Capítulo: 16

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Levanté mi vista y me sonreía.

—Lo siento mucho Shawn— logré decir.

—¿No has escuchado la parte de "no debes culparte"?

Ninguno de los dos habló. Solo nos quedamos uno al lado del otro mirando hacía el jardín. Las horas pasaban y por más que quería hablarle no podía.

Evenine entró y me avisó que era hora de irnos así que me levante del suelo y lo miré.

—¿Te veré pronto?

—Más de lo que crees Shawn.

Salí junto a Evenine y me llevó a casa. Al llegar a la puerta vi una nota de Jayden, la tomé y entre.

Espero qué estés bien, estuve de acuerdo con él cuando me dijo que no quería que lo vieras, no hasta que estuvieras mejor. Solo quería lo mejor para ti. Espero que no estés enojada conmigo. Jayden.

Cuando termine de leerla la pegue en mi nevera y cogí una botella de agua para subir a mi cuarto.

***

Me moví molesta cuando me di por vencida de tratar de dormir. Era tonta en pensar que podía dormir después de ver a Shawn así.

Jayden, esa era otro que no salía de mi cabeza, pero Shawn era el que casi completaba todo el espacio en mi mente.

Como deseaba tener a alguien para desahogarme. Ni siquiera sabía dónde se encontraba mi mejor amiga, si seguía en Canadá o se había mudado por fin a New Jersey.

Me levante y busque mi laptop para buscar información sobre el estado en el que estaba Shawn. Todo me indicaba que había que apoyarlo y había que distraerlo y hacerlo sentir cómodo en todo momento. Corrí a buscar una libreta y apunté un plan para hacerlo sentir mejor. No iba a abandonarlo cuando fue la primera persona en ayudarme.

No sabía qué hora era cuando logre completar un plan en mi agenda. Apague la laptop y puse la alarma en mi celular para levantarme muy temprano y comenzar con el plan.

***

Salté de la cama cuando mi alarma sonó. Me preparé y desayuné para salir a tomar un taxi. Al llegar, el chico de ayer me sonrió y me dejo pasar. Me llevó hasta la madre de Shawn quién dejó de leer unos papeles en cuanto me vio.

—Buenos días Lia, llegas muy temprano, me da mucho gusto verte.

—Buenos días señora Mendes.

—Nada de eso, llámame Karen querida, te daré unas instrucciones que me dio su doctor. Ah, no estarás sola, viene un enfermero a la tarde para sus terapias.

Me enseñó una libreta dónde estaba los medicamentos que se debía tomar o si algo se ponía mal me indicaba que debía hacer.

—No quiero que te asustes, pienso que si estás cerca de él podrá mejorar. Eres algo que él merece tener cada día.

Sonreí inmediatamente, me sentía muy feliz de ayudar.

—Karen, prometo ayudar, jamás los defraudaré.— ella sonrió feliz y luego se fue.

Mira la puerta de Shawn que estaba cerrada y mi corazón comenzó a agitarse.

Leí la libreta muchas veces para así no olvidar nada. Luego fui por su desayuno y abrí la puerta sin antes tocar.

Al entrar lo vi acostado y me miro algo serio en cuanto me vio.

Al entrar lo vi acostado y me miro algo serio en cuanto me vio

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—Buenos días Shawn.

—¿Lia qué haces aquí?

—Trayéndote el desayuno— dije sonriendo.

—Antes necesito lavarme la boca y ir al baño, ¿pero por qué estás aquí? Mi madre no te ha dicho... ¡MADRE!— grito a su madre dándome un gran susto.

Ella no tardó en llegar y mirar a Shawn asustada.

—¿Qué ocurre hijo?

—Es Lia, no quiero que esté aquí, madre no quiero a nadie cerca, ¡sácala, sácala ahora!— dijo desesperado poniéndome nerviosa.

Mientras Karen trataba de explicarle decidí salir antes de ver a Shawn peor. Puse en desayuno en la mesa y empecé a dar vueltas nerviosa.

—¡Lia! ven aquí hija— me llamo Karen.

Y entre lentamente, más bien asomé mi cabeza.

—¿Sí?

—Shawn promete no ponerse histérico, ahora puedes ayudarlo, tengo que salir.

Never be aloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora