C R Y B A B Y [32]

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—Rubén Doblas. Dieciocho años, gustos normales, el favorito de varios clientes y... amigo de Guillermo Díaz. —Tembló al sentir la voz gruesa y ronca de Colmillo detrás suya—. Tu eres Guillermo, ¿Cierto?

—Yo no sé donde está... por favor no me haga daño. —Suplicó intentando mover las manos, las cuales estaban atadas a la silla donde anteriormente estaba Mario—. Si, era su amigo, pero se fue y no se...

— ¡Cállate! —Golpeó la mesa con fuerza. Guillermo se sobresalto en la silla donde estaba—. Según lo que dice Camila, tú eras su amigo. El daría todo por ti, ¿No?

—No, no, no! El jamás arriesgaría su libertad por mí. —Susurro al borde de las lágrimas.

Camila miro con tristeza a Guillermo, el no tenía la culpa de nada y sin embargo ahí estaba siendo cuestionado por Carlos, el "Colmillo" el hermano del líder Gustavo.

— ¿Eso crees, precioso? —Se inclino hacía Guillermo besando sus labios lentamente. Sus lágrimas caían con impotencia—. Te voy a pedir dos favores... Uno, Irás a buscar a tu amigo. Dos, Lo vas a traer. —Levanto sus dedos al indicarle.

— ¿¡Como sabré donde está!?

—Si no lo traes en una semana... yo mismo voy a matarte o mejor aún... haré que cada uno de mis hombres te viole y luego te mataré. —Sonrió arrogante caminando a la salida—. Ni se te ocurra correr... te estaré vigilando las veinticuatro horas del puto día. —Salió seguido de tres hombres.

Guillermo sollozo en silencio, mientras maldecía a Carlos y a Rubén. Porqué tenía que pasarle esto a él.
Camila se acercó a él, soltando las ataduras de sus muñecas.

—Te daré ropa, para que salgas. —Susurro tomando sus hombros—. Encuéntralo, y prometo dejarte ir en cuanto se vaya Carlos. —Guillermo asintió varias veces siguiendo a Camila hasta los cuartos.

***

— ¿Esta es tu casa? —Pregunto al entrar a la gran mansión Rogel. Miguel río al ver el rostro asombrado de Rubén—. ¡Es gigante! —Exclamó.

—Te quedarás aquí, hasta que consiga un piso para ti.

— ¡Vale! —Asintió varias veces—. ¿Vives sólo?

—No, aún no. Vivo con mi madre. —La señora Rogel entro a la sala donde Rubén miraba todo curioso.

— ¿Miguel? ¿Quien es? —Cruzó los brazos al ver al chico nuevo con la ropa de su hijo.

—Es un amigo... —Murmuró nervioso
—. Te explicaré luego. —Frunció el ceño y miro a Rubén.

—Mucho gu-gusto... —Susurro terriblemente nervioso, extendió la mano en saludo pero la señora no le correspondió—. Me llamó Rubén.

—Señora Rogel para ti. Iré a mi habitación, con permiso. —Subió las escaleras ignorando a Rubén.

Bajo el rostro apenado. Lo habían rechazado, otra vez. Miguel se acercó a él tomando sus hombros y besando su mejilla con cariño.

—No le hagas caso, siempre ha sido así. —Sonrió cálido ofreciéndole su mano. Rubén la tomo y ambos subieron las escaleras hasta su habitación—. Aquí puedes dormir y tal.

El castaño se recostó en la cama sintiéndose cómodo al momento, aún más cómodo que la cama del hotel. Escondió su rostro bajo la almohada fresca. Miguel entró al baño sacando una sudadera pequeña para Rubén. Al salir miro al castaño con la cabeza escondida bajo la almohada. Rió tomando su cintura y jalándolo hacia la orilla.

— ¿Que hacías? —Pregunto inclinándose hacia él, escondiendo su rostro en el cuello de Rubén.

—Olía tus almohadas. —Susurro mordiendo su labio.

— ¿Olías? —Repartió varios besos en el rostro de Rubén quien jugaba con los cabellos del peli-negro—. Eres raro... ¿Lo sabías? —Rubén rió.

—Y tú eres tonto.

—Si, Soy muuuuy tonto. —Dijo juguetón en el oído de Rubén. Su rostro se coloro y beso con delicadeza los labios de Miguel—. Eres tan lindo. —Susurro sobre los labios rojizos del castaño.

—Esto está mal... también lo que hicimos hace unas horas. —Murmuró con la respiración agitada. Los labios de ambos se juntaron, iniciando una batalla de lenguas—. Esta muy, muy mal.

—No me importa pecar si es a tu lado. —Los labios de Miguel se curvaron en una sonrisa—. Te quiero mucho, mucho Rubén. —Los brazos delgados de Rubén se enredaron en el cuello de Miguel, uniendo sus labios de nuevo.

—También siento lo que sientes... —Susurro tras separarse—. También iría al infierno por ti. Me perdería a tu lado si fuera necesario. —Susurraba sobre los labios contrarios
—. Mataría a cualquiera que te hiciera daño... —Las lágrimas cayeron de sus ojos.

Miguel recordó la vez que empujó a Diego tras humillarlo frente a todos. Limpio con cuidado sus mejillas húmedas besando por última vez sus labios.

—Prometo... Prometo que nadie te hará más daño. —Trago Saliva imaginando todo lo que sufrió—. No más...

—Ellos... —Sus ojos se cerraron con fuerza y las lágrimas resbalaban—. Ellos me obligaban... me obligaban a hacer co-cosas ho-horribles... —Su voz salía entrecortada y Miguel sentía una presión en el pecho—. Me hacían...

—Shh... —Silencio Miguel al ver como comenzaba a alterarse. Lo abrazo con fuerza—. No lo digas... no lo recuerdes.

Rubén abrazo con fuerza la cintura de Miguel, hundiendo su rostro en el hueco del cuello del morocho. Las lágrimas salían de ambos pero se mantuvieron callados. No querían recordar. No querían hablar, querían sentirse, amarse. Ambos se fueron recostando en la cama, quedándose dormidos al instante.

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¡Awwwwe! Románticos

¡Weeeeeeeeeeeey! ¿Como estáis? Gente guapa:3

Hoy vengo con algo nuevo... sip. [SPAM ALERT]  Me he puesto a estrenar! :D  -Baby boy- Rubelangel. ¡Pasate a leer! 

¡CHAU CHAU! <3

cry baby ↮rubelangel™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora