Capítulo 12. Capullo. PARTE 2.

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Mis piernas estaban llenas de barro, haciendo el efecto de unas botas de barro. Seguía enfadada por la escenita que Greg me había hecho protagonizar en medio de un callejón. En el fondo también estaba enfadada conmigo misma por la tontería que había estado apunto de protagonizar en un coche ajeno. ¿En qué estabas pensando Anne?'Pero la culpa la tenía él" me repetía mientras pateaba el barro que había dejado la lluvia espontánea de esta mañana. Tragué saliva en el cruce de calle que llevaba hacia la casa de Greg.
Cogí las llaves de lo que quedaba de mi sucio bolso y al abrir la puerta me invadió un sentimiento de pánico.
¿Había alguien en casa? Tal vez estaba aquella especie de cambia forma que intentó matarme haciéndose pasar por Greg. Por Dios Anne, claro que no había nadie. Simplemente estas asustada por toda esta situación. No hay nadie.
Fui a la habitación de Greg y cogí una sudadera que había en el armario. Me pareció una buena idea acurrucarme en una sudadera grande después de darme una ducha caliente, pero dejó de parecerme tan buena idea cuando la cogí y olía a Greg.
Tenía una cosa con los olores. Me encantaba la gente que tenía una esencia propia, era como una identidad que lo distinguía del resto, pero a la vez me hacía sentir tremendamente incómoda porque ese olor me abrumaba llegándome incluso a agobiar.
Noté algo detrás mía que me sacó de mis pensamientos. Parecía como si algo se hubiera movido
-¿Greg?-dije mientras miraba por el pasillo.
Dios Anne te estás volviendo un poco paranoica, ¿no crees?
Me metí en la ducha sin pensar demasiado. El agua caía por mi pelo hasta mis hombros como si pudiera deshacer todas mis preocupaciones de una, pero no era así de fácil. El barro se había pegado a lo largo de mis piernas por lo que tuve que frotar con la esponja para descubrir el tatuaje de mi pierna. Y de repente oí un ruido. Vale, esto ya no tenía gracia. Me envolví en la toalla de Greg y obviamente olía a él. Joder,¿ qué colonia usaba que se quedaba en absolutamente todo?
Por un momento le imaginé ahí envuelto en aquella toalla negra. Con su cuerpo desnudo y recién bañado y de repente me imaginé yo también con él y... Anne,¿cuando te has convertido en una adolescente cachonda?
Y de repente oí cómo se rompía algo en la cocina. Ya está bien. Me puse la sudadera de Greg y dejé la ducha abierta. Lo último que quería es que si había alguien se diera cuenta de que yo me había dado cuenta de que no estaba sola.
Oí cómo se acercaba hacia el baño y me quedé detrás de la puerta. El latido del corazón se me aceleró. Seguramente quién se acercaba era mucho más fuerte y es bastante probable que además viniera armado. Los pasos pararon y el manillar giró con sigilo. Mantuve la respiración como pude y cuando estaba abriendo cerré la puerta. El pánico se apoderó de mí al verle en el suelo. Podría haberme matado perfectamente. Tenía un bate en la mano. Pero algo más me llamó la atención. Su cara no parecía de alguien humano. Pero justo cuando me estaba acercando para ver si era fruto de mi imaginación o de verdad no parecía para nada humano, la puerta se abrió y apareció Greg gritando.
- Gracias a Dios estás bien-susurró apoyando su peso en las rodillas.
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Bueno, lo siento muchísimo por medio abandonar esta historia, pero he estado involucrada en muchos asuntos personales. Prometo seguirla a menudo y lo siento si alguno ha estado esperando mucho tiempo.

"No eras quién creía".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora