien Lia?— dijo Jayden preocupado.

—Lo siento mucho por molestar a esta hora pero creo que necesito ir a un hospital y no conozco ninguno.. me duele mucho.

—Espera un segundo.

Entró a la casa y salió con las llaves de un auto. Tomo mi otra mano y me dirigió al carro, nos subimos y después de varios minutos llegamos.

Al parecer todas las enfermeras lo conocían, y también los doctores. Cuando era la hora de atenderme él se acercó y me susurró algo que me puso asustada.

—Lo siento, hay que cortarla..

Me quedé inmóvil. Mi mente tenía una batalla entre sí salir corriendo o solo robarle el auto a Jay y huir del país.

Él comenzó a reírse haciendo que todos alrededor nos miraran raro.

—Puede pasar señorita..

—Jayden..

—Es broma no harán eso, por ahora.

Lo miré con ganas de asesinarlo y fui con la enfermera. Ella me ordenó sentarme en un lado mientras buscaba cosas.

—Así que eres la afortunada, todas las chicas aquí se mueren por él, y yo en cambio estoy muy feliz con mi esposo, así que no preocupes por mí.

La mire sin entender.

—Disculpa pero no entiendo de quién me hablas.

Tomó mi mano y con una aguja empezó a extraer el líquido. Casi me desmayo cuando hizo eso. Ella sacó una pequeña tijera y la miré con los ojos muy abiertos.

—Jayden, hablo de él.

—¿Qué harás con eso?

—Tranquila, no dolerá.

Cerré los ojos y ella comenzó cortar el borde de los residuos de la piel en donde estaba las bolsas de agua. Me ardía a más no poder.

—Puede ser un poco molesto, lo siento.

—¿Jay-Jayden trabaja aquí?

—Querida, él es el mejor doctor de este hospital y podría decir del país.

Me puso una crema parecida a la de Grace y luego me me vendo.

—Te daré más vendas y crema. No puedes mojarlo, verás que pronto sanará, eso sí no creo que puedas hacer nada con esa mano así que puedes descansar por una semana.

—Gracias.

Salimos y me extendió un papel para el trabajo y ahí estaba él con sus manos en los bolsillos.

Ella me sonrió y se fue.

—¿Te sientes mejor?

—No lo creo, picó parte de mi piel Jayden, me trajiste para que torturaran.

Él comenzó a reír.

—Esa molestia sanará pronto, no fue tan grave la quemadura.

Sonrío y salimos para ir casa.

—¿Porqué no me dijiste que eras doctor?

—No lo sé.. ¿y cómo..?

—Es secreto..

Llegamos alrededor de las cuatro de la mañana. Él se despidió con un abrazo y luego cerré la puerta.

Never be aloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora