Su mirada tenía un no sé qué, que me ponía nerviosa más de lo normal.
Sentía la sensación de obedecerlo en todo lo qué me pedía.
Y cuando menos lo esperé arriesgó su vida por mí.
Así fue escrita nuestra historia.
Su madre lo había ayudado a sentar en su silla y él estaba con su seriedad que lo hacía único.
—No se preocupe.
Él condució la silla hasta el baño y se puso de frente al lava manos. Mientras que ella rodaba los ojos.
—Mi número está en la libreta, prometo no tardar.— asentí y se fue.
Comenzó a cepillarse los dientes mientras me observaba por el gran espejo.
Luego de terminar bufó molesto y me miró.
—Necesito tu ayuda.— dijo sin moverse del baño y camine hasta él.
—¿Qué puedo hacer?
—Necesito orinar.— dijo serio.
Quedé helada, ¿orinar? ¿cómo iba a ayudarlo a orinar?
—Em, okay, ¿cómo...?— dije algo nerviosa.
—Podrías ayudarme a sentarme..— asentí y comencé a ayudarlo a sentarse.
Tenía miedo de dejarlo caer, era algo fuerte, obvio más que yo, así que pedí ayuda Divina para no hacer una tontería. Él apoyó sus manos en mi hasta que logré hacerlo.
Después de él estar sentado me volteé para salir y esperarlo afuera.
Cuando terminó me gritó para que entrara y solamente estaba con su calzoncillo. Casi infarto.
—Necesito ayuda para bañarme.
—Oh, sí, bien.
En la ducha había una silla. Así que acerque la silla eléctrica para sentarlo y luego acercarlo más a la ducha. Cuando logre sentarlo sonreí triunfante pero al ver su cara de seriedad evite dejar mi momento de felicidad para otra ocasión.
—Derecha fría, izquierda caliente.
Me quité mis zapatillas y entre a la ducha para encenderla, cuando la abrí y la puse tibia toda el agua que salió cayó en mi cabeza mojándome y haciendo que él soltara una gran carcajada.
Solté un gritito y me aleje del agua. Podía ver en sus ojos que lo había planeado.
—Ya me había duchado está mañana, pero gracias por el detalle.
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—De nada Clark.— dijo y sonreí.
—Necesito otra cosa, ¿no creerás que me bañare con esto?— dijo señalando su calzoncillo.
Negué rotundamente.
—Clark, no bromeo.
—Bien..
Me acerqué a él mientras que él se trataba de levantar con sus manos para hacerme más fácil el trabajo.
Comencé a bajarlo lentamente pero no quería que se lastimara por tratar de levantarse, así que lo mire a la cara mientras baje completamente el calzoncillo. Cerré mis ojos para recogerlo del piso mientras que lo escuchaba reír.
Cuando traté de salir de la ducha sin abrir los ojos, me caí, intensificando su risa.
—Shawn....— dije con mis ojos aún cerrados.
—Disfruto de mi baño Clark, sabes le pediré a mi madre que me des tú los baños.
Abrí los ojos asombrada y no puedo describir nada después de ahí. Lo estaba viendo desnudo. Me levante y luego salí.
—Oh por Dios, Lia Clark— me dije una y otra vez cuando salí.
Me dijo dónde estaba su ropa y la busque. Luego tome su toalla y se la extendí mirando hacía otra dirección.
—Clark, ya me has visto, te acostumbrarás.— dijo y negué.
—Clark— me llamó.
—Está bien Shawn— dije ayudándolo a secar.
Cuando ya estuvo seco, lo ayude a sentarse en su silla eléctrica.
Se dirigió hacía unas gavetas y me dio una toalla.
—Gracias.
Se puso la camisa mientras que me pidió ayuda para el calzoncillo y el pantalón. Lo que sabía era que necesitaba aire fresco. Mucho aire fresco para que mis mejillas tomarán su color natural.
—Debo ir a calentar el desayuno.— dije cuando ya estaba vestido.
—De acuerdo.
Salí y calenté el desayuno mientras trataba de canalizar mis pensamientos. Había visto a mi jefe desnudo, a Shawn desnudo.
Cuando se calentó él se acercó y lo puse en el comedor para que pudiera desayunar.
—¡Buen provecho!
—Gracias Clark.
Me alejé un poco para leer mi agenda. Estaba tratando de pensar en cuál actividad hacer con él.
—¿Qué quisieras hacer hoy?
—¿Qué tal ir a correr?— dijo sonriendo.
No era una sonrisa honesta, era en forma de burla. Algo que hizo que me sintiera mal y bastante. No dije nada y deje de mirarlo. Él se dio cuenta de inmediato y prosiguió hablando.
—Nada Clark, no necesito que seas mi payaso. Solo quédate ahí y haz lo que quieras. Allí está mi laptop.
