Hay días y días, tal vez en algunos de ellos ruegas por repetir un momento miles de veces, otros días parecen invariables, nada sorprendente pasa, también están los días en que todo parece estable, una rutina, pero también hay algunos pesados, en los que sientes que no quieres seguir existiendo, que quizás todo es mejor si desapareces de este mundo y los problemas se pierden, pero es triste saber que eso no sucede, no mientras algo lo retenga aunque ni siquiera puede entender que es eso que no lo deja ir.
Hoy en día si alguien dice que está rodeado de fantasmas pueden tratarlo de locos y mandarlo a un psiquiátrico o algo así. ¿Pero qué hay de esos fantasmas que nos persiguen a todos lados? No son esos fantasmas de sábanas blancas, es algo mucho peor, algo más escalofriante. Es solo una voz en tu cerebro, martirizándote en los sueños, destacando cada uno de tus puntos débiles, atacándolos y hacerte retorcer la mente con ideas irreales, te hacen creer cosas o quizás ver otras. Tienen un gran poder y sobre todo con las personas débiles.
La aguja en su brazo dolía, enviando algún tipo de medicamento a través del suero. La máquina que controla sus latidos parecía tranquila y él ni siquiera se molestó en abrir los ojos. Conocía esa aroma, Kali estaba sentada a su lado y sinceramente no tenía ninguna intención de explicarle o escuchar algún reclamo.
Había tenido un ataque de pánico, algo que podía suceder a menudo sin razones conocidas.
Sabia como debía estar la muchacha a su lado y se odiaba por eso, odiaba que alguien se preocupe por él, incluso si esa persona sufría con sus estúpidos ataques.
"Troye" murmuro al ver como sus ojos se abrían "¿estás bien?"
"me ha sucedido miles de veces, lo sabes"
"la última vez que sucedió teníamos solo once años"
"eso no significa que dejaran de suceder"
"¿hay alguna razón tras esto?"
"no lo creo"
Alrededor de las seis de la tarde pudo por fin llegar a su habitación y estar a solas. Los médicos querían tenerlo bajo supervisión hasta el día siguiente pero obviamente él no acepto. Lo único que necesitaba era estar un rato a solas.
Su prima insistió varias veces en quedarse junto a él, pero fue algo que no sucedió. Quería estar solo, absolutamente solo.
Sus pensamientos vagaban en varias cosas, pero quien funciono como principal protagonista fue esa mirada que lo atormentaba y las miles de conclusiones que creaba sin siquiera darse cuenta.
Kali el domingo por la tarde fue a visitarlo con un bote de helado en sus manos, uno que él no se molestó en tocar. Su estómago no quería ser alimentado en esos momentos y ella le restó importancia.
No quería que sonara, era un terrorismo que sucediera. Debía asistir a clases, debía volver a ver varias personas que no deseaba, temía por esa mirada, ¿Por qué no podía dormir y ya?
Los lunes siempre han sido uno de sus mayores odios, pero ese era excesivamente peor. No quería ir allí y solo fingir que todo iba normal cuando en realidad estaba pendiente de cada jodida persona que pasara y se atreviera a mirarlo, sobre todo esa mirada. No la quería, la odiaba.
"¿ya tienes todo?" él solo asintió recargando su lienzo, juntando el valor para caminar junto a su prima hacia la universidad. Realmente no sabía si ir junto a ella era una buena opción. Quizás evitaría algunas miradas, pero ganaba muchas más. Kali era una chica demasiado llamativa como para pasar desapercibida.
"¿podemos encontrarnos en la biblioteca después? Debo buscar algunos libros"
"te esperare allí entonces" y si, él acepto porque amaba ir a la biblioteca y de una manera u otra estaría allí para cuando ella saliera de clases.
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Iris → Tronnor
Fanfiction"Estas buscando en el lugar incorrecto, no hay nada interesante en mi" "Que tu no lo veas no significa que no lo tengas" "Deja tus frases para alguien mas"