Todo estaba estable, quería convencerse de que todo estaba estable. No había nada erróneo, nada extraño ni nadie cerca de él. Parecía que todo se retrocedía a dos meses atrás, regresaba al inicio de clases, a sus extrañadas vacaciones de invierno.
El columpio se balanceaba gracias al empuje de sus pies sobre la arena. El verde del pasto parecía pálido al igual que el día, al igual que su rostro de pómulos pronunciado.
Pero el cielo comenzaba a oscurecerse. Era la maldita tormenta adueñándose de lo bello que se veía el cielo, apoderándose de algo grande pero débil, el molesto nudo en su garganta dolía y no sabía la razón por la cual había aparecido.
Luego de un mes de "estar bien" aparecía nuevamente, luego de sobrellevar su patética rutina, de estar "feliz" con su soledad.
Y así era la manera en que el llanto se apoderaba de él, alguien grande pero débil.
"Te pediría que dejaras de llorar, pero es algo que te descarga, es el anticipo de algo bueno..."
"Oh por favor... soy alérgico a lo bueno" no lo había oído llegar, ni siquiera se preocupó que se apareciera por allí. Se había cansado de repetirle que no volviera a ese lugar, pero parecía no querer entenderlo "si tanto entiendes, déjame solo Thomas"
"Si es lo que quieres, está bien" el rubio solo dio media vuelta, alejándose del columpio en el patio de aquella abandonada casa.
Solo quería estar solo, como lo había estado siempre.
Thomas se había entrometido demasiado en su vida. Parecía ser un chico con las cosas claras, seguro de lo que quería y de cada cosa que pensaba.
El taller de literatura le había ayudado para acercarse cada día un poco más al menor y le gustaba, le gustaba conocer a Troye, descubrir pequeñas cosas y analizarlas. Le encantaba lo transparente que parecía pero que realmente no era.
(...)
La música sonaba a un volumen moderado en su habitación. Los libros de filosofía estaban dispersos sobre el escritorio junto a unos marcadores. Los estudios parecían ser la última preocupación del día, solo estaba allí, moviéndose libremente al sentir cada nota, quería sentirse relajada, liviana y despreocupada.
Desde que Troye estaba rodeado por Thomas, ella ya no se preocupaba. Sentía que todo podía estar bien.
La vibración de su móvil la obligo a abrir los ojos y regresar a la realidad. Sinceramente no esperaba ningún mensaje a esa hora del día, con la noche cayendo y una tormenta rompiendo el cielo.
Era un mensaje, de Connor precisamente.
Un mensaje vacío, en blanco. Una señal de existencia luego de un mes de no verlo, de no poder encontrarlo, de ni siquiera saber si seguía tomando clases.
El ojiverde parecía haberse escondido bajo una gran roca para nunca ser descubierto y lo estaba logrando exitosamente.
Quería responderle miles de cosas, insultarlo en todos los idiomas posibles. Era su amigo y había desaparecido de la noche a la mañana, ¿pensaba que no se preocuparía? Por favor, era idiota, no anti sentimientos.
Sus dedos comenzaron a moverse sobre la pantalla del móvil cuando volvió a vibrar. Un nuevo mensaje, del mismo remitente.
- ven –
No necesito más mover sus dedos para responder cuando se encontraba dando un portazo a su habitación, corriendo por el pasillo masculino de la residencia.
ESTÁS LEYENDO
Iris → Tronnor
Fanfiction"Estas buscando en el lugar incorrecto, no hay nada interesante en mi" "Que tu no lo veas no significa que no lo tengas" "Deja tus frases para alguien mas"