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Los médicos no dejaban de entrar y salir de la habitación. Llevaban más de trece horas sentados allí esperando por algún reporte, pero parecía que nadie quería decir nada.

Connor no dejaba de jalar su pelo y mirar algún punto de las paredes del pasillo para controlar sus ganas de desahogarse en lágrimas y gritos.

No podía ser verdad, no podía estar tan ciego.

Kali no dejaba de repetir una y otra vez que todo era un error, que pronto se despertaría de esa pesadilla y todo estaría bien, como siempre creyó que lo estuvo.

Un médico vistiendo su cordial bata blanca, su cabello prolijamente peinado con su mandíbula refinada y que traía sus ojos cansados luego de todo un día de trabajo se acercó hacia ellos y aunque creyeron que era uno más de los tantos que seguían de largo sin reporte alguno, este si lo hizo. Estaba de pie frente a ellos y su mirada les indicaba que quizás la pesadilla no era tan irreal como creían.

"¿Ustedes son familiares directo del joven Sivan?"

"Soy su prima, pero soy la única que vendrá. Su familia está lejos de aquí" el hombre dio un profundo suspiro intentando convencerse de lo que la chica decía mientras unía sus manos tras su espalda.

"Bien, como verán, el caso del joven Sivan es algo grave. Él padece de anemia temporal, por lo cual debe permanecer aquí por un tiempo" Connor cerro sus ojos al darse cuenta de lo inútil que había sido durante tanto tiempo "pero eso no es todo" siguió el medico dejando salir otro suspiro, cuidando de que sus palabras no fueran tan duras después de todo "él padece de una depresión de grupo C, lo cual nos deja bajo toda autorización de atenderlo emergentemente. Chicos... ¿ustedes sabían de esto?" ninguno sabia como responder a ello, Connor fue el único en negar meneando su cabeza "él necesita de atención urgente, puede ser muy grave si dejamos pasar el tiempo. Estamos hablando de algo grave para un joven de solo 20 años. He visto su historial médico y ha tenido demasiados ataques de pánico, lo que termina de confirmar su depresión. Asi que si me permiten, seguiremos con nuestra atención para con él" el doctor se despidió con un asentimiento sin percatarse del desastre emocional que había causado con solo unas palabras.

"Connor... esto es imposible" Kali no dejaba de respirar agitadamente y no podía mover ni una partícula de su cuerpo, estaba bloqueada, su mente no podía terminar de aceptar lo que estaba sucediendo.

"¿¡Imposible Kali!? ¿¡En verdad lo crees imposible!?" la voz hacia arder su garganta, tanto como el cuerpo le ardía "¡Kali por dios! Estaba destrozándose frente a nuestros ojos y no supimos verlo. Nos dejamos convencer con que "él era así"... somos unos idiotas y es él quien paga las consecuencias"

"¡Ya basta Connor! Jamás pensé que él estaba pasando esto, ¿bien? Perdón por creer que todo estaba bien"

"Él casi no comía Kali, lo vi llorar en infinidades de oportunidades, lo escuche decir que él era una mierda y no hice nada... no hice nada" las lágrimas por fin escaparon de sus ojos, al mismo tiempo que parecía congelarse su sangre y recostarse sobre el mármol del extenso pasillo del hospital.

(...)

Los médicos no le permitían verlo, habían pasado 24 horas desde que ingresó al hospital. No obtuvieron ni un reporte más, solo se trataba de rellenar papeles una y otra vez para que puedan atenderlo como debían.

Sabían que enviarían a un psicólogo y tal vez un psiquiatra para analizarlo y no podían dejar de temer por ello. Troye tenía un gran odio hacia ellos. Había pasado por varios psicólogos luego de la muerte de Sage y Kali sabía perfectamente como había acabado todo; en un portazo y varios insultos más.

Iris → TronnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora