Iris → Tronnor

XXIV

"Joder, se nos hace tarde" entre suaves besos y hermosas palabras ambos chicos se durmieron, incluso descuidando un poco el examen que se aproximaba en unas horas.

El calendario remarcaba el día martes expectante, pero no podían quejarse, hoy era el último día de exámenes para ellos.

Connor se levantó antes, recogiendo sus libros mientras que, su novio, aun estiraba sus músculos en la cama.

Troye tenía el examen media hora después de Connor, por lo que el reloj no corría tan apresurado para él.

"Bien amor, ya me voy" el mayor se acercó a él y dejo un corto beso sobre sus labios y luego uno sobre su frente

"Te ira bien, bebe"

"Eso espero. E igualmente para ti pequeño" volvió a dejar un corto beso sobre sus labios antes de desaparecer tras cerrar la puerta de la habitación.

Ya estaba totalmente cambiado cuando la taza de té humeaba frente a él y decidía revisar su móvil.

*Usted tiene una llamada perdida de: "mamá"* 

Sus manos comenzaron a sudar mientras que releía una y otra vez dicha notificación. No era algo nuevo, ella llamaba de vez en cuando, pero esta vez... esta vez había un presentimiento tras todo ello y no específicamente de los buenos.

Luego de pensar unos largos minutos, decidió no devolver la llamada, no al menos hasta después del examen. Aunque esa fue una estúpida excusa para no admitir que temía de ese mal presentimiento que sentía.

(...)

El día pasó en un santiamén. Connor, Kali y Lenny pasaron la tarde en su habitación, disfrutando de haber acabado con los malditos exámenes finales.

Fue una tarde tranquila y agradable para luego de tanta tensión.

Todos comentaban acerca de alguna anécdota divertida o simplemente intercambiaban opiniones, reían, lo disfrutaban.

Y allí, rodeado de aquellas personas que tanto cariño les tenía, un lugar donde se sentía seguro, querido incluso se sentía parte de ellos, pertenecía a un grupo y le gustaba. El vacío que sentía un tiempo atrás ya no estaba instalado en su pecho e inevitablemente una sonrisa surgió en su rostro, aunque nadie preguntara la razón de ella, pero él sonrió porque se sentía bien. Y fue en ese preciso momento que lo noto, noto que nunca antes había estado bien, ni siquiera cuando lo fingía con tantas fuerzas que parecía creérselo hasta él mismo, en los tiempos en que fingir había sido su arma protectora, el caparazón que lo ocultaba que poco a poco, en el último tiempo, desaparecía.

Los tres chicos se marcharon en eso de las ocho, con los planes de salir a algún club esa noche y festejar por el final de semestre.

En el silencio de su habitación, su mente daba vueltas, pensando en todo lo que sucedió y cómo fue que ahora estaba allí, aun permaneciendo de pie y estable, mejor de lo que hubiese pensado estar alguna vez.

Su móvil vibro en su bolsillo y recordó aquella llamada perdida.

Y su madre estaba llamando nuevamente, insistiendo.

*-"Hola"- no se atrevió a rechazar la llamada, era su madre y la echaba de menos, desde hace tanto tiempo que ya no recuerda

-"Hola, mi bebe"- el apodo que ella utilizo no creo más que un escalofrió recorriendo su columna y aunque eso podría debilitarlo, se mantuvo firme –"¿Cómo has estado?"-

-"Bien mamá, hoy han terminado mis exámenes"-

-"Eso significa el final del semestre, ¿no?"- solo se atrevió a hacer un sonido desde lo profundo de su garganta, dando a entender su confirmación –"¿entonces ya podríamos ir por ti, no? Con tu padre pensamos que ya es tiempo de que regreses con nosotros, a Perth..."-