XXVII

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Era una decisión que lo atrapo sin siquiera darle tiempo a correr. Sabía que se aproximaría algo de ello, pero no de esta manera. No en el momento en que todo era confusiones.

Había dos pares de ojos posados sobre él, mientras el aire parecía escasear.

Intento no gesticular ningún tipo de gesto, mantenerse inerte. Pero no podía, simplemente no.

Podía sentir su cabeza punzando, su garganta ardiendo y sus pulmones exigiendo un poco más de aire.

No quería pensar en ello. No podía estar sucediéndole de nuevo.

"Inhala, exhala, inhala, exhala..." solo debía concentrarse, "tranquilízate Troye, vamos..."

Su mirada se perdió en algún punto de la sala. Escuchaba a sus padres hablando y corriendo de un lado a otro. Su padre llamaba a emergencias y su madre le daba viento con un papel.

No podía... no podía concentrarse y acabar con ese maldito ataque de pánico.

Sentía la frustración dolerle en el pecho, estaba retrocediendo varios pasos que creía haber avanzado.

Era sentir que todo volvía a meses atrás, a los pensamientos excesivos, ataques de pánico y el odio hacia los espejos.

Sage.

Tantas malditas cosas.

Tanta mierda en su mente.

(...)

"Connor, cariño"

"Hola mamá" estaba tomando su desayuno cuando su madre se apareció por la cocina con el diario en manos.

"¿Qué planeas hacer para tu cumpleaños? ¿Una fiesta? ¿Una cena?" solo quedaban unos días para recibir sus 24 años y Troye no estaría con él. A veces sentía la necesidad de marcharse junto a él y no volver.

Lo echaba de menos, en demasía para ser honestos.

Sus padres sabían parte de su historia con el menor. Se encargó de mostrarles una foto de él y hablarle de la gran persona que era y en lo especial que se convirtió para él.

No menciono nada de su pasado, eso no era nada que definiera a su novio.

¿Para qué amargar la historia con esa enorme mancha gris del pasado? ¿Por qué no pensar en el presente estable que tenían a pesar de la distancia?

También menciono que el muchacho estaría lejos durante las vacaciones y considero la mirada de su madre como compasión.

No lo juzgaron, jamás lo harían. Solo dijeron querer conocerlo y no pudo sentirse emocionado por ello.

Podrían llevarse bien, a su madre le encantaba admirar el arte y Troye era una perfecta pieza de la gran pieza que construía su ser.

"No lo sé mamá. ¿Quizá una cena rodeado de la gente que quiero sea perfecto?"

"¿Junto a Troye querrás decir?"

"De cierta manera, si"

(...)

El sonido de esa estúpida maquina aturdía sus oídos.

Otra vez.

No quería abrir sus ojos aun.

Era tan malditamente aterrador saber que su madre estaría parada a su lado con sus ojos llenos de lágrimas de miedo.

Estaba odiándose en ese preciso momento.

Sintió los murmullos de sus padres preocupados a su lado, mientras su madre rozaba los dedos de su mano sobre su cabello.

¿Y si enfrentaba la situación de una vez? ¿Por qué siquiera seguir ocultando lo más apreciado que tiene? ¿Por qué no animarse a decir que no a la propuesta de su madre? ¿Por qué no admitir que la necesidad de tener a Connor cerca era mayor a lo que creyó necesitar una vez?

Iris → TronnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora