Su mirada tenía un no sé qué, que me ponía nerviosa más de lo normal.
Sentía la sensación de obedecerlo en todo lo qué me pedía.
Y cuando menos lo esperé arriesgó su vida por mí.
Así fue escrita nuestra historia.
A la mañana siguiente me levante a trabajar como de costumbre. Cuando salí vi a Jayden regando las plantas. En cuánto me vio camino hacía mi sonriendo.
—¡Buenos días vecina!
—¡Buenos días Jayden! Lindas flores.
—Oh, gracias, a mi mamá le encantan.
—Ya debo irme— dije sonriendo y caminando hacía el auto.
—Oye Lia, ¿podemos vernos en la tarde? Mi madre quiere invitarte a cenar.
—Me encantaría Jay, nos vemos.
Subí al auto y saludé a Carl, el chofer.
Al llegar saludé a todos y camine a mi oficina. Evenine luego de varios minutos trajo algunos papeles para que los revisara y trabajara con ellos. Así pase toda la mañana. Shawn estuvo reunido en la tarde y me pidió que trajera cafés y galletas. Así que me dirigí a buscarlo.
—Clark...— dijo la chica rubia de finanzas.
Nadie me llamaba por mi apellido, excepto Shawn. Desde que llegué me daba la impresión que no le agradaba.
—Hey, Mary...
—Lindos espejuelos..
—Gracias.— tomé los cafés y me dirigí a la oficina.
Pero en ese instante sentí todo el café en parte de mi mano, tropecé gracias a que me puso el pie. Todos los cafés se derramaron, me mancharon y quemaron.
—¡¿Pero por qué hiciste eso?!— dijo un compañero ayudándome a levantar.
Fui directo a la llave y me eché agua en la mano ya que ardía.
—¿Estás bien Lia?— dijo otra chica.
—Sí, estoy viva, hay personas con peores situaciones. Escucha Mary no entiendo que hice mal, pero quiero decirte que te perdono.
Su cara cambió, se veía peor. Completamente molesta salió dejándonos solos.
—Yo no entiendo que tiene conmigo.
—No has hecho nada, hay persona que solo detestan a todos.
Me limpie lo mejor que pude pero la mancha era gigantesca. Los chicos me ayudaron con las cosas y entramos a la oficina. Fue lo peor que hice.
Todos comenzaron a reírse al verme y comentaban cosas sobre mí. Shawn en cuánto me vio se levantó enojado y me saco junto a los otros chicos.
—Clark, demonios. Solo te pido que traigas café y galletas y mira lo qué haces.
—Pero señor Mendes yo..
—Nada, vete a tu casa ahora y regresa mañana.— dijo enojado.
—Señor, Mary fue quién causó todo.
—No tengo tiempo para estupideces, ahora largo.
Se retiró y los chicos me miraron apenados.
—Le diremos cuando salga, lo prometo.
—Está bien, no es el Apocalipsis.
Recogí mis cosas y mire mi mano. Ardía un poco. Carl y Evenine me miraron preocupados y me insistieron para ir al hospital pero me negué.
Al llegar a casa busque un paño y lo sumergí en agua fría y lo puse en mi mano.
Tocaron el timbre y me dirigí abrir.
—Hola, soy la mamá de Jayden, Me llamo Grace, mucho gusto.
—Hola Grace, el gusto es mío, soy Lia.
—Oh, cariño, ¿dónde te hiciste esas quemaduras?, tengo una crema que te aliviará, la traigo enseguida.
Se fue sin dejarme contestarle y sonreí.
Luego de un minuto volvió y me ayudó a ponerme la crema sin lastimarme.
—Fue en el trabajo, una compañera poco amigable hizo que tropezara. Muchas gracias por la ayuda.
—Aléjate de esa chica, ¿cómo es que permiten que te haga esto? Puedes conservar la crema cariño.
—Gracias señora.
—Puedes decirme Grace, lo de señora me hace escuchar vieja y no tienes que agradecerme.
Se despidió de mí sin antes invitarme a su casa para cenar. Me di un baño y busque un atuendo. Tenía ropa muy colorida y mis zapatos más todavía. Elegí un traje blanco con unos zapatos que llevaban unos estampados de flores.
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Me puse mi collar de estrellas y me puse un poco más de crema en la quemadura y luego salí.
Toqué la puerta y no tardaron en abrirme. Jayden me recibió con una gran sonrisa.
—Te ves.. wow, increíble.
—No es para tanto además tú me opacas— dije alzando los hombros y sonriendo.
Rió y me dejo pasar. Me presento a sus padres y a su hermana y nos sentamos en la mesa.
