Kuroshitsuji: Eternity [Yaoi]

25) Desastre.

-Sabes que me debes demasiadas explicaciones, ¿verdad?- ¿Como el demonio había terminado dentro del pequeño cuarto de limpieza junto con ambas hermanas cuando debería estar en clase? En realidad es bastante simple de explicar. Apenas el peliazul pasó por delante de la puerta del cuarto de limpieza, unas manos lo tomaron de la ropa y lo jalaron con fuerza. Luego escucho el ruido de una llave girando, y por ultimo a Ashley haciéndole aquella pregunta. -¿Quien es el chico de cabello castaño con anteojos y por qué me busca a mi? ¿Y por que es amigo tuyo? ¿Y por qué aunque sea tu amigo fuiste a salvarme? ¿Y por que tu tambien nos estas siguiendo? - Ciel la miraba con desinterés, y no le faltó rodar los ojos.

-Una pregunta a la vez...- Hizo memoria para recordar cual había sido la primera pregunta de la pelinegra -No se realmente quien es ni por qué te busca, solo me agrada, y no es mi amigo. No fui a salvarte, fue una simple casualidad del destino.- Al principio hubiera contestado que no las estaban siguiendo, pero luego recordó que le habían dado la razón a Amy en eso -No puedo revelarte eso.- 

Ambas fruncieron el ceño, mostrándose disconformes con la respuesta. -...Sabias de nuestros poderes, ¿verdad?- El peliazul no pudo evitar recordar la casa en llamas, producto de la pelinegra, aunque aun no sabia cual era el poder de su hermana.

-...Algo- La muchacha se llevó el dedo a la boca y se lo mordió, mientras que la peliblanca se cruzó de brazos -¿Sabes de donde son?- Y fue entonces donde al peliazul se le ocurrió una mentira que quizas podría justificar la mayoría de las cosas.

-No, no lo se. Pero me enviaron aquí a averiguarlo. Solo para observar.- Ambas se miraron de reojo, como si estuvieran tomando alguna especie de decisión simplemente mirándose.

-Aunque da igual.- Ashley sacó una llave (Aparentemente, la del cuarto de limpieza) -Vamos a irnos, de todas formas.- Ambas salieron del diminuto cuartito. 

"...¿Se van? ...¿Eso es bueno o malo?" En realidad no pensaba en las complicaciones que podría traerle a Christian, sino que pensaba en los pro y los contra que tendría para todos los demonios en general. Que Ashley volviera, ¿era una buena idea? ¿Había alguna forma de conseguir devolverle sus recuerdos? Ademas, ahora era humana. Quizás podía encender fuego, algo mejor conocido entre los humanos como piroquinesis, pero eso no significaba que fuera mas o menos humana en cuanto a las almas.

Cuando salió a los largos pasillos, ellas ya habían desaparecido. Miró la hora en uno de los relojes de pared y notó que aun faltaba un poco para la próxima clase, y no podía entrar en mitad de la que se estaba dando en ese momento, por lo que comenzó a deambular por la escuela. 

Claro que los pasillos de la escuela no son demasiado interesantes, esto no es una película en donde van a encontrar un pasadizo secreto, el cual cual revela el mas oscuro misterio de todas las escuelas de Londres.... No, eso no pasa. Las escuelas son aburridas y ya... Como mucho encuentras un cuarto secreto en donde tiran todas las cosas rotas que no sirven. 

Su celular sonó, y lo invadió la esperanza abrumadora de que Sebastian le hubiera enviado un mensaje, aunque sintió un profundo vació en el momento que vio que solo era un mensaje de la compañía de su chip. Respiró profundo y sintió un profundo dolor en el pecho. Le dolía. Se sentía solo. ¿No le importaba lo suficiente como para disculparse? Sebastian había estado equivocado desde el principio, ¿no? Se apoyó en uno de los casilleros y se deslizó hasta llegar al piso. 

Si Sebastian ya no lo quería, ¿que sería de él ahora? ¿Que haría con su inmortalidad? ¿Alguna vez podría conocer a alguien lo suficientemente bueno como Sebastian? Lo dudaba. Sebastian lo era todo, pero quizas.... Eso no era mas que un espejismo. Quizás realmente a Ciel le gustaba el Sebastian mayordomo que lo respetaba, que era exageradamente perfecto... Pero no podía negar que aveces le gustaba el Sebastian mas relajado. 

"...Esto es un desastre."

-Bueno, parece que alguien necesita un buen helado...- Levantó la vista para poder encontrarse con el castaño, y de pronto sintió un profundo odio hacia él 

-¡Cállate! ¡Si tu no hubieras aparecido nada de esto habría pasado!- Y sintió como sus ojos comenzaban a inundarse, no era el momento de explotar, no podía explotar ahí, y mucho menos con él.

-...Bueno, entonces lo lamento.- El shinigami se mostró confundido y dio un paso atrás, intentando no invadir el espacio personal de peliazul.

-¡No sirve lamentarlo! ¡Ya esta hecho!- Se levantó con algo de dificultad del suelo. -¡¿Por qué tenias que hacerlo?! ¿¡Era tan necesario arruinar algo así!? ¿¡Por qué no podías meterte en tus malditos asuntos?! ¿¡Por qué no puedes hacer eso ahora mismo e irte?!- Drew se mordió el labio inferior, intentando pensar en algo lo mas rápido posible

-Escucha, lo lamento, en serio... No voy a decir que no fue mi intención, pero realmente estoy intentando hacer las cosas bien porque me interesas, así que por favor perdóname...- 

Y realmente, si Drew no hubiera aparecido, tendrían este mismo problema en algún otro momento, y lo sabia. Sebastian se enojaría por algo diferente, y si todo esta destinado a acabarse, se acabaría con o sin el castaño en medio. 

Las lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, y se sintió demasiado patético e idiota. Se sentía solo, como si todo hubiera desaparecido a su alrededor. ¿Las cosas tenían solución?

-No llores...- El castaño rodeo el pequeño cuerpo del demonio con sus brazos. Hubiera esperado que Ciel se aferrara a él, pero eso no pasó, solo escondió su rostro apoyando su frente contra el pecho del shinigami. 

¿Cuanto tiempo había pasado? ¿Un minuto? ¿Una hora? Era difícil saberlo si ambos se mantenían en silencio, pero Drew supuso que quien rompiera el silencio, tenía que ser él.

-Tus ojos azules son demasiado lindos como para estar llenos de lagrimas...- De pronto, Ciel soltó una leve risa.

-Ya te dije que es una lentilla.-

-Ciel, deja de arruinar todos mis intentos de coqueteo por favor...-

-Nunca.-