Capítulo: 8

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Subí a ducharme mientras él me esperaba abajo para hablar.

Estaba nerviosa.

Me vestí con algo sencillo y me puse eye-liner como siempre y baje. Estaba con su celular.

—¿Quieres algo de tomar?— pregunté y levantó su mirada.

—Lo qué quieras darme.

—No soy buena tomando decisiones por otros. ¿Café tal vez?

Asentió sonriendo. Cuatro segundos duró su sonrisa otra vez.

Fuí a la cocina y empecé a prepararlo. Casualmente había preparado la mezcla de muffins unos días atrás y la puse en el molde. Los metí en el honor y le di el café que estaba ya listo.

—¿Esos son muffins?

—Sí, ¿no te gustan?— pregunté preocupada.

—Amo los muffins.

Sonreí y me senté frente a él.

—Bien pues, no conozco a nadie en este país. No tengo familia, realmente solo tenía a mis padres y a mi abuela en Canadá pero ya no están. Mis otros parientes viven en Inglaterra o alguna parte de Estados Unidos.

Lo miré y me miraba con tristeza.

—¿Cómo murieron?

—En un viaje de negocios, y tuvieron un accidente. Pero ¿quieres que te diga otra cosa? No quiero hablar de esto. Es difícil para mí.

—De acuerdo, lo siento.

Estuvimos hablando sobre distintas actividades que él hacía mientras comíamos muffins.

Hasta que se hizo demasiado tarde y él se tuvo que ir.

Tenía ganas de preguntarle tantas cosas, empezando con la pregunta de que si él era feliz o que si su sonrisa durará más que de costumbre o tal vez si en algún momento se haya reído a carcajadas y de tanto reír su panza no pudiera soportarlo.

Quería ver su lado feliz, pero tal vez no exista o sea algo imposible para alcanzar.

Fui directo a ordenar mi habitación y hacer una limpieza en la casa hasta que se hizo muy tarde y mis pies no soportaban más.

Al día siguiente decidí salir a pasear. Era muy tranquilo y las personas eran muy amables. Cada vez que pasaba por un hogar y alguien estaba afuera me deseaba los buenos días y yo muy entusiasmada les respondía lo mismo. Me recordaba tanto a mi hogar.

—Hola, ¿eres nueva por aquí?— dijo un chico castaño sacándome de mis pensamientos.

—Oh, hola, sí, llevo un par de días viviendo por aquí.

—Un gusto, mi nombre es Jayden, ves aquella casa, ahí es donde vivo.

—Mucho gusto soy Lia, pues justamente vivo en la casa del lado Jayden.

—Es la primera vez qué te veo.

—Bueno trabajo muy temprano tal vez sea por eso.

—¿Qué tal si te invito un café de bienvenida?

—No estaría mal— sonreí.

Caminamos hacía una cafetería cercana y pedimos nuestros cafés. Estuvimos conversando sobre los diferentes lugares cercanos.

—¿Tú novio no se molestará? Llevamos mucho tiempo aquí.

—¿Novio?

—Sí, Shawn, el dueño, bueno su padre tiene muchas casas por aquí, incluso la mía.

—Oh, él no es mi novio, solo es mi jefe.

—Es bueno saberlo.

Lo miré y me guiñó un ojo, reí inmediatamente.

Never be aloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora