Never be alone

Capítulo: 21

{maratón}

De vuelta a New York. Al parecer todavía la prensa y medios sociales no olvidaban lo sucedido. Todo empeoró cuando fuimos al juicio. El hombre salió culpable, claro, si andaba ebrio y escapaba de la policía cuando pasó todo. Shawn se veía irritado y exasperado y eso me asustaba, por qué cuando estaba así nada o nadie podía evitar que se enojara.

El hombre se veía muy arrepentido y cuando se lo llevaron nos pidió disculpas, Shawn ni lo miró, pero yo no podía tener odio. Su familia lloraba mucho y tenía hijos, a los que dejaría por 15 años por su vicio de alcohol.

Estábamos ya en la casa de Karen mientras que Shawn me pidió que lo dejara solo en el cuarto. Quería ayudarlo pero él me apartaba para no herirme.

—¿Lia escuchaste? podemos preparar galletas ahora qué la cena está lista.

—Oh, claro qué sí Karen.

La acompañe hasta la cocina para ayudarla.

—¿Estás bien? Hoy pareces estar triste.

—No, solo pensativa.

—¿Sigues pensando en el juicio?

—Creo qué siempre le he dado importancia a las cosas que no la tienen y por eso la mayoría de mis problemas nacen.

—Cariño, debes pensar siempre positivo, nada debe quitarse esa hermosa sonrisa, por cierto la que vuelve loco a Shawn.— dijo sonriendo y reí.

—Gracias, eres la mejor Karen— dije abrazándola.

Terminamos de hacer las galletas y fui a ver a Shawn.

—Shawn— lo llamé al no verlo.

—Aquí..— suspiré aliviada y fui con él.

—¿Qué haces?

—Nada..

Estaba viendo unas fotos pero cuando me senté a su lado cerró el álbum.

—Mi papá siempre decía que nunca se hacía nada, siempre estábamos haciendo algo, respirando, observando o moviéndonos.

—Tú padre era un hombre muy inteligente, ya sé de dónde lo sacaste.

Sonreí y tomó mi mano para jugar con los anillos. Solía hacer eso mucho.

—¿Cuándo Josh vendrá para las terapias?

¡Lo iba a hacer!

—Está por llegar..

—¿Y la operación?

Esta vez lo miré emocionada.

—¿Lo harás?— dije levantándome.

—¿Tú creías que iba casarme con está silla?

Lo abracé feliz y luego empecé a bailar emocionada.

—¿Clark que haces?— dijo riendo.

—El baile de la victoria.