Capítulo: 15

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Sentí como sus suaves manos acariciaban las mías. Por alguna razón quería nunca más despertar, o si lo hacía que todo hubiera sido una terrible pesadilla. Mi mente solo maquinaba en hacer miles de preguntas y la principal era ¿porqué Shawn había salvado mi vida? Sabía que había algo más que instinto o amor al prójimo. Y no iba a descansar hasta saberlo.

Abrí mis ojos y le sonreí.

—¿Cómo te sientes?— preguntó Jay.

—No lo sé..

—¿Cómo podrías no saberlo?

—Es complicado Jayden, solo un poco de dolor de cabeza.

—Bueno, ya han puesto medicamento para eso— dijo señalando el suero de mi mano.

—¿Quieres hablar de lo qué pasó?— dijo y asentí.

—Íbamos cruzando la calle y escuchaba sirenas, entonces unos papeles se volaron de mis manos y fui por ellos y él..

—Él te salvó.

—Gritó mi apellido y me empujó tan fuerte que me asusté mucho y luego me golpeé en la cabeza y lo vi tirado con tanta sangre.

No pude contener las lágrimas.

—Lia..

—La enfermera dijo que lo peor había pasado, ¿qué significa eso? solo quiero hablar con él.

—Tienes que entender que no puedo hacer nada ahora Lia, podrás verlo pronto— bufé enojada y limpié mis lágrimas.

Él suspiró cansado y miré hacía otra dirección. Decidí tratar de descansar y quedé rendida está vez.

***

Pasaron dos semanas exactamente. Evenine no dejaba de visitarme ahora que estaba en casa, incluso Grace me traía postres y se quedaba a charlar conmigo. Una cosa tenía claro, todos intentaban ocúltame de Shawn pero no iba a ser por mucho.

—Evenine..— la llamé mientras ella estaba fregando en la cocina.

—Sí, querida.

—Quiero que me lleves con Shawn.

Ella inmediatamente dejó de fregar para mirarme nerviosa esta vez.

—No es buena idea..

—Bien, iré yo sola y nadie me lo impedirá.— dije cogiendo mi abrigo y caminando hacía la puerta.

—Espera Lia, lo haré.

Tomó su abrigo y nos subimos a su auto. Era un día lluvioso. Lluvioso y triste.

Después de varios minutos llegamos a su casa. Era gigantesca y muy linda. Un chico nos dejó pasar y nos recibió su madre.

—Hola, mi nombre es Lia, mucho gusto.

Ella me observó unos segundos y luego sonrió.

—Eres tú— dijo abrazándome.

De todas las expresiones que pensé encontrarme está era una de las que ni me hubiera imaginado encontrar.

—Lo lamento, sé que estás confundida, pero mi hijo cambió mucho por ti, nos habló mucho de ti.

Esta vez miré a Evenine sin poder creerlo.

—Quisiera pedirte un gran favor.

Evenine se alejó de nosotras y me sentí un poco extraña.

—¿Podrías quedarte con mi hijo? Cuidarlo, sé que es egoísta, pero puedes hacer que cambie de parecer nuevamente. Ha salvado tú vida y tú podrías salvar la de él. Por favor Lia.

¿Cuidarlo?

—Claro señora, estaré con él siempre, no tiene que pedírmelo.

—Bien, podría esté sustituir tú antiguo trabajo con él.

Se fue antes de que pudiera hacerle preguntas sobre eso.

Evenine me observó y me llamó para que la siguiera a un cuarto. Supuse que era el de él.

—Escucha, me quedaré aquí, necesitarán hablar a solas.

Asentí y abrí la puerta suavemente.

Lo vi en una silla eléctrica de espalda mirando en dirección al jardín y sentí que todo en mí se desvanecía. Era por esto que no querían que lo viera.

Comencé a llorar y quería huir de todo.

—No deberías estar aquí, hice todo lo posible para que no pudieras verme.

Me acerqué y él se volteó. Tenía algunos rasguños en su brazo. Me puse de rodillas y puse mi cabeza en sus piernas. Trataba de contener mi llanto pero era imposible. Sentí como acariciaba mi cabello con sus manos.

—Clark, no debes culparte.

Never be aloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora