Y aunque todos lo estuviéramos esperando no. No me persiguió cuando yo cerré la puerta.
3 meses más tarde.
Molly me zarandeaba de un lado para otro mientras nos sentábamos a tomar algo en nuestro descanso.
-Oh venga ya. Obviamente está haciendo contacto visual.- repitió Molly por tercera vez en la tarde. No era así y las dos lo sabíamos. El pecho me dolía por el ardor que me provocaba el saber que Mark no me miraba a mí. Lo ansiaba pero era más que obvio que no estaba tan cerca como yo lo quería.
Los últimos tres meses había perdido todo contacto tanto con Mark como con Greg. Tras el incidente, aquella noche parecía haber muerto una pequeña parte de mí. La cuál creía que necesitaba ser salvada. Obviamente no fue tan inmediato, pero tras un par de semanas ahogándome en libros me dí cuenta de que no iba a dejar ser salvada. Iba a tomar esto por mis propias manos e iba a descubrir lo que quiera que fueran esos cambia formas. Y por eso estaba allí con Molly. Aunque ella parecía no ser consciente mientras babeaba en dirección a Scott. Maldito Scott, desconcentraba al precioso cerebro de Molly.
-¡Molly! -grité un poco más alto de lo que me hubiera gustado haciendo que Scott se girara, para justo después, saludarla.Scott era un chico flacuchento y de unos dos metros que tenía un raro parecido entre Sheldon Cooper y Noah. Lo sé. No tiene sentido alguno pero era cierto. Era tan jodidamente seguro de sí mismo que asustaba. Y últimamente había desarrollado un claro interés por escribir novelas con Molly. Sería extremadamente romántico si olvidáramos el hecho de que eran eróticas. Sí, así es. Bien jugada Molly.
-Así que mis brazos encontraron el camino hasta su pecho y poco a poco bajaron hasta encontrar su... -
-¿Qué cojones Señorita St. Martin ? - dije sorprendida por sus palabras. -- ¿Te has tirado a...?- gracias a los dioses me dí cuenta de que nuestro hombre llegaba y fui capaz de cerrar el pico antes de que llegara.
Scott la guiñó un ojo y arrastrando sus palabras dijo -Nos vemos esta tarde Señorita St. Clair -.
Mi barbilla pareció tocar el suelo. Era como si se la hubiera tirado allí mismo o tal vez era yo que estaba un poco alterada pese a la falta de acción masculina en mi vida.
-No, no me lo he tirado. Y en cuanto a Señorita St. Clair podríamos decir que tenemos entre manos una especie de juego de roles.-
-Dios Santísimo, vas a ir al infierno-dije riéndome a carcajadas.
Saqué el ordenador y busqué en Google " Greg Trivianno ".
-"Crimen doble organizado en el hogar de los Trivianno. Greg se encontró acusado por "-
Una mano gélida tocó mi espalda y cerré el portátil instintivamente girándome y viéndole ahí. Serio. Listo.
ESTÁS LEYENDO
"No eras quién creía".
Teen FictionY en estos últimos meses las cosas parecen haber cambiado mucho. Mark y Greg no hablan a Anne. Y Molly parece haberse ganado su corazón.