-¿Qué cojones está pasando aquí? - un Mark enfadado de encontraba bajo el umbral de la puerta. La sombra de este tapaba la mitad de su cara haciendo sus facciones incluso más duras. Estaba tremendamente enfadado.
-Mark-fue la única palabra que fui capaz de articular.
-¿Qué coño haces en casa de Greg? No entiendo una mierda-.
-Déjame explicarlo- dije intentando tranquilizarme. El vello de mi nuca se erizó de manera brusca. Qué coño le iba a explicar si ni siquiera yo sabía qué estaba pasando. Todavía no había recibido una respuesta decente de lo que estaba ocurriendo. Lo único que sabía era bien poco.
-¿Y bien Anne? ¿Piensas decirme algo o vas a quedarte ahí callada?-
-No va a decirte nada.- Greg apareció con un vaso de agua en la mano examinando la situación como si fuera un auténtico espectáculo. Su gesto era divertido incluso, parecía estarlo disfrutando, lo cual me cabreó más.
-Ya está. Hasta aquí he llegado. No pienso aguantar más mierda de ninguno de los dos ¿Me entendéis? - dije señalándolos. La sangre me hervía de lo enfadada que estaba. De lo mucho que me cabreaba estar siendo tratada como un puñetero trofeo. -Mira Mark es cierto que no debería haberme ido así y lo siento pero no soy nada tuya, no puedes venir aquí y tratarme como si fuera así-vi a Greg reírse como si se apuntara un punto-y en cuanto a Greg, deja de actuar como si esto fuera un juego. No lo es. Estoy acojonada y a ti te parece súper divertido. Así que creo que me vuelvo a mi casa. Sí, eso haré. Que lo sepas.-
A los dos se les cambió la expresión en la cara y me dirigí hacia la habitación para coger mis cosas. Me iba a volver a mi casa. Metí la ropa tal como la encontraba y en menos de media hora había terminado la maleta. Pasé por el salón y ahí estaba Greg sentado en el sofá mirando al suelo, atormentado por sus pensamientos.
Mark ya se había ido y estábamos los dos solos. Apenas hice ruido cuando pasé pero en el último momento se dió cuenta.
Mierda.
Se levantó del sofá y me miro. Dejando espacio. Era la primera vez que estaba tan lejos y por alguna extraña sensación sentía que no respiraba bien el aire. Me faltaba algo pero no lo iba a admitir.-Así que realmente te vas-.
-Los dos sabemos que no puedo quedarme. Esto-dije señalando la casa-no es motivo suficiente para vivir contigo-.
Una risa ácida pareció hacer eco por toda la habitación y de alguna manera me hizo sentir incómoda.
-Anne, puedes engañarte a tí misma, pero a mí no-dijo con el rostro serio, con sus palabras cargadas de un tremendo doble sentido.
Se me formó un nudo en el estómago pero levanté la barbilla me giré y cerré la puerta detrás mía.
-Adiós Greg -susurré.
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"No eras quién creía".
Teen FictionY en estos últimos meses las cosas parecen haber cambiado mucho. Mark y Greg no hablan a Anne. Y Molly parece haberse ganado su corazón.