Su mirada tenía un no sé qué, que me ponía nerviosa más de lo normal.
Sentía la sensación de obedecerlo en todo lo qué me pedía.
Y cuando menos lo esperé arriesgó su vida por mí.
Así fue escrita nuestra historia.
Su madre regresó a la casa y tuve que decirle lo que había roto. También sobre la discusión qué tuvimos pero eso la preocupó más. Ella tenía fe en que yo podía hacerlo cambiar de idea.
En este momento ella estaba hablando con él mientras yo esperaba afuera. Cuando salió me miró triste.
—No me rendiré, no pierda las esperanzas. Tampoco es la primera vez que me grita, así que soy inmune a eso. Shawn se pondrá bien.
—Muchas gracias Lia, eres un ángel, él me ha dicho que quiere que le des tú los baños. Eso es buen comienzo, mientras más pasen juntos más podrás ayudarlo.
No sabía si reír, ponerme incómoda o no decir nada. Pero en cambio me sonrojé y no hable por varios segundos. Ella no se daba cuenta de que su hijo era un pervertido o era yo la pervertida porque estaba viendo todo de otra forma.
—Pensé que era broma, pero trataré de no caerme por estar cerrando los ojos.— ella rió.
—Puedes quedarte a dormir, hay mucha nieve en la carretera y están cerradas.
—Oh, gracias.
—Buscaré una manta.— dijo y asentí.
Entre a la habitación y me senté en el piso a su lado. Me sentía mal y no solamente emocional sino física. Iba a resfriarme.
—¿Quieres chocolate caliente?— pregunté feliz.
Él sólo se musitó en mirarme y sonreír de lado. Me levanté emocionada y fui a preparar el chocolate caliente. Cuando ya estaba preparado los serví y busque la crema batida para echarles. Deje uno para Karen en la mesa y le lleve el de Shawn. Luego volví por el mío.
***
Eran más o menos las una de la mañana. Y yo me encontraba viendo vídeos de Shawn en la laptop. Él estaba durmiendo en su cama mientras que yo estaba en el gran sofá de su cuarto.
Me sorprendió ver a Nick en la mayoría de ellos pero lo que más llamó mi atención fue ver vídeos de Shawn cantando. Rayos, y cantaba hermoso.
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Prácticamente vi todos sus vídeos hasta que me quede completamente dormida con los audífonos puesto y la laptop en mi barriga.
***
Las semanas pasaron y por consiguiente los meses también. Me pasaba con Shawn más de lo que pasaba en mi propia casa. Su actitud era muy distinta. Éramos como mejores amigos. Y algo que me ponía muy feliz era que íbamos a distintos lugares a pasear. Ya no se mantenía en su cuarto encerrado.
Hoy era un día muy emocionante. Estábamos a punto de llegar a unas cabañas de Hawaii. El quería revivir su pasada experiencia y me pidió que lo acompañara. El doctor aceptó que él pudiera viajar y le pedimos a Josh que viniera por cualquier cosa que pasara. Estaba sumamente emocionada. Era la primera vez que viajaba para tomar unas vacaciones así. Cuando llegamos bajamos y entramos a las cabañas. Se podían oír el mar y la brisa era cálida.
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Shawn entró a la primera cabaña y lo seguí. Puse las maletas a un lado y empecé a desempacarlas. Cuando terminé miré a Shawn.
—Ya quiero acostarme..— dijo y asentí para luego ayudarlo a acostarse en su cama.
—Buenas noches Shawn.
—Espera ¿y mi beso de buenas noches?
Lo miré riendo, ¿había olvidó decir lo coqueto que se había puesto?.
—Lia, acércate y dame mi beso.
Me acerqué hasta él y besé su frente rápidamente para luego salir corriendo y escucharlo gritar mi nombre. Una vez frente a su madre me dijo que le diera su beso de buenas noches y yo estaba que me moría de la vergüenza y el muy descarado volteo la cara, estuvimos a punto de besarnos. Karen no paraba de reír en cuánto me separé de él sonrojada.
